"Sacale la ropa y cagalo a palos", fue el grito que escuchó una vecina pero ignoró la Policía. No era la primera vez que el pequeño era víctima de los brutales golpes a los que lo sometía la novia de su madre. Según trascendidos eran continuas las denuncias que caían sobre la vivienda del barrio Santa Rosa pero nadie hacía nada.

Es muy tarde. Hoy Lucio es llorado por toda la Argentina. Es una víctima más del maltrato infantil al que son sometidos muchos niños y que están bajo el mandato del Silencio. Según el padre del pequeño, Christian Dupuy, “esto es parte de la lentitud de la justicia”, ya que junto a la madre, libraban una feroz batalla por la custodia del menor.

Pero el mundo no deja de sorprenderse de tal violencia, ni mucho menos, el médico forense, Juan Carlos Toulouse, que realizó la autopsia al cuerpo del nene de 5 años asesinado a golpes en La Pampa, asegurando que "nunca" vio algo similar, en referencia al maltrato sufrido por la víctima: “En mis casi 30 años de profesión nunca vi algo así", certificando que la muerte de Lucio fue por "politraumatismos y hemorragia interna".

Siguiendo el procedimiento para el que fue convocado, se tomaron las primeras imágenes, se secuestraron las prendas de vestir del chico y se revisó el cuerpo, que presentaba distintos tipos de lesiones de vieja data, además de las recientes: "Por estas horas estoy haciendo el informe, que es bastante complejo, para terminarlo lo más rápido posible y entregarlos mañana a las autoridades judiciales".

Magdalena Espósito Valenti y su pareja, Abigail Páez, están acusadas por el homicidio. Ambas fueron trasladadas fuera de La Pampa tras los incidentes que hubo este domingo frente a la comisaría donde estaban presas. La protectora del menor fue imputada "por homicidio simple agravado por el vínculo y a Abigail Páez por homicidio simple". La primera acusación prevé una pena de prisión perpetua y la segunda, de 8 a 25 años.

Los investigadores reconstruyeron que durante las últimas horas de vida de Lucio, su madre se encontraba trabajando en el Casino Club de Santa Rosa, mientras él, padecía la fuerte golpiza de Páez. Cuando la madre volvió del trabajo, su hijo estaba golpeado. Pero no lo llevó de inmediato a ser atendido.

Hoy los restos del menor yacen inhumados en el cementerio de la ciudad de General Pico, adonde fueron despedidos por su familia paterna y allegados, junto a un simpático camión de color rojo, que su padre colocó junto a él, mientras caminaban junto al féretro, visiblemente conmovidos durante la despedida.|