Fuera de “caprichos” o una que otra “cuestión personal” con alguno de los fiscales, los rugbiers implicados en el homicidio de Fernando Báez Sosa, se negaron a someterse a las pericias psicológicas y psiquiátricas pedidas por la querella, debido a la gran exposición mediática que ha habido frente al caso.
Máximo Thomsen, Lucas Pertossi y Enzo Comelli rechazaron las pericias el pasado viernes por consejo de su abogado, Hugo Tomei. "No poseo confianza en el proceso judicial que se viene llevando a cabo, ya que he padecido persecución mediática y he sido juzgado como 'asesino' por autoridad judicial", indicó cada uno.
Thomsen es uno de los más complicados ya que lo consideraron el líder del ataque. "Dale, cagón, levantate", le dijo a Fernando mientras el chico estaba tirado en el piso, agonizando. Y Pertossi fue quien, en un mensaje del grupo de WhatsApp "Los del Boca 3", anunció su muerte con la palabra "caducó".
Comelli, según la fiscal Verónica Zamboni, "premeditadamente agredió a Fernando Báez junto con los restantes imputados, previo repartirse roles para agredir físicamente a la víctima y posteriormente matarla". Esta semana, los cinco rugbiers restantes Ciro Pertossi (21), Luciano Pertossi (20), Matías Benicelli (22), Blas Cinalli (20) y Ayrton Viollaz (22) deberán someterse a las mismas pericias pero, según trascendidos, decidirán rechazarlas debido a la publicación de sus "cuestiones privadas" y la violación de su privacidad, por lo que alegaron que no quieren que "se vuelva a hablar de ellos fuera del expediente judicial con injurias y acusándolos de asesinos, cobardes y otras descalificaciones".
"Es una vergüenza, porque están en una instancia diferente a lo que fue la instrucción y continúan con esta estrategia vacía de insinuar y manifestar que sus derechos constitucionales son vulnerados", replicó el abogado querellante Fernando Burlando. Además, advirtió que "cualquier cosa que hagan evidentemente los va a perjudicar y esta negativa es un claro indicio en su contra, pero tal vez hubiese sido más en contra de que hicieran las pericias".
"No me sorprende más nada y esto tampoco le sorprende a los papás de Fernando, les duele, porque están corriendo la mira o la idea principal, que es el asesinato de Fernando", completó el letrado.
El juicio oral por el homicidio se desarrollará desde el 2 de enero de 2023 y a lo largo de 22 jornadas, con la participación de más de 130 testigos, en el Tribunal Oral en lo Criminal N° 1 de Dolores. Los rugbiers fueron procesados por "homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas", que contempla una pena de prisión perpetua.
La última semana, la Cámara de Apelaciones de Dolores aceptó que los rugbiers sean considerados "particulares damnificados" en otra causa en la que su defensa denunció por presunta "falsedad ideológica de instrumento público" y "privación ilegal de la libertad" a la fiscal Zamboni, que intervino en la investigación del caso. Lo había solicitado el abogado Tomei por presuntas irregularidades en las actas de las declaraciones indagatorias.
Ese planteo fue rechazado por el juez de Garantías David Mancinelli, quien el último 15 de diciembre consideró que los rugbiers no podían actuar en calidad de particulares damnificados, y tras un recurso de apelación por parte de Tomei, el caso quedó en manos de la Cámara, que falló a favor de los imputados.
El asesinato
El crimen de Fernando, hijo único de Silvino Báez (48) y Graciela Sosa (55), quien había terminado el Colegio Marianista, de Caballito, y estudiaba Derecho, se produjo entre las 4.41 y las 5 del 18 de enero de 2020, frente al local bailable ubicado en avenida 3 y paseo 102, en pleno centro de la localidad balnearia de Villa Gesell.
Según la fiscal Zamboni, los ocho jóvenes que serán juzgados "acordaron darle muerte" al joven, y para ello "previamente, distribuyeron funcionalmente sus roles", luego de que "minutos antes, al encontrarse en el interior del local bailable, tuvieran un altercado" con él, "quien se encontraba acompañado con su grupo de amigos".
La fiscal indicó que, "aprovechándose del estado de indefensión de la víctima, con el fin de darle muerte y cumplir con el plan acordado, los acusados le propinaron" en el suelo "varias patadas en su rostro y cabeza", y los golpes le produjeron "lesiones corporales internas y externas" que "provocaron su deceso en forma casi inmediata, al causarle un paro cardíaco producido por shock neurogénico debido a un traumatismo grave de cráneo".
El episodio quedó registrado por cámaras de seguridad y de teléfonos celulares de testigos, por lo que diez sospechosos fueron identificados y detenidos horas más tarde en la casa que alquilaban, a pocas cuadras del lugar. Dos de ellos, Juan Pedro Guarino (21) y Alejo Milanesi (22) fueron liberados el 10 de febrero de 2020 y sobreseídos en abril de 2021.
También fueron pruebas clave el análisis de los chats y los videos hallados en los celulares de los propios imputados, además de las pericias que encontraron sangre de la víctima en ropas de alguno de los rugbiers.|