Faltaban pocos minutos para la medianoche. Juan Ameri ya había desfilado por varios programas de radio y televisión pidiendo disculpas a los llantos por el papelón protagonizado en la tarde del jueves, cuando "olvidó" apagar la cámara del zoom mediante el cual estaba participando de la sesión de la Cámara de Diputados y se lo pudo ver besando los pechos de una mujer sentada sobre sus faldas.
Intentaba explicar a la diputada Cristina Álvarez Rodríguez que todo había sido un malentendido desgraciado y que estaba arrepentido, cuando sonó el celular. Eran Sergio Massa y Máximo Kirchner. La legisladora puso al aparato en manos libres. "Renunciá hermano, o te echamos esta noche mismo", dijeron ambos.
Finalmente el legislador salteño asumió la responsabilidad del escándalo que desató ayer por la tarde y oficializó la dimisión, que posteriormente fue aceptada por la Cámara Baja (por 224 votos afirmativos, 1 negativo y 3 abstenciones).
“Ante el hecho de público conocimiento me dirijo a usted para pedir disculpas por mi conducta durante la sesión especial remota del día 24 de septiembre del corriente. No fue de ningún modo mi intención faltar el respeto a esta Honorable Cámara, a mis pares diputados y diputadas, ni al pueblo salteño que me eligió”, expresó Ameri en la carta de renuncia que presentó al titular del cuerpo legislativo.
“Consciente de la responsabilidad que mi cargo representa, pongo a disposición mi renuncia como diputado nacional y seguiré trabajando por mi querida provincia de Salta y para que Argentina se ponga de pie”, concluyó. Minutos más tarde, sus pares aceptaron casi por unanimidad su dimisión.