Ya se cumplió un mes desde que el consorcio empresario que encabezan Daniel Vila, José Luis Manzano y Mauricio Filiberti llegaron a un acuerdo para adquirir la distribuidora eléctrica Edenor. Fue por un monto inicial de US $100 millones y que comprende al 51% de las acciones que tenía el grupo Pampa Energía.
¿Qué dejaron los primeros treinta días de un Edenor bajo la suela de las tres caras nuevas del grupo? En primer lugar, quejas, quejas y quejas.
Como es de esperarse a estas alturas del año, los cortes de energía son una constante. Por más que cambie la cúpula de la empresa, algunas cosas no cambian. En los últimos días se desataron fuertes reclamos de los usuarios por cortes registrados en varias zonas del Gran Buenos Aires (GBA). Según el Ente Regulador Nacional de la Electricidad (ENRE), en relación al área de concesión de Edenor, la localidad de San Justo es la que reúne la mayor cantidad de usuarios afectados.
Los usuarios no fueron los únicos que pusieron el grito en el cielo. Al coro cantante se le sumó también Julio de Vido, quien llamó a investigar la venta de Edenor. "Sería bueno investigar desde el Congreso la operación de venta de Edenor, tanto a los compradores como al vendedor, pero fundamentalmente a los que desde el Estado intermediaron la operación", subrayó el ex ministro a través de sus redes sociales.
El primer pleno
En el marco de este movimiento de piezas, a través del ENRE, el Gobierno anunció en los últimos días el proceso de análisis, discusión y determinación de una nueva tarifa "residencial, industrial y comercial" de la energía eléctrica.
Esta tarifa debería comenzar a regir a partir de mediados de marzo próximo, y será de transición hasta que concluya la nueva Revisión Tarifaria Integral. La empresa que adquirieron Manzano, Vila y Filiberti será la más beneficiada; al igual que Edesur.
"El procedimiento de adecuación transitoria de las tarifas tiene como objetivo establecer un Régimen Tarifario de Transición, hasta tanto se arribe a un Acuerdo Definitivo de Renegociación", explicaron desde el organismo. La nueva cúpula de Edenor ya metió el primer pleno del año.
Los detractores
En este contexto, Mauricio Filiberti, el 'Rey del Cloro', sigue sonriendo. El hombre que tiene el monopolio del coro -y por eso bien el vale su apodo- en Argentina y cuya empresa Transclor factura cerca de 12 mil millones al año ahora también gozará de los beneficios tarifarios. Sin embargo, desde algunos sectores comienzan a levantar la voz.
A principio de este mes, desde la Central de los Trabajadores de la Argentina Autónoma (CTAA) elevaron un documento a principio de mes en el cual se consideró "fundamental" que Edenor, YPF y todos los servicios públicos "estén en manos del Estado o controlados de manera severa". La Central aseguró que en el caso Edenor debe examinarse "lo más conveniente para la Argentina, y no como una transacción privada, que no lo es, porque sin la intervención estatal no es posible hacerla".
Con el apoyo de decena de sectores, agrupaciones y entidades, "la venta de la mayoría del paquete accionario de Edenor es una excelente oportunidad para el Estado de reordenar el sector eléctrico, que es un insumo estratégico para la población y las industrias; su precio influye en la competitividad y, para el ciudadano, su valor afecta el nivel de vida colectivo, al igual que sus costos", señaló el documento.
Para el sector, la Argentina puede autoabastecerse en energía y, Edenor, es la empresa más grande; fue dada en concesión por el menemismo y exige "un indispensable reacomodamiento, que depende de la mirada política sobre la visión de una Nación industrial y con energía barata", por lo que reclamó su "inmediata recuperación".
"La transacción que se intenta depende de la aprobación del Ente Nacional de Regulación de la Electricidad (ENRE). Hay que avanzar en el control público del sector para resolver la fragmentación y anarquía propia de la privatización, y traspasar YPF también", afirmó.
