Berlín y su muro, el espionaje, el comunismo, el psicoanálisis, el adulterio, la guerra nuclear... Lo que quedaba entre nosotros del siglo XX se ha muerto con John Le Carré, un escritor insólito que hizo el camino que lleva desde la literatura de género, de género de espías, hasta la cultura media-alta.
La chica del tambor, las novelas de Smiley, El jardinero fiel o sus tristísimas memorias "Volar en círculos' son el legado de Le Carré: un conjunto de libros que aparentaban ser entretenimiento pero que reflejaban un mundo claustrofóbico y autodestructivo.
Algún apunte biográfico. Le Carré, igual que Patrick Modiano, fue el hijo de un padre desclasado, estafador, encantador, jugador y muy poco fiable en su afecto. La conclusión de Volar en círculos era que David John Moore Cornwell (el verdadero nombre del escritor) cargó con ese legado como una profecía siniestra que temía repetir.
“Con gran tristeza debo anunciar que David Cornwell, conocido en el mundo con el nombre de John Le Carré, falleció tras una corta enfermedad (no relacionada con el covid-19) en Cornualles el sábado 12 de diciembre por la noche. Nuestro pensamiento está con sus cuatro hijos, sus familias y su querida esposa, Jane”, indicó Jonny Geller, director del grupo Curtis Brown, agencia artística con sede en Londres.
Con una vida casi tan apasionante como sus escritos, Le Carré comenzó a trabajar para los servicios secretos británicos mientras estudiaba alemán en Suiza, a finales de los años cuarenta y sirvió a Su Majestad durante casi 20 años antes pasarse a la literatur