Ambas mujeres habían asistido a la clínica Matienzo a realizarse cirugías estéticas. Una de las víctimas, de 25 años, ingresó a la guardia con fallas orgánicas múltiples tras un procedimiento relacionado con implantes mamarios y quedó internada en terapia intensiva; mientras que la otra mujer, de 44 años, debió ser asistida al sufrir una descompensación hemodinámica tras la realización de una liposucción.

El fiscal Matías De Sanctis caratuló la causa iniciada como lesiones culposas y solicitó una orden de allanamiento a la Clínica Matienzo, que fue autorizada por el juzgado actuante. La denuncia fue realizada por la Jefatura de la sección de Urgencias del Hospital Fernández, después del ingreso de las dos pacientes que habían sido intervenidas en el mismo centro de cirugías estéticas.

El allanamiento a la clínica privada fue realizado por personal de la División Delitos Contra la Salud y Seguridad Personal de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires y el Cuerpo de Investigaciones Judiciales (CIJ) del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad y la clínica Matienzo fue clausurada.

En 2018, la clínica había estado en el centro de la escena mediática por un caso que tuvo un final trágico. Romina Candia Flores, de 32 años y madre de tres hijos, se sometió allí a una liposucción y murió un mes después. Había ahorrado durante un año los más de 50 mil pesos necesarios para pagar el procedimiento estético. El 14 de noviembre se realizó la operación. Su objetivo no era otro que el de mejorar su aspecto. El médico Armando Donati le había dicho que la liposucción era la mejor opción para su caso.

En la clínica les dijeron que la operación no duraría más de dos horas. Pero algo salió mal y la mujer entró en shock hemorrágico. A las ocho horas de haber ingresado al quirófano Romina salió, pero no era la misma: estaba hinchada, tenía los ojos morados y seguía inconsciente.

Los familiares dijeron que durante todo ese tiempo el doctor Donati los tranquilizaba argumentando que los síntomas que presentaba “eran totalmente normales”, que “no debían preocuparse”, que “no había qué alarmarse”, y que “quedaría internada hasta el día siguiente”.

 “Nos mintieron. Le vendieron un sueño y una ilusión que tenía. Pero todo fue falso y a mi hermana la mataron”, dijo en 2018 Yésica Candia Florez, hermana de Romina. Y agregó: “Lo que hicieron con ella fue un homicidio”.  Después de haber pasado toda la noche en el Matienzo y al ver que la mujer no tenía ninguna mejoría, los médicos decidieron trasladarla al Sanatorio Güemes. Allí quedó alojada durante 32 días. Y murió el 16 de diciembre.|