Los fiscales Patricio Ferrari, Cosme Iribarren y Laura Capra, bajo la supervisión del fiscal general John Broyad y la actuación del juez de Garantías N° 2, Orlando Díaz, ordenaron el termino de las investigaciones y recopilación de pistas, un año tres meses y once días después de la muerte que impactó al mundo entero.
Es así, que la causa por la muerte del astro futbolero, quedó a un paso de ser elevada a juicio oral aproximadamente dentro de un mes. De igual manera, por más de tener la Justicia las pruebas suficientes para avanzar a la siguiente instancia, las partes tendrán cinco días para requerir ante el fiscal general la revisión de alguna medida de prueba.
Por el momento los ocho imputados, se encuentran en libertad pero continúan siendo acusados de "homicidio simple con dolo eventual", delito que prevé una pena de 8 a 25 años de cárcel.Los dos primeros acusados fueron el neurocirujano Leopoldo Luciano Luque (41), quien negó ser el médico de cabecera del paciente pero era quien manejaba todo lo vinculado a su salud, y la psiquiatra Agustina Cosachov (37), quien le prescribía la medicación -desaconsejada para pacientes cardíacos- pero sostuvo que su muerte "fue imprevisible para todos".
Luego se sumaron el psicólogo Carlos Ángel "Charly" Díaz (30), quien indicó que Maradona "pudo finalizar su vida libre de todo tóxico y comprendiendo que otra manera de vivir era posible", y los enfermeros Dahiana Gisela Madrid (37) y Ricardo Omar Almirón (39), quienes atendieron al "Diez" hasta antes de su muerte, ocurrida al mediodía a raíz de un infarto. En febrero de 2021 imputaron también a la médica coordinadora de la prepaga Swiss Medical Nancy Edith Forlini (53) y al coordinador de enfermeros Mariano Perroni (41).
La primera declaró que Luque y Cosachov tomaban "todas las decisiones", mientras que el Perroni señaló que la psiquiatra y Forlini eran quienes impartían las indicaciones médicas y que nunca advirtieron los problemas cardíacos de Diego. El octavo en la lista -noviembre de 2021- terminó siendo el médico clínico Pedro Pablo Di Spagna (49), quien había sido contratado para el seguimiento del paciente en la internación domiciliaria en el barrio San Andrés, tras su intervención quirúrgica por un hematoma subdural.
En mayo de 2021, los fiscales agravaron la calificación penal contra los imputados, que pasó de "homicidio culposo" a "homicidio simple con dolo eventual". Es decir, que de una acusación por actuar con negligencia, imprudencia o impericia (penado con 5 a 10 años de prisión), la Justicia pasó a considerar que los médicos y enfermeros sabían que, con sus acciones, Maradona se podía morir y no hicieron nada para evitarlo.
Esto ocurrió después de conocerse el informe de la junta médica, conformada por un equipo interdisciplinario, que determinó que el paciente "no se encontraba en pleno uso de sus facultades mentales" en el momento en el que recibió el alta de la última internación en la Clínica Olivos, de Vicente López, de la que salió el 11 de noviembre de 2020. Para los peritos, el equipo médico "abandonó a la suerte" a Maradona, con un accionar "inadecuado, deficiente y temerario".
Dalma y Gianinna Maradona, las hijas mayores del astro, intentaron que el abogado Matías Morla, el apoderado y mano derecha de su padre, fuese imputado. Lo mismo que el letrado Mario Baudry, pareja de Verónica Ojeda, en representación del hijo menor del "10", Dieguito Fernando. Pero esto no prosperó en la Justicia.
El 25 de octubre pasado, Morla fue citado a declarar, como testigo, y se quitó responsabilidades sobre lo sucedido en esa casa del lote 45 del barrio San Andrés, adonde ni siquiera había un desfibrilador -tampoco una ambulancia- aun sabiendo que Maradona era un paciente cardíaco. Ante los fiscales, dijo que "Diego, en esa casa, no se hubiera quedado ni 10 segundos". Al respecto, señaló que Maradona decidió ir allí por consejo de sus hijas luego de la intervención quirúrgica que se le practicó el 3 de noviembre en la Clínica Olivos.
"No estuve de acuerdo en la casa. Le digo lo que me dijeron. Que le empezaron a mostrar casas, y que la eligieron Diego y Gianinna, creo. No estoy seguro si Gianinna, pero Diego seguro", contó. Y completó: "Yo lo que hice fue sacar plata para pagar. Fue una idiotez esa casa vacía. Con esa plata había que poner tres médicos y él estaría vivo".
El contrato de alquiler (16.000 dólares por el período que iba desde el 10 de noviembre de 2020 hasta el 31 de enero de 2021) lo firmó Jana Maradona, la hija extramatrimonial que tuvo el ex futbolista fruto de su fugaz vínculo con Valeria Sabalain y a la que la Justicia le dio el apellido de su padre en 1999.
En la casa de Tigre, el ex futbolista había sido alojado en un playroom en planta baja, porque no podía subir las escaleras, tanto por sus rodillas maltrechas como por su frágil estado de salud. El lugar estaba "equipado" con cama doble, televisor de 32 pulgadas, inodoro químico portátil, sillón masajeador, aire acondicionado, las ventanas tapiadas con durlock para amortiguar el paso de la luz natural y una puerta corrediza armada a las apuradas para brindarle algo de privacidad.|