El radicalismo pareciera estar experimentando una revolución interna, apenas perceptible. El principal agitador es el senador nacional Martín Lousteau que, empujado por cuadros nuevos que quieren mojar la medialuna sin pedir permiso, comienza a recorrer el país apoyando a los correligionarios que estén dispuestos a disputarle el poder a una anquilosada estructura acusada de no dar pie con bola.
La coalición opositora “tiene que ser más grande y mejor, y para eso el radicalismo no tiene que tener complejo de inferioridad ni de minoría”, dijo el principal referente de Evolución Radical cuando llegó ayer a Córdoba para respaldar a Rodrigo De Loredo, un candidato a concejal que se opone a la conducción de la UCR cordobesa repartida entre el diputado nacional Mario Negri y al exintendente de la capital provincial, Ramón Mestre.
El mismo trabajo está haciendo Lousteau en Buenos Aires, donde apoya al intendente de San Isidro, Gustavo Posse, en las internas del partido. El alcalde quiere quedarse con la batuta del Comité provincial del radicalismo. “Tenemos un radicalismo que se entera por los diarios de las decisiones que toma el PRO. Y no es culpa del PRO que quienes conduzcan al radicalismo en la Provincia no tengan carácter”, había dicho días atrás Posse durante una recorrida junto a sus seguidores.
La semana pasada se conformó la Juventud Radical Evolución. Se los convocó “a volver a darle rebeldía a la UCR” en un acto que se realizó en la Facultad de Odontología de la Universidad de Buenos Aires, del que participaron jóvenes de 22 provincias.
“Hay que volver a ser disruptivos y evolucionar pero, en el caso de ustedes, revolucionar, porque los jóvenes tienen sobre sus espaldas la responsabilidad de cambiar la historia y terminar con el partido del lamento”, les dijo Lousteau cuando la arenga se encontraba en su pico más alto. Luego agregó: “No queremos ser el partido del enojo y la comodidad, queremos ser el partido de la esperanza”.
Una interna en llamas
Lousteau, el radical que supo ser ministro de Economía durante el primer gobierno de Cristina Fernández de Kirchnerhasta que se cansó y dio el portazo, cree que el rol de su partido debe ser menos dócil y más contestatario. "Queremos un radicalismo que quiera gestionar y que levante la voz en los tiempos que son difíciles, inclusive adentro de la propia coalición. Es una discusión que nos tenemos que dar, para ver como competimos y cómo nos hacemos mejores", dijo al llegar a la provincia mediterránea.
Negri quiso evitar las internas del radicalismo cordobés, anunciadas para el 14 de marzo. La junta electoral del partido había impugnado la lista Sumar —apoyada por Lousteau— y sólo habilitó la lista del oficialismo. Pero la jugada no se concretó porque el juez federal con competencia electoral Ricardo Bustos Fierro resolvió que deberá haber compulsa interna.
“Las internas son importantes porque es una discusión para ver cómo competimos y cómo nos hacemos mejores”, dijo el senador nacional y sin nombrarlo apuntó a Negri: “Aquellos que se las pasan señalando que el kirchnerismo se apropia de las instituciones no pueden decidir arbitrariamente que no hay competencia. Necesitamos más y mejores dirigentes y eso lo tiene que dirimir la gente”.
Según se informó, Lousteau tiene previstas una serie de actividades en la capital de Córdoba y en el Interior de la provincia para respaldar a Sumar. También mantendrá reuniones con la Juventud Radical Evolución de acento cordobés. |