La madre de la víctima, relató que ella estaba en su casa cuando escucha en la televisión que la Policía había baleado a unos delincuentes y "sintió una mala espina". Le cuenta a su pareja y padre de Lucas y el hombre le dice que no se preocupara. Pero minutos más tarde, el hombre sale para irse al médico y llega un amigo que le cuenta que habían baleado a su hijo y es él quien los lleva al Hospital Penna.

Así comenzó el inicio de un calvario para los padres de Lucas, el futbolista juvenil de Barracas Central que murió tras ser baleado por efectivos de la Policías de la Ciudad. Mario González y Cintia López declararon ante los fiscales el dolor que les produjo enterarse de que su hijo, un joven que solo había ido a entrenar con sus amigos, había sido “tildado” de mirada sospechosa.

Una vez que llegaron al nosocomio, lo vieron con respirador, todo ensangrentado y dijeron que lo reconocieron por el tatuaje. Fue allí que decidieron trasladarlo al Hospital El Cruce de Florencio Varela pero les dijeron que si le “sacaban el respirador” se moría, y un rato después, el joven falleció producto de las balas recibidas en la cabeza.

Con profundo dolor y bronca contenida, el padre dijo: "Queremos dejar en claro que mi hijo no era ningún delincuente. Vamos a poner la cara porque no tenemos que ocultar y queremos que se haga justicia".

Los tres policías imputados por el hecho, José Nievas, el oficial mayor Fabián López y el inspector Gabriel Alejandro Isassi, que declararon ante el juez de instrucción Martín Del Viso, no aceptaron preguntas y dos de ellos reconocieron haber disparado contra los jóvenes, aunque aún no está claro quién causó las heridas mortales.

Isassi, quien estaba a cargo de la brigada, lloró en dos oportunidades cuando declaró ante el juez, acompañado por su abogado, Alfredo Oliván. En su declaración, explicó que estaban trabajando por orden de una fiscalía penal, contravencional y de faltas de la Ciudad de Buenos Aires e identificó el número de expediente, para su corroboración por parte del juzgado.

Isassi describió las maniobras del VW Suran en el que desplazaban los cuatro jóvenes como "sospechosas" y afirmó que pensó que podía tratarse de algo vinculado con drogas, aunque no explicó por qué. Con esta nueva información, los padres solicitaron juicio político al juez, de menores Alejandro Cilleruello, porque tuvo como sospechosos tanto a Lucas como a sus tres compañeros del club Barracas Central, luego de que los expusieran como sospechosos de haber provocado la reacción de los policías. |