El PJ quiere «peronizar» a Alberto ¿para «empoderarlo» o para hundirlo? – Negocios & Política
 

Día de la Lealtad |El PJ quiere "peronizar" a Alberto ¿para "empoderarlo" o para hundirlo?

Nuestro flamante columnista, fundador de una sociedad antropológica dedicada a la investigación del hombre y su actuación política en la civilización moderna, recorre los pueblos de la Argentina en busca de respuestas a las preguntas esenciales de la humanidad. Hoy responderá al primer gran enigma: ¿está el peronismo en condiciones de empoderar al Presidente de la Nación entronizándolo al frente del PJ o le está colocando un salvavidas de plomo en el peor momento de su gobierno?
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Imaginate que sos un Gobernador y estás hablando con el Presidente. De repente aparece un llamado de la vice. ¿La dejas en espera? ¿O le decis a Alberto "perdoname, me está llamando Cristina" y tomás la llamada entrante?.

La respuesta a ese interrogante define algo que en la Argentina convulsionada que vivimos, cotiza en Bolsa: el alineamiento con el liderazgo. Algo que todas las fuerzas políticas buscan, pero que en el caso del peronismo, se transforma en una necesidad imperiosa. 

La militancia ve en Alberto ni más ni menos que lo que la legalidad y la legitimidad le otorgan: él es el Presidente de la Nación. Sin embargo, nunca lo vieron como el "líder" del espacio, figura que la base de sustentación kirchnerista del Frente de Todos identifica claramente con la de la vicepresidenta.

Históricamente, cada vez que colocaron un dirigente en el sillón de Rivadavia, los acólitos de Perón lograron alinearlo con la presidencia del PJ. La primera que rompió esa tradición fue, justamente, Cristina, a quien nunca le interesó encabezar el partido en el que milita desde su juventud y eligió fortalecer un camino separado de la estructura partidaria.

Hace un par semanas se puso en marcha el operativo para convertir a Alberto Fernández en presidente del PJ. La iniciativa terminó de delinearse sobre el final de la semana pasada entre funcionarios de la Casa Rosada, algunos gobernadores y la cúpula de la CGT. El plan es festejar la fecha patria del peronismo entronizando a Alberto como líder del Justicialismo.

En el juego de remanye, Alberto no se hizo rogar demasiado y deslizó a través de sus emisarios que aceptaría los honores siempre y cuando fuera la decisión mayoritaria de la conducción. El "Highlander" sanjuanino, el Bello Gigí del Gabinete y el Chivo rosarino que vigila a los milicos, fueron los arquitectos de la jugada, que culminará (si todo sale como fue previsto) con un acto virtual para conmemorar el Día de la Lealtad donde se ungirá al más alfonsinista de los presidentes desde Raúl Alfonsín como titular del Partido Justicialista.

Para José Luis Gioja -quien hoy ostenta el bastón de mando pejotista- "Alberto Fernández es el único que puede garantizar la unidad partidaria". Aunque el recambio formal de autoridades se hará a mediados de diciembre, le idea es aprovechar el 17 de octubre para anunciarlo, desde una cabecera montada en el histórico Salón Felipe Vallese de la CGT, rodeado de la conducción más devaluada de la historia de la central sindical.

La rosca incluye, además de los gremios y los albertistas, a los gobernadores, legisladores y dirigentes de base del peronismo, con cuyas presencias se pretenderá dar una imagen de unidad y poder de cara a un 2021 que pinta complicado para los compañeros (y las compañeras) que pretenden retener -y hasta ampliar- el número de integrantes de la bancada mayoritaria en ambas cámaras.

A Cristina la consultaron ?¿quién se hubiera animado a armar esta movida a espaldas de La Señora?- y por supuesto que estuvo de acuerdo. Incluso hasta se animó a sugerir que la agrupación liderada por su hijo, podría arrimar el bochín a cambio de alguna designación partidaria para los "camporistas".

El empoderamiento virtual, al decir del Turco robador de flores en los jardines quilmeños significa "estamparle la cucarda del PJ como herramienta electoral, un caramelo de madera (ligeramente espolvoreado con azúcar impalpable)". Otro analista, de apellido ilustre en la historia del periodismo (periodismo, no peronismo) y gran jugador de Pica-Pica en el truco, se pregunta preocupado: "¿para qué le ofrecen en bandeja el PJ a Alberto?¿Lo querrán terminar de hundir?".

Sin "albertismo" no hay "albertistas"

En el peronismo el conductor es el que manda y Alberto eligió no hacerlo. Hasta ahora, al menos. Empezó haciendo equilibrio en vez de tomar las riendas. Pero eligió resignar la construcción de un "albertismo" fortaleciéndose con el massismo y desarmó la alianza inicial con los gobernadores.

Sin "albertismo", sin gobernadores y sin Massa, Alberto carece de poder propio. Y por eso analiza esta jugada como una posibilidad de recostarse sobre el sello partidario, que brilla más por la mitología que por su presente. La falta de identidad en el liderazgo pone al peronismo en crisis. También por eso busca realinear esos planetas para intentar torcer el rumbo declinante de un gobierno que todavía no le encuentra el agujero al mate.

Hoy el peronismo tiene que enfrentar la conducción ejecutiva de un país inmerso en una crisis económica sin precedentes, legada por la herencia macrista y una pandemia que terminó por devastar lo poco que quedaba en pie. Si no toma rápidamente el timón y conduce a la Argentina hacia aguas menos turbulentas, los peronistas se la verán complicadas. Y Alberto también, aunque a partir del 17 de octubre tal vez estén en el mismo barco.

 

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