El 30 de abril pasado, una joven se presentó a una fiscalía de Iguazú y denuncio al juez de familia esa localidad, Pedro Alberto Fragueiro, por haber intentado abusar sexualmente de ella. Esa denuncia destapó una olla a presión que derivó en múltiples causas contra el magistrado, todas iniciadas en menos de 15 días.
Hay seis denunciantes. Algunas presentan hechos que datan de 12 años atrás y otras de hace algunas semanas. En todos los casos el modus operandi es similar: Fragueiro se aprovechaba de su status de poder para amedrentar, acosar y luego manosear a sus víctimas. En las últimas horas el acusado presentó formalmente su renuncia ante el gobernador Oscar Herrera Ahuad, que es el que tiene la última palabra sobre su destino administrativo.
La aceptación de la renuncia aceleraría pasos administrativos y desactivaría otros. La primera acción consecuente sería la notificación de la medida al Superior Tribunal de Justicia (STJ), para que a su vez se disponga otro magistrado en el lugar que Fragueiro dejaría vacante hasta que se abra la convocatoria y se inicien los exámenes para cubrir ese cargo.
En esa línea, la renuncia de Fragueiro desactivaría además los dos pedidos de jury que habían sido presentados en su contra luego del escándalo.
La primera presentación había sido realizada por Fernando Orbe, presidente del Colegio de Abogados de la provincia, mientras que la segunda fue hecha por el diputado provincial Héctor Rafael Pereyra Pigerl, quien al mismo tiempo planteó su inhibición como integrante del Jurado de Enjuiciamiento, por lo cual el pedido de jury lo hizo en carácter de ciudadano.
La decisión tomada por el juez haría que pierda sus fueros y, de esa forma, enfrentaría las causas penales que derivarían de las múltiples denuncias radicadas en su contra como un ciudadano común. Esto significa que, en caso de que cualquier magistrado que lo investigue ordene su detención, Fragueiro podría ser privado de su libertad sin la necesidad de solicitar previamente su desafuero.
De igual manera, indicaron que todas las denuncias radicadas en su contra consisten en delitos de tipo excarcelables, por lo cual eventuales pedidos de detención deberían estar motivados por factores tales como posibles riesgos de fuga o de entorpecimiento de la investigación.
Los hechos…
“Recuerdo muy bien lo que me hizo. Me costó mucho tiempo poder hablar de esto. Yo trabajaba con él, pero no quiero decir dónde ni en qué función. Recuerdo que al principio me tocaba la espalda, otro día me hacía masajes. En un primer momento no lo tomé como algo malo pero después todo fue empeorando. Hasta que un día vino de atrás y me tapó la boca, me dijo que nadie nos escuchaba. Me obligó a que le tocará entre sus piernas pero me resistí hasta que empezó el a manosearme las partes íntimas. Todavía me cuesta contarlo y ya pasaron unos años”, dice una de las víctimas.
En los sucesivos contactos con las mujeres que hasta ahora denunciaron formalmente al juez hay un parámetro que se repite: el miedo. Sólo dos de ellas accedieron a dar su testimonio pero pidiendo reserva de identidad. La razón la explica otra de ellas: “El tipo sigue siendo muy poderoso. Siempre lo fue. Estoy segura de que va a tomar represalias contra alguna de nosotras. Está protegido por la Justicia misionera, es una persona de contactos y con carrera judicial”. El caso resonó con el presente: Julio César Castro, ex fiscal general, fue destituido la semana pasada en un juicio político de la Procuración con una denuncia que había sido presentada en 2014. Once ex empleados lo señalaron por acosos sexuales y laborales. Ya había sido condenado por violación en 2019. En Tribunales, Castro también era definido como “un tipo poderoso”.
La primera de las mujeres en realizar la denuncia judicial fue una joven que contó que en 2017, ella había hecho el curso para ser árbitro de rugby: Fragueiro, además de su actividad judicial, era el encargado de esa área en la Unión de Rugby de Misiones. Contó en sede judicial que ante un partido que debía arbitrar, el magistrado se ofreció a llevarla en su auto e intentó abusar de ella.
