"Nori, esta noche está reservado para ir a comer al Alvear. Llamame para confirmar. Que no decaiga. Polly", decía la carta que encontró Pablo Radaelli, de 72 años, apenas ingresó a la casa de Nora Dalmasso, el domingo 26 de noviembre de 2006, cerca de las 18. El hombre se encontraba allí por pedido de la madre de la mujer, quien hacía cerca de 48 horas que no atendía el teléfono.
El hombre vivía en la propiedad lindera, sobre la calle 5 del country Villa Golf Club, en Río Cuarto, Córdoba. La misma nota, fue expuesta como prueba por parte del abogado del viudo Marcelo Macarrón a los ocho jurados titulares y a los dieciséis suplentes, y le pide a la secretaria del Tribunal que lea la declaración testimonial que dio Radaelli el mismo día del crimen, ya que hoy, a sus 88 años padece Alzheimer y la junta médica sugirió que citarlo a declarar podía ser perjudicial para su patología.
Radaelli gritó ese día "¡Nora!", "¡Nora!" y se preocupó. Nadie respondía. . Hizo palmas y, como seguía sin escuchar señales, decidió subió por las escaleras a la planta alta de la casa. Fue así como llegó a la habitación de María Valentina, la hija de la pareja, de 16 años, que se encontraba por un intercambio estudiantil en Chicago, Estados Unidos. Abrió la puerta, prendió la luz y se topó con el horror: el cuerpo de Nora estaba sobre la cama de la chica.
En la parte superior del cadáver solo tenía el doble nudo de cinturón de lo que sería una bata de baño. Unas sábanas verdes tapaban su parte inferior. En ese mismo instante sintió el olor nauseabundo de la casa. También recordó moretones en el cuello y el mentón.
El hombre volvió a su casa y llamó a la seguridad del barrio. A los minutos llegó Santiago Gatica, un policía que hacía adicionales en el lugar. Radaelli prefirió comunicarse con "Cholo", el padre de Macarrón en vez, de la mamá de Nora.
El primer empleado de seguridad en llegar a la escena del crimen, jura decir la verdad y cuenta: “Entré creyendo que se trataba de un accidente, de una urgencia. Me encontré con un cuerpo boca arriba, sobre una cama y en una habitación ordenada. No parecía haber habido una lucha o una disputa. Estábamos conmovidos. Y decidí dar aviso a la Policía de Córdoba, a la comisaría con jurisdicción en la zona".También habló de la nota firmada por "Polly" y agregó que la encontró sobre una mesa de vidrio "llena de huellas".
A continuación, la secretaria del Tribunal enumeró todos los objetos secuestrados en la escena del crimen, siempre a pedido de la defensa y el fiscal: "Una remera verde sin mangas, un jeans, un cinto dorado, una malla bikini de dos piezas rosas, dos pulseras de plata y una cadena con un trébol de dije, dos fundas de celular, un teléfono Motorola, pelos y vellos púbicos, un monedero, una agenda, una billetera de cuero, un encendedor, un sobre cerrado, una bata blanca, dos diarios, ochocientos cincuenta pesos en efectivo, un cenicero con colillas de cigarrillo y pelos, siete anillos, un reloj Rolex de dama y un tarro de vaselina líquida".
En 2006 la mujer apareció estrangulada en una cama de su casa, en Río Cuarto. La causa tuvo diferentes líneas de investigación, pistas falsas y varios acusados del entorno íntimo. Entre lo secuestrado, que fue guardado en bolsas negras de consorcio, hubo otra frase escrita que se leyó en la audiencia: "Novena de San Antonio" donde en su primera página, alguien escribió: "Para que mejore nuestra relación".
Macarrón, pidió la palabra para describir cómo fue el momento en el que se enteró del ACV que sufrió su suegra, hace unos tres años: "me lo comunicaron por teléfono, una mañana en la que estaba haciendo una cirugía". Delia "Nené" Grassi habría sufrido un ACV cerca de las cuatro de la mañana, y fue descubierta por la empleada que la cuidaba, a las ocho de la mañana, cuando iniciaba su jornada laboral. "No habla, está paralizada", dijo por teléfono.
A la empleada de su suegra le sugirió llamar a una ambulancia y que fuera trasladada hasta el sanatorio en el que se encontraba trabajando. La recibió y la llevó a terapia. La entubaron, le dieron asistencia respiratoria, pero ya era tarde. Se trataba de un ACV hemorrágico, y había poco para hacer. "Evolucionó bien, pero perdió el habla. Se comunica por señas", aclaró.
Esta ampliación la hizo porque en las primeras audiencias el fiscal había dicho que "le faltaba el tesón de la mamá de la víctima, que era fundamental en la lucha por hacer justicia por Nora", dando a entender que la mujer sospechaba de Macarrón. La próxima audiencia será el martes 22, con Juan Dalmasso, hermano de "Norita", entre los testigos.|