La Cámara Federal porteña ordenó un nuevo peritaje toxicológico por las muertes de los cinco jóvenes que asistieron a la fiesta electrónica Time Warp en abril del 2016. La medida había sido pedida reiteradamente por los familiares de las  víctimas fatales y si bien fue ordenada en la etapa de instrucción, nunca llegó a concretarse "por falta de medios suficientes".

La decisión de la Cámara se produce en momentos en que la jueza federal María Eugenia Capuchetti aceleraba la tramitación final del expediente para su elevación a juicio oral y público.

"La prueba versa sobre un aspecto que autoriza a su concreción a esta altura y es factible imponer un tiempo límite, dados los plazos ya insumidos por la instrucción", dijeron los camaristas Martín Irurzun, Eduardo Farah y Leopoldo Bruglia.

"Este estudio –añadió la resolución- está pendiente desde larga data, en razón de que cuando fue dispuesto el laboratorio de toxicología de la Morgue Judicial dijo no contar con los recursos necesarios o con la capacitación de su personal".

El peritaje en cuestión apunta a determinar, con precisión, "cuáles fueron las circunstancias que habrían causado o concurrido a causar el resultado de lesión o muerte de cada una de las víctimas".

La propia Justicia había justificado la necesidad de esa prueba, ante "la medida dirigida a contar con una opinión técnica más conclusiva", no ya como una "obligación funcional de producir todas aquellas pruebas propias de la instrucción e indispensables para la consecución de sus fines, sino también como un deber que, además de vincularse a la respuesta adecuada a las víctimas".

"No se advierten motivos que lleven a negar su producción, dados los intereses en juego", resumieron los jueces.

En la causa hay una decena de procesados, y las cinco víctimas fatales de la fiesta electrónica realizada en el complejo Costa Salguero el 15 de abril de 2016 fueron Nicolás Becerra, Francisco Bertotti, Bruno Boni, Martín Bazano y Andrés Valdez, todos presuntamente afectados por el consumo de drogas de diseño.

La lucha continúa

El 16 de abril de 2016, cinco chicos murieron en la fiesta electrónica Time Warp que se hizo en Costa Salguero. Después de casi cuatro años de esa tragedia, la Justicia sobreseyó a uno de los principales acusados. El abogado y empresario Víctor Stinfale​, uno de los organizadores.

En el estudio de la causa, se dijo que del evento habían participado más de 20 mil personas (el doble de lo permitido), que las canillas de los baños estaban cerradas y que lo único que se podía tomar allí era el agua embotellada, marca Block, que los organizadores vendían a 100 pesos. Un precio excesivo para 2016.

Stinfale, estuvo dos meses preso por la causa, acusado de “comercio de estupefacientes y abandono agravado de persona seguido de muerte”.

No era el único acusado: en total fueron ocho los organizadores imputados, además de seis inspectores de la Agencia Gubernamental de Control porteña y 25 hombres de la Prefectura.

En noviembre del 2020, una pericia realizada por la Policía Científica de la Bonaerense determinó que las muertes de los cinco chicos durante la fiesta electrónica fueron compatibles con las producidas con la toxicidad de un “síndrome serotoninérgico por drogas”.

Los familiares de los chicos muertos siempre apuntaron a la deshidratación, el hacinamiento, la falta de control y la mala atención médica durante la fiesta: había sólo seis ambulancias y los socorristas contratados no tenían experiencia.|