Esa presentación en la Justicia fue, quizás, el aliciente que necesitaban el resto de las víctimas. “A partir de ese momento empezaron a llegar una por semana y hay muchas chicas que se comunicaron pero no quisieron formalizar por miedo, por lo que probablemente haya muchas otras personas afectadas”, explicó una fuente al tanto de la investigación que lleva adelante el juez Martín Britez.
La denuncia que contiene los hechos más recientes fue presentada por una ex empleada del juzgado de Fragueiro. Luego, expuso públicamente en sus redes sociales que había sido amenazada: “Hoy realicé mi denuncia al Juez de Familia de mi ciudad, debido el abuso sexual que sufrí cuando fui empleada de dicho juzgado. Una hora después se presentó en el estudio jurídico de mi papá su esposa, diciendo que no va a parar hasta ver a toda mi familia muerta”.
La estudiante de abogacía comenzó a trabajar como ayudante administrativa en ese juzgado el 11 de febrero de este año. “El segundo día me dijo una frase que me pareció rara: ‘Vos acá vas a pasar más tiempo conmigo que con tu novio, acostumbrate´. Luego de eso empezó a rozarme intencionalmente todos los días. Me hacía masajes en la espalda, me agarraba de la mano de la nada. Además solía activar un botón que tiene debajo de su escritorio que traba la puerta”.
Luego, ese día continuó con una situación aún más desagradable y sumamente traumatizante: “Decidí irme. Le dije que tenía clases pero él me agarró del brazo y me abrazó. Le dije que se iba a escuchar de afuera lo que pasaba y me dijo: ´Si yo no aprieto este botón acá no entra nadie, no se escucha nada´. Me estrujó fuerte repitiendo ‘me vuelve loco tu olor´. Me corrió el pelo y me besó el cuello, varias veces mientras me manoseaba el cuerpo. Finalmente me solté a la fuerza y pude escapar de ahí”.
Aunque ya pasaron casi dos semanas de la primera denuncia, la investigación penal contra Fragueiro aún no comenzó. El problema básicamente es que no se consiguió aún un fiscal que pueda tomar las riendas del expediente. Si bien el investigador original iba a ser el fiscal Horacio Paniagua, se inhibió porque su esposa trabaja en el juzgado de Fragueiro. Por subrogancia, la causa pasó a la doctora Griselda Moraes que, como trabaja en el fuero civil y comparte causas con el acusado, también se excusó de tomar el caso. Ahora se espera que todo pase a una fiscalía de la ciudad de Eldorado. La única medida tomada hasta ahora por el juez Brítez a la espera de que se designe un fiscal fue ordenar el acompañamiento psicológico a las víctimas. Hasta el momento, indicaron las fuentes, no hay fiscal determinado para encabezar la pesquisa en estas denuncias iniciales.
Fuentes consultadas explicaron que ahora el juez Brítez debe decidir si acepta o rechaza la recusación. De aceptarla, las actuaciones deberían quedar a cargo del juez Juan Francisco Vetter, del Juzgado Civil, Comercial y Laboral, aunque tampoco se descarta que éste también se inhiba o sea recusado posteriormente. Eso significaría a su vez tenga que intervenir un magistrado de Andresito o de Eldorado.
Todo esto, pensando solamente en dos de las tres denuncias que se radicaron en Iguazú, porque en el caso restante la denunciante expresó que los hechos padecidos se habrían registrado en Posadas y Formosa, por lo cual deberían ser investigados en esas ciudades.
Ante este panorama, explicaron que todas las denuncias formuladas contra Fragueiro serán investigadas por separado. En resumen: dos quedarán en Iguazú, otra será enviada a Posadas y otras dos en Oberá. En cada una de ellas las autoridades intervinientes deberán analizar las presentaciones y decidir los próximos pasos a seguir.
Mientras tanto se aguarda que en las próximas horas se publique en el boletín oficial la decisión del gobernador Herrera Ahuad sobre la renuncia de Fragueiro. En caso de aceptarla el magistrado perderá sus fueros y se enfrentará a la justicia como cualquier mortal, pero si la rechaza deberá someterse a un tribunal de enjuiciamiento que es la única herramienta legal para sacar a un juez de su cargo.|