Un estudio realizado por investigadores del Conicet, la Universidad de Buenos Aires y científicos de otras casas académicas demostró que la interrupción de la presencialidad escolar contribuye significativamente a disminuir contagios de coronavirus, por consiguiente, las internaciones y fallecimientos. Pudieron llegar a esta conclusión tras analizar la situación epidemiológica tanto de CABA como de la provincia de Buenos Aires, tomando específicamente el período comprendido entre el 31 de marzo y el 28 de abril.
Cuando se dispuso el retorno a la virtualidad escolar en el Conurbano se pudo percibir una disminución más veloz y pronunciada de la cantidad de positivos confirmados en ese distrito bonaerense, en contraste con la Ciudad de Buenos Aires y el interior de la Provincia.
"Lo que observamos es una mayor diminución del número de casos en el conurbano bonaerense a partir de un momento que coincide a la perfección con la suspensión de la presencialidad, en un contexto de alta circulación viral; esto quiere decir que en este contexto la escolaridad presencial parece aportar a un aumento de la transmisión comunitaria", señaló Rodrigo Quiroga, investigador del Conicet y uno de los autores del trabajo.
Además, Quiroga detalló que "hasta el 22 de abril el comportamiento de las tres curvas era casi idéntico; sin embargo, en el conurbano observamos un cambio importante a partir de esa fecha, justo tres días luego de comenzar las clases virtuales en esta región, recordando que el período de incubación del virus es típicamente de 3 a 5 días".
El estudio
Los investigadores, tras realizar este análisis, pudieron observar:
- Una disminución del 22% de los casos en el conurbano entre el 22 y el 28 de abril
- Mientras que, en la Ciudad de Buenos Aires, la cual continuó con la presencialidad escolar pese al DNU presidencial y a que estaba contemplada como jurisdicción en alarma epidemiológica, la disminución fue del 13%
- En el resto de los departamentos de la provincia de Buenos Aires fue del 11,4%.
Los investigadores también hicieron un análisis por franja etaria, teniendo en cuenta los contagios de niños entre los 5 y los 11 años que concurren a la escuela primaria.
"Tomando como punto de descenso también el 22 de abril, en 10 días los casos bajaron casi a la mitad en el conurbano para este grupo etario. Hay quienes sostienen que esto puede explicarse a partir de que la escuela sirve para la detección de estos casos; esto puede incidir pero no creemos que alcance para explicar las diferencias observadas", indicó Quiroga y remarcó que "si la disminución se explicara sólo por una cuestión de testeo, lo que veríamos es que la curva de contagios de 5 a11 años debería caer abruptamente el 22-23 de abril (porque desaparece el "testeo extra") y luego seguiría la tendencia de CABA y el resto de PBA y, muy por el contrario, lo que vemos es una disminución gradual y sostenida de los casos".
La vuelta a clases
En cuanto al regreso a la presencialidad escolar, según Quiroga, "para retomar la presencialidad se debería producir una caída drástica en la cantidad de casos diarios y llegar a valores similares a los que se tuvo a principio de marzo".
De todos modos, los investigadores afirman que: "Estas consideraciones por supuesto no desconocen que la educación presencial es mucho mejor, desde cualquier punto de vista, que la exclusivamente virtual, la cual presenta a su vez dificultades y a menudo reproduce y genera desigualdades, y por lo tanto no debe extenderse indefinidamente en el tiempo".
Así concluye el texto que lleva la firma de Jorge Aliaga (UNAHUR, CONICET), Leonardo Boechi (UBA, CONICET), Roberto Etchenique (UBA, CONICET), Daniel Feierstein (UNTREF, CONICET), Diego Garbervetsky (UBA, CONICET), Mario Lozano (UNQ, CONICET), Rodrigo Maidana (UNLP) Sol Minoldo (UNC,CONICET), Santiago Olszevicki (UBA), Mario Pecheny (UBA, CONICET), Ezequiel Pecker (UBA, CONICET), Rodrigo Quiroga (UNC, CONICET) y Soledad Retamar (UTN). |