¿Quién es el “sugar daddy argentino”, Eduardo Costantini? – Negocios & Política
 

Ejemplo para unos, envidia para otros |¿Quién es el “sugar daddy argentino”, Eduardo Costantini?

Exitoso, adinerado y experimentado, el as de los negocios inmobiliarios y de la buena fortuna, supo construir un imperio e ingresar al puesto N°15 del ranking de las personas más ricas de la Argentina. Casado con una joven 43 años más joven que él, refuerza su idea de tener todo en la vida. Pero, ¿cómo y cuándo erigió una gran fortuna? El camino recorrido, las relaciones empresariales frente al escenario político y sus “babys”.  
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Eduardo Francisco Costantini nació en Buenos Aires el 17 de septiembre de 1946. Su padre era abogado y contador. Su madre fue una mujer muy equilibrada y una persona que le enseñó mucho “Siempre escuché muchísimo a los mayores”, dijo. El quinto de trece hermanos fue criado en el barrio de San Isidro, zona norte del Gran Buenos Aires, con una infancia marcada por los deportes, las travesuras y los pequeños negocios que iban desde venderle frutas a un heladero hasta arreglar bicicletas.

 “Empecé estudiando y, con la necesidad de trabajar, vendía bufandas. Era una changa. Estudié y me recibí de economista en la Universidad Católica Argentina y, como me casé muy joven, obviamente tenía que trabajar mientras estudiaba. Para tener un ingreso plus, porque mi sueldo era muy bajo, correteaba cosas de lana. Eran los 70”.

Recordando a aquel joven que desde chico vendía bufandas por avenida Santa Fe, afirma: “le agradecería a ese Eduardo que tuvo mucha convicción y sacrificio. Había elegido una carrera [Economía y luego máster en Arte] y algunos miembros de su familia querían que la dejara para trabajar en un negocio familiar. Ese Eduardo dejó una oportunidad muy buena y con 25 mil dólares se fue a hacer un posgrado a Inglaterra. La oportunidad era la de formar parte de la dirección del frigorífico. Pero yo quería tener un posgrado, quería ir a la cuna de la economía como ciencia, que es Inglaterra, y me fui con mis tres hijas y mi exmujer sin saber nada, y me volví con el posgrado. Me quedé con 4 mil dólares, pero bueno, yo hice mi camino siempre”.

Así, se licenció en Economía por la Universidad Católica Argentina en 1971 y tiene un Máster en Arte por la Universidad de East Anglia, Inglaterra, 1975. Fue controlador de Penta S.A, iniciada la década del 70’, y luego su director financiero. En los ’80 se desarrolló como agente de bolsa, para luego pasar, en los años ’90 a la admiración de fondos comunes de inversión y los emprendimientos inmobiliarios a gran escala a través de Consultatio S.A.

El argentino se hizo famoso internacionalmente cuando abrió con la mayor parte de su colección el Museo de Arte Latinoamericano (MALBA) en Buenos Aires y la gran mayoría de los argentinos lo conocen por sus novedosos e innovadores proyectos inmobiliarios en EE.UU, Uruguay y Argentina.

Sus comienzos:

Costantini es un hombre de una austeridad de movimientos y de palabras notables. El creador de Nordelta cuenta la historia de su primer millón de dólares y de su primera obra de arte comprada en cuotas: “hubo adquisiciones que fueron significativas y que hacía al descubierto, es decir, iba a remates públicos, generalmente en Nueva York. Ahí aparecieron las grandes piezas. Diría que la gran mayoría de las piezas más significativas de la Colección Costantini fueron adquiridas en Sotheby´s y Christie´s”.

