El procedimiento, que también contó con la colaboración de la Dirección General de Adunas (AFIP), fue bautizado por los investigadores como "Operación Barcelona", en el cual se impidió el ingreso de 71,5 kilogramos de cocaína a la mencionada ciudad española provenientes desde el puerto de Zárate, en la provincia de Buenos Aires.
La investigación comenzó el 24 de noviembre del año pasado, cuando se detectó el ingreso al país de una casa rodante y de una camioneta Nissan por el puerto de la ciudad de Puerto Madryn mediante una importación temporaria, un trámite aduanero que permite ingresar por un plazo determinado de tiempo bienes de capital sin necesidad de pagar derechos de importación.
El hombre que había realizado los trámites aduaneros para ingresar a Argentina esos vehículos era un ciudadano español al que identificaron con las iniciales J.J.C.L., quien comenzó a ser investigado y se estableció que permaneció en el país algo más de dos meses.
Es que el 8 de febrero último se determinó que J.J.C.L. regresó a España desde el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, al cual llegó a bordo de un automóvil KIA Río, color azul.
Según las fuentes, ese mismo vehículo fue el que custodió el despacho de la casa rodante y de la camioneta Nissan hasta el puerto de Zarate el 16 de febrero pasado, cuando se descubrió la cocaína.
Durante los controles previos, personal de la AFIP detectó que oculto dentro de la casa rodante había 67 envoltorios rectangulares tipo "ladrillos" de cocaína, cuyo destino final era la ciudad de Barcelona, en España, por lo que dieron intervención a la Justicia Federal.
Ante esa situación, el juez federal de Campana, Adrián González Charvay, ordenó una entrega vigilada de la droga en España con el objetivo de llegar a la totalidad de la organización que actuaba detrás de la maniobra ilícita, mientras que los investigadores procedieron a identificar a los miembros de la organización.
Para eso, González Charvay dispuso el secuestro de los 71,5 kilos de cocaína y la carga de 67 ladrillos de una sustancia que simulaba ser la misma droga, para no despertar sospechas.
Además de obtener la identidad de J.J.C.L, los investigadores establecieron que el auto KIA era manejado por un hombre cuyas iniciales eran G.H, quien tenía domicilio en Lanús y era dueño de un taller mecánico en esa zona.
Sumados a esas dos primeras identificaciones, las pesquisas también comprobaron la colaboración en el hecho de un despachante de Aduanas y un gestor de trámites aduaneros.
Además, los investigadores lograron identificar al supuesto jefe de la banda, M.G.P., quien tiene domicilio en un barrio privado en Nordelta y que tenía antecedentes por maniobras de tráfico de droga.
Finalmente, como consecuencia de la entrega vigilada dispuesta por González Charvay, el cargamento con la casa rodante y la camioneta Nissan llegó al puerto de Valencia el 8 de abril y luego fue trasladado por tierra hasta Barcelona.
Seis días después, la Guardia Civil Española detuvo a J.J.C.L, G.D.H, M.A.C y M.G.P cuando fueron a buscar el motor home.
A su vez, la justicia española dispuso varios allanamientos de domicilios en el país ibérico y la baulera que habían contratado para acopiar la droga. Asimismo, se ordenó a la Guardia Civil española secuestrar la sustancia sustituta que estaba en la casa rodante, ya que la cocaína quedó en Argentina.
Por su parte, las fuentes estimaron que la cantidad total de cocaína hallada en febrero en el motor home tenía un valor de 1.500.000 euros.
En paralelo, el Juez Federal de Campana dispuso 13 allanamientos en Argentina, donde resultaron detenidas otras tres personas que habían colaborado con el envío de la casa rodante.
Durante la tarde de hoy, se brindó una conferencia de prensa para detallar los pormenores de la operación en el Departamento Central de la PFA, ubicado en Virrey Cevallos 362, donde participaron el jefe de la fuerza, Juan Carlos Hernández, el subjefe Osvaldo Rubén Mato y el superintendente de Drogas Peligrosas, Mariano José Giuffra.
Giuffra se refirió a la investigación y señaló que “ya conociendo los lugares de residencia, de permanencia, de la gente que estaba involucrada allá, un ciudadano español que era el que había gestionado la importación temporaria que se utilizó como excusa para cargar los vehículos con cocaína, allí se hace un seguimiento de todos los intervinientes, un monitoreo total y preciso de la carga en viaje y de los movimientos de estas personas”.
“Se impidió la entrada de estos 71 kilos y medio de cocaína a territorio europeo, fue secuestrada aquí y por un método de sustitución enviada la carga a España y se detuvo a los siete responsables, cuatro de ellos en España, y tres de ellos en Argentina”, concluyó Giuffra.|