Tras dos semanas de la muerte de Diego Maradona, quien falleció el pasado 25 de noviembre, comenzó a circular en los medios de comunicación un video inédito con imágenes del futbolista días antes de su última operación. En el clip se lo ve cantando mientras toma cerveza y fuma un habano.
El video fue difundido en el programa Confrontados y, según afirmaron, grabado sólo días antes del 3 de noviembre, fecha en la que el crack fue sometido a una operación por un hematoma subdural, aunque existen dudas sobre la fecha de esa grabación.
Y ese video está atado por un hilo casi invisible con una historia que sucedió hace más de 20 años y tuvo como protagonista a Mariano Castro, el hombre que está junto a Maradona en las imágenes y que compartió su "internación" durante cuatro años.
Enero del año 2000. El presidente era Fernando De la Rúa y a su secretario de Comunicación y Cultura, Darío Lopérfido, se le ocurrió una campaña callejera con afiches que decían "Maldita cocaína". La movida coincidió con la internación de seis días de Diego Maradona en el Instituto Sacre Coeur de Buenos Aires por una sobredosis de cocaína.
En ese sentido hay que admitir que la campaña logró el cometido de conmocionar. Tanto, que desató una fuerte interna en el mismo Gobierno y un escándalo del que formó parte Maradona, aunque Lopérfido negó que se hubiese querido aprovechar el episodio del exjugador para causar mayor impacto en la campaña contra la droga.
Sin embargo, algunos de sus colaboradores admitieron que la frase "Maldita cocaína" fue recogida de declaraciones que hizo el cardiólogo Carlos Álvarez, quien atendió al jugador, antes de su viaje a Cuba para su rehabilitación y luego de esa internación.
Álvarez dijo que los fanáticos de Maradona, que desplegaban frente a la clínica Sacre Coeur carteles con la leyenda "Aguante, Diego", deberían en cambio exhibir pancartas que dijeran "Maldita cocaína", tras lo cual relató los graves daños cardíacos que el consumo de la droga le había provocado al "10".
"No tiene nada que ver. Se trata de un simple juego de palabras", reiteró Lopérfido al referirse a la leyenda de los carteles.
Además, Lopérfido negó cualquier tipo de vinculación de la inscripción "Maldita cocaína" con la expresión "Maldita policía", que algunos medios periodísticos utilizaron para referirse a las fuerzas de seguridad bonaerenses, en particular la revista Noticias, investigación que fue conducida en 1996 por quien "armoniza" esta nota cargada de archivo.
Pero la polémica siguió creciendo y así lo reflejó la periodista Emilse Pizarro en el diario La Nación en aquellos inicios del 2000.
"Las novedades en los seis días que Diego Maradona estuvo internado en el Instituto Sacre Coeur de Buenos Aires no giraron sólo en torno del estado de salud del ex astro del fútbol. El director del instituto, Carlos Álvarez, fue el encargado de dar los partes médicos y de levantar una polvareda con sus declaraciones y denuncias", redactó Pizarro.
"Álvarez, de un estilo directo y sin rodeos, denunció en una conferencia de prensa que un falso médico había ingresado en la clínica que él dirige para proveer de cocaína a Maradona. El escándalo que desde ese momento se desató y que llegó al punto en que el juez Literas actuó de oficio para investigar el hecho, era ignorado por Maradona. Hasta ayer".
En diálogo telefónico desde La Habana con Radio Mitre, el excrack se enteró por medio de los periodistas de las denuncias del cardiólogo y no tardó en arremeter contra él: "Álvarez montó una farsa con el asunto del falso médico. No me merece el menor respeto". Y fue aún más lejos al anticipar que daría instrucciones a sus abogados para que iniciaran acciones legales.