Molina, acusado de "profanación de cadáver humano", le corresponde la pena máxima por medio de la cual, durante los próximos ocho meses, deberá ir a la fiscalía cada vez que lo llamen, cumplir 50 horas de tareas comunitarias y donar 10 mil pesos a la Fundación Integra Asociación Civil, dedicada a la recuperación de adictos y queda en La Matanza.

 “No hay pena suficiente para la aberración que hicieron estos salvajes pero tanto yo, como las hermanas de Diego, estamos satisfechos de haber logrado que ese hecho no termine impune. Tal como le prometí a la memoria de mi amigo y a sus hermanas llevamos esta causa hasta el final y ahora vamos estar atentos a que se cumpla con las tareas y con la donación a la Fundación que ayuda a los chicos que tienen problemas de adicciones”, dijo Matías Morla, el abogado querellante que representó en la causa a las hermanas de Diego.

Claudio Fernández y su hijo Sebastián son los otros dos acusados por el mismo delito que aún no recibieron sentencia: “esperamos pronto se resuelva el recurso presentado por los otros dos imputados y que terminen con la misma pena". Padre e hijo habían solicitado la nulidad del juicio. El pedido fue rechazado en primera instancia y ahora es analizado por la Cámara de Casación.

Según las declaraciones del empleado de la funeraria, él solo se la compartió a su familia y luego alguien de su entorno la publicó en las redes sociales. Lo amenazaron por teléfono, lo insultaron en redes sociales, se grabaron audios en los que aseguraban que había barrabravas que lo estaban yendo a buscar, dispuestos a matarlo.

Dos días después de la muerte de Maradona, tuvo que mudarse. "Hallan el cuerpo sin vida del empleado de la funeraria que se fotografió con Diego Maradona y posteriormente fue despedido", es el tweet que se difundió en aquellos días y lo motorizó a tomar la decisión. Los vecinos coincidieron en que "Es bonachón, grandote, 'un poco boludo'. Lo que hizo, lo hizo de boludo, no de malo".|