Convencido que el coleccionismo es algo en lo que hay que elaborarse y autoeducarse, afirmó que el arte es una especialidad: “hubo una definición estratégica sobre qué tipo de colección iba a formar. Me identifiqué rápidamente con lo argentino, con lo rioplatense y con lo latinoamericano. Entonces, pensé que a una colección exclusivamente de arte argentino le iba a faltar visibilidad. La selección hace la fuerza. Dentro del arte latinoamericano, el arte mexicano tiene mayor reconocimiento, más peso, así como el brasileño y el cubano son muy fuertes. Por eso traté de comprar las mejores piezas de los mejores artistas latinoamericanos para tener un muy buen seleccionado. Y a través de ese seleccionado, jerarquizar el arte argentino. Esa fue la estrategia”.

Su primer millón lo consiguió por medio de inversiones bursátiles y de la adquisición de una propiedad en el microcentro para construir un edificio. Después, allí se hizo el Banco General de Negocios: “Había hecho algunas operaciones inmobiliarias, invertido en la Bolsa y tenía un bonus de la oficina; con todo eso, había juntado doscientos mil dólares. Encontré un terreno en la calle Esmeralda que se vendía en doscientos cuarenta mil dólares y a mí me pareció que valía el doble, y lo quise adquirir. Me faltaban cuarenta mil dólares. Invité a mi hermano Rodolfo a que tomara el 20%. Compré el terreno en mayo, y en noviembre lo vendí en un millón de dólares. Esto hizo que terminara el año con ochocientos mil dólares”.

En 1999 se da por inaugurado oficialmente Nordelta, uno de los emprendimientos urbanos más grandes de América Latina, ubicada en el partido de Tigre, a 30 km. del centro de la Ciudad de Buenos Aires, con una extensión de 1.700 hectáreas en el que residen más de 35.000 personas. En ella se puede encontrar un centro médico, colegios, clubes deportivos, un centro comercial, supermercados, dos estaciones de servicio, cuatro bancos y un polo gastronómico, donde funciona también el Hotel Wyndham de cinco estrellas, entre otros servicios.

Su influencia inmobiliaria también se plasmó en la mismísima Ciudad de Buenos Aires en la construcción de edificios emblemáticos como el Catalinas Plaza, el Alem Plaza, la torre Grand Bourg y la torre corporativa Catalinas Norte, denominada como “la más moderna y sustentable de la Argentina” y ubicadas en Puerto Madero. Fue dejando su marca en otros países como Uruguay y Estados Unidos.

Su inclinación por las actividades culturales y educativas, lo llevaron a crear en 1995 la Fundación Eduardo F. Costantini a través de la cual inauguró el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA), para el que donó doscientas veintiséis obras de arte latinoamericano de prestigio internacional de artistas como Frida Kahlo, Diego Rivera, Tarsila do Amaral, Wifredo Lam, Xul Solar, Joaquín Torres García, Emilio Pettoruti, Cándido Portinari y Antonio Berni, entre otros.

La fundación del magnate no puede subsistir por sí misma, por lo que se trata de una inversión social que Costantini realiza a través de una donación anual. Actualmente MALBA es una institución privada sin fines de lucro que conserva y exhibe un patrimonio de más de seiscientas obras de los principales artistas modernos y contemporáneos de la región.

“Una ciudad como Nordelta se va haciendo de a poco. No es que un día te despertás y hay 40 mil personas. Al principio, creíamos de una manera ingenua que el proyecto se iba a materializar más rápido y no fue así. En el Malba pasó lo mismo. Es cierto que cuando se inauguró el museo me conmovió hasta la médula, pero después te acostumbrás, son cosas que se van convirtiendo en parte de tu rutina”, señaló.

Firme a mantener un bajo perfil, inclusive, se sumó a la mateada en contra de las controvertidas declaraciones de la cirujana, conocida como la “cheta” del Nordelta mientras aclaraba en entrevistas radiales que el reglamento del barrio, no prohibía tomar mate en ningún lugar, ni siquiera en las inmediaciones de las piletas. "Mateando en Nordelta con mi hijo Gonzalo", escribió junto a la imagen el empresario. Ese mismo día, usuarios de Facebook se habían autoconvocado para copar la entrada del complejo con equipos de mate, reposeras y perros.

