En horas de la madrugada, más precisamente entre las 1 y las 3 de la madrugada del miércoles 16 de febrero, el barrio privado Venado II ubicado en la localidad bonaerense de Canning, vivió una situación de película cuando un grupo comando integrado por seis personas logró ingresar y desvalijar a dos familias que viven allí.
Lo particular del hecho, según fuentes policiales, es que los delincuentes estaban vestidos de negro, portaban armas, chalecos antibalas, handies y guantes. Habrían ingresado a través de una abertura que realizaron en el sector que da a la calle Cuba, lo que les permitió avanzar primero a una casa ubicada en el lote Nº286. Y no dudaron en tomar de rehenes a las familias a las que robaron.
Primero redujeron a una mujer de 50 años y a sus parientes, la misma mala suerte corrió una mujer de 35 años y sus familiares que se encontraban en el lote Nº287. Al parecer, los ladrones lograron hacerse con dinero, prendas de vestir y electrodomésticos, y se dieron a la fuga alrededor de las 3 de la madrugada, sin dejar personas heridas ni datos que permitan, hasta el momento, identificar a alguno de los responsables.
La investigación de los robos quedó ahora en manos de la fiscal Maria Paula Segade Sánchez, de la UFI N°2 descentralizada de Esteban Echverría, que dispuso una serie de medidas para empezar a trabajar en la identificación de los delincuentes. La última información que se tiene de estos seis individuos es que el sistema de cámaras de seguridad del country los registró cuando se retiraron a pie por un portón lateral en dirección a la calle Martín Fierro, donde finalmente fueron perdidos de vista.
Los barrios privados en la mira
Algo parecido ocurrió a fines de enero cuando un operativo de características similares fue desmantelado por la Policía Bonaerense, que en ese caso logró detener y arrestar a una banda de ladrones que intentó robar el barrio cerrado Estancia Las Malvinas, ubicado sobre la calle Aristóbulo del Valle en Brandsen. En dicha oportunidad, los delincuentes, de entre 30 y 50 años, fueron vistos por un patrullero que recorría el lugar, que luego alertó y pidió refuerzos.
La banda viajaba en dos autos, un Volkswagen Vento y un Gol Trend, y se secuestraron dos pistolas Bersa Thunder 9 milímetros y una Bersa calibre .22, con cargadores casi completos: 35 balas en total. Además, al igual que en el caso del country en Canning, llevaban un chaleco antibalas, celulares y precintos para atar a sus víctimas. También, tenían gas pimienta y un juego de herramientas. De todas maneras, cabe destacar que los autores del fallido asalto se entregaron sin ofrecer resistencia.
El Corredor Verde “Canning – San Vicente” parece ser una ruta atractiva para las bandas delictivas que se dedican a asaltar barrios cerrados. Lo sabe el empresario gastronómico Maximiliano Ferrari, quien vivió una pesadilla cuando fue asaltado junto a su esposa e hijas en su vivienda de un country San Eliseo.
Los delincuentes actuaron con una “saña inexplicable”, contó el empresario. A su esposa le arrancaron varias uñas y amenazaron con cortarle la lengua a una de sus hijas.
La mujer debió ser internada en el sanatorio Los Arcos a causa de los golpes que recibió en todo el cuerpo. “Le reventaron una prótesis por lo que deberá ser intervenida. La golpearon tanto que la cara parece una máscara de lo hinchada que está”, lamentó su marido.
“Estábamos jugados, nos iban a matar, porque seguían torturándonos. Cuando la agarran a mi hija, yo no sé de donde saqué fuerza y empecé a pegarles, a golpearles, entonces mi marido se da cuenta de lo que estaba sucediendo y empezamos nosotros entre los dos a pegarles a ellos, eran cinco armados contra nosotros dos”, dijo a La Nación+ la pareja del empresario, Mónica. |
