La dura batalla entre la deserción y la inclusión escolar – Negocios & Política
 

El peso de la irresponsabilidad |La dura batalla entre la deserción y la inclusión escolar

Sabemos que la educación primaria y secundaria es obligatoria en nuestro país, pero…¿Cuántos estudiantes egresan por año?, ¿Cuántos abandonan?, ¿Existe la misma contención para todos?. El duro camino del aprendizaje en Argentina.
Valeria Druckmann
Sociedad
Valeria Druckmann
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Si nos remontamos a los dichos de la ministra de Educación porteña podríamos decir que si los encargados de pensar políticas y gestionar recursos para garantizar el ingreso, la permanencia y el egreso de estudiantes siguen su línea de pensamiento, la escolaridad atraviesa un grave problema. Incluso, no es la primera vez que la funcionaria se ve envuelta en críticas por valoraciones negativas y discriminación hacia los estudiantes.

"Después de dos años, es muy tarde para salir a buscarlos, esos chicos seguramente ya están perdidos en un pasillo de una villa, ya cayeron en la actividad del narcotráfico o tuvieron que ponerse a trabajar", fue la polémica afirmación que hizo esta semana Soledad Acuña a través de Radio Rivadavia en torno a los estudiantes que abandonaron la escuela durante la pandemia.

Por claras razones, miembros de la comunidad educativa en general, funcionarios, políticos e incluso el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo, manifestaron su repudio y preocupación por los dichos de Soledad Acuña.

Desde el INADI, emitieron un comunicado en el que apuntaron contra el “daño institucional” causado por la ministra de Educación. "Las declaraciones de Acuña no solo se desentienden de sus obligaciones como funcionaria (garantizar la educación de calidad en tanto derecho humano para todos los sectores de la sociedad), sino que con su discurso suma una dimensión más a la discriminación, al responsabilizar a los grupos vulnerados de su situación y realizar asociaciones infundadas y estigmatizantes en cuanto a niñez, criminalidad, pobreza y educación pública".

Finalmente, para el organismo, los dichos de la funcionaria "demuestran, en cambio, sus prejuicios ideológicos elitistas y un desprecio a la cosa pública en general, sesgo personal que ha manifestado en otras oportunidades y que es compartido por parte de su entorno político".

Antecedentes

A mediados de noviembre pasado fueron varios los organismos de derechos humanos que solicitaron al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta que tome medidas contra la ministra por otra serie de declaraciones estigmatizantes. En esa oportunidad, a través de un video sostuvo que las personas que eligen la carrera docente "son de los sectores cada vez más bajos" respecto al nivel "socioeconómico" y que “por ende, tienen menos para ofrecer en el aula”.

Los responsables: ¿Cuánto se hizo?

Cada año alrededor de 360.000 estudiantes deben dejar sus estudios, algo que se agudizó mucho más durante la pandemia, ya que acrecentó las desigualdades por la dependencia tecnológica para poder continuar con los períodos de enseñanza, la famosa “brecha digital”.

Según proyecciones realizadas por la Universidad Di Tella y Flacso, habría una pérdida de 1,5 millones de alumnos, es decir, entre 13% y 15% en los niveles inicial, primario y secundario. A su vez, el Gobierno anunció que 1.800.000 estudiantes presentaron dificultades, tanto por haber perdido contacto con la escuela o por haber discontinuado su proceso de aprendizaje durante los dos últimos años.

En este sentido, el abandono escolar durante la pandemia estuvo directamente relacionado con una desigualdad social creciente que impacta en las trayectorias educativas: la falta de computadoras, de internet e incluso la inexistencia de acompañamiento pedagógico durante la suspensión de las clases presenciales.

Por parte del Gobierno, tampoco existió un programa nacional o provincial de distribución masiva de dispositivos, ni conectividad en los barrios, como tampoco becas para adquirirlos.

A su vez, se desató un enfrentamiento entre Nación y Ciudad por el regreso a la presencialidad en pandemia por la falta de recursos disponibles para acompañar la escolaridad; la infraestructura escolar, además de los insumos tanto pedagógicos como sanitarios, producto de un ajuste histórico en las partidas presupuestarias del área social y educativo.

La propia ministra de Educación porteña, confirmó durante la entrevista con Radio Rivadavia que la deserción escolar en el distrito escaló a 6.500 alumnos desde marzo de 2020 y añadió que "había 400 que no pudimos revincular porque tenían una situación de vulneración de derechos muy difíciles, que necesitaban intervención del Estado, desde otras áreas no solo educativas".

Sin embargo, luego de las múltiples críticas que recibió desde diversos sectores, Acuña utilizó su cuenta de Twitter para revertir sus argumentos. Bajó varios cambios a su postura e incluso arrojó cifras que contradicen a las primeras: "en CABA se recuperó el 98% de los chicos que habían perdido vínculo con su escuela".

En tanto, desde el Gobierno, el ministro de Educación Nacional Jaime Perczyk, admitió que en los últimos registros "había 500 mil chicos que todavía no habían regresado" a las aulas para el segundo cuatrimestre de 2021.

Hoy por hoy todo parece indicar que las declaraciones de Acuña, se presentan como un ataque a la juventud proveniente de los sectores más vulnerables para ocultar su responsabilidad en la deserción escolar, a favor de un régimen social que hace crecer la pobreza y el abandono escolar.

En un país donde el 60% de los niños, niñas y adolescentes son pobres, las declaraciones de la ministra violentan a quienes se organizaron bajo duras condiciones reclamando que se le otorguen computadoras, conectividad y becas, para acceder al elemental derecho a estudiar.|

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