Su relación política

Siguiendo el sentimiento de que los empresarios son meros “sobrevivientes” del contexto, se declaró abiertamente votante de Mauricio Macri para su reelección. “Creo que sería positivo para Argentina que gane Macri. No estoy de acuerdo en todo lo que hizo, ni mucho menos, pero me parece que lo que se está discutiendo es una forma de hacer política, de respetar a los otros poderes, como la Justicia, también desde el punto de vista ético. Me parece que pasa más por eso que por el contenido de un programa económico específico”, había declarado a la prensa.

Actualmente, el empresario, dueño de la desarrolladora inmobiliaria Consultatio y fundador del museo Malba, afirmó que "percibe" por parte del Gobierno actual "una política no amigable con los empresarios, de una ideología que le da preeminencia a la presencia estatal". Agregó: "Pero no solamente eso, que estaría bien, sino que de alguna manera se muestra confrontativa con el mundo empresarial".

"Hace unos días el Presidente dijo que el país no va a salir de la pobreza sin los empresarios, pero después la otra rama del Gobierno da señales que son totalmente contrarias y una inseguridad jurídica clara, que hace que se cree un ambiente de inestabilidad personal, familiar", había remarcado el empresario en declaraciones a la prensa.

"Ni en 2022 llegaremos a los niveles de 2019, pre-pandemia", aseguró. En relación al futuro de su negocio, el real estate, el titular de Consultatio indicó a la prensa que el Covid re-significó a las ciudades y a las formas de construir nuevos emprendimientos inmobiliarios.

Sin prejuicios en el amor

Costantini integra ese grupo de empresarios que en la década del 90 tuvieron alta exposición mediática más allá de sus emprendimientos y negocios. Su vida personal fue objeto siempre de escrutinio en una época donde tanto en Argentina como en el mundo, que empresarios –y políticos– exhibieran esos detalles no implicaban críticas extremas, sino que incluso ayudaban a la construcción de ellos como figura y no afectaban los negocios.

Fue en ese tiempo que Costantini, ya se encontraba separado de María Teresa Correa Avila, productora, cineasta y madre de sus cinco hijos. Hija de Lía Susana López Naguil y de Carlos Correa Ávila, quien se desempeñó como embajador y funcionario del primer gobierno de Juan Domingo Perón. Debido al trabajo de su padre, Teresa vivió gran parte de su infancia y de su juventud fuera de Argentina, además de Buenos Aires, en Roma, Inglaterra y Estados Unidos. A los 17 años contrajo matrimonio con el empresario y coleccionista de arte Eduardo Costantini. Finalmente, “desvelando que el amor no es para siempre”, se divorció en 1994, tras 28 años de matrimonio y se convirtió en una exitosa actriz.

Eduardo tiempo después apostó de nuevo al amor y sorprendió al casarse con Gloria Fiorito, hija de una familia de banqueros, y con una leve diferencia de edad potenciada por el aspecto por demás juvenil de ella. Ella, además, de economista, le interesaba el negocio inmobiliario. Con Gloria tuvo dos hijos más e incluso ella se integró al directorio de Nordelta. La separación se dio en una época donde esos temas ya eran tratados por equipos de comunicación de los protagonistas porque la vida privada tenía que ser nuevamente “privada”.

De Igual manera Costantini trató su última relación con Clarice Oliveira Tavares, tanto en el inicio como en su separación. Esta mujer brasileña acompañó de igual manera todo ese proceso. Tras 8 años de matrimonio con la arquitecta, finalmente Eduardo hizo un impasse en su vida amorosa para dedicarse a sus hijos y a sus proyectos. Nadie sabría que le depararía el futuro para el resto de ese 2015.

“El amor, ummm,no es para mí/ Todo es ‘para siempre’/ No es honesto, tiene sus trampas/ Se acerca a escondidas como un dulce traidor/ que me lastima o me cansa según el día/ El amor, umm, no vale nada/ Se inquieta por todo y se disfraza de tierno/ Pero cuando estalla, cuando me hiere/ Ahí sí es el infierno/ y ya no quiero saber nada.” De esta manera desesperanzada se expresaba Carla Bruni en L’Amourmm canción que adoptó Lucía Radeljak de 32 años, para dedicársela a Eduardo cuando comenzaban a salir en 2015.

Egresada en relaciones internacionales de la Universidad de San Andrés, se topó con Constantini cuando los dos se encontraban “duelando sus relaciones”: “yo había regresado a la Argentina a principios de 2015 después de haber terminado con mi novio, con quien viví dos años en Estados Unidos. Y atravesaba ese duelo; Eduardo el suyo. La diferencia de edad era un desafío. También que el que él fuera una persona pública”. El gusto por el arte, por lo nuevo, la política, la economía, la música y el baile parecían dar un futuro prometedor a la pareja, pero “el peso de la diferencia de edad” hacía de las suyas y el fin se acercó finalmente en 2017.

Después de tres matrimonios y un noviazgo con Lucía Radeljak, el poderoso empresario se puso de novio con Estefanía Daneri en el 2017. La diferencia de edad no fue un impedimento para que el coleccionista y su nueva pareja, treinta y nueve años menor, disfrutaran al máximo de su relación. Menorca, París, Antigua, Londres, Madrid y también el norte argentino fueron algunos de los destinos que visitaron juntos desde que se pusieron oficialmente de novios el 1 de enero. En el ínterin, Eduardo, padre de siete hijos y abuelo de dieciséis nietos, se convertía en bisabuelo por primera vez. Finalmente, tras un año de relación se separó de la joven licenciada en Administración de Empresas.

"No puedo mentir, porque no sé. Lo hablamos muchas veces. Y yo lo que más quisiera, obviamente, es ser madre con el amor de mi vida. No lo imagino con otro hombre. Él (Costantini) es la única persona, mi pareja y ahora mi marido, que esperé toda mi vida, que me cuidó y me valoró. Nunca nadie antes (lo había hecho). Mis amigas me dicen que me amaron. Pero de la manera en que él me ama, me cuida y me respeta, nunca. Así que si Dios quiere...Pero una decisión de Dios, porque hay muchas cosas que Dios las tiene que decidir. Nosotros estamos en esa búsqueda desde que nos conocimos", afirmó meses después la nueva novia y actual mujer de Eduardo.

Él la definió como "la magia de mi vida" y la presentó públicamente en la inauguración de La superación de la guerra, de la artista argentina Magdalena Jitrik. Se trata de la modelo mendocina y figura de Multitalent, Elina Fernández Fantacci (29).

Lo suyo fue amor a primera vista. Elina Fernández estaba tomando un café en el bar del Malba, esperando a que parara de llover, cuando Eduardo Costantini (72) la vio y supo que debía actuar. "La miré y ella me miró un par de veces, también. Cuando era claro que se iba, me acerqué. Me dio su WhatsApp y la invité a almorzar al día siguiente", cuenta el desarrollador inmobiliario, orgulloso de haber dado el primer paso.

Al día siguiente, Eduardo, uno de los empresarios más importantes del país, y Elina, una modelo mendocina dedicada a la alta costura, almorzaron cerca del museo y nunca más se separaron. “Estaba en una etapa de "no quiero conocer a nadie más". Viví desilusiones muy fuertes en los últimos años y necesitaba tranquilidad. Estaba feliz con mi trabajo y lo único que quería era estar con mi perro, Gino, pero el destino funciona de una manera mágica. Te cruza con la persona que es para vos en el momento justo”, le había dicho a la modelo en su momento.

Finalmente en una íntima, pero a la vez muy lujosa fiesta, en el Lounge Luxury contrajeron matrimonio en 2020 y aún hoy continúan evitando los prejuicios y apostando a que la diferencia de edad es la mejor manera de rejuvenecer.|

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