"El corazón de Diego Maradona está muy enfermo". Así, tajante, empezaba una crónica del diario La nación del 13 de enero de 2000, que continúa así:
"Así lo determinó la extensa batería de análisis a la que fue sometido el ex número 10 durante toda la mañana de ayer 12 de enero en el instituto Sacre Coeur, al que fue trasladado anteayer", continúa la nota.
"Sufre una miocardiopatía dilatada severa", sentenció en la conferencia de prensa el director del Instituto Sacre Coeur, Carlos Alvarez; al tiempo que los que no saben de términos cardiológicos pensaron lo peor. Y no estaban muy errados.
"Sólo el 38 por ciento del corazón del ex capitán de la selección nacional está sano, lo que deja entrever la gravedad del cuadro, aunque Álvarez intentó restar dramatismo al enfatizar que "el pronóstico, dentro de lo severo, es alentador". Y agregó:"Un tratamiento adecuado le permitirá recuperarse casi en forma completa".
"Pero para llegar a buen puerto el ídolo deberá ganar el partido más difícil de su vida: no podrá consumir cocaína ni alcohol".
¿Por qué? La combinación de droga y alcohol es frecuente en el tipo de adicción que padece Maradona. Según explicó Alvarez, esa mezcla hace que el hígado produzca unos metabolitos que a su vez causan la ruptura de fibras en el miocardio.
Es por eso que Alvarez diagnosticó que, aunque Maradona deje su adicción por un tiempo prolongado, en cuanto vuelva a tomar cocaína repetirá ese mismo y riesgoso cuadro clínico.
El cardiólogo aseguró que es posible mejorar, con medicación, el severo deterioro del músculo cardíaco.
Según el médico, eso fue lo que hicieron en el Sacre Coeur al suministrarle medicación que permitió recuperar hasta el 75% del músculo y luego, con un aumento de la dosis, llegar hasta el 90.
El cardiólogo dijo a La Nación que de los catorce sectores del músculo que aparecían dañados, uno no pudo ser restablecido ni siquiera con los fármacos; cuando el paciente deja de recibir los remedios la realidad vuelve a ser la misma: el corazón de Maradona funciona a menos del 50%.
Sin embargo, Alvarez destacó que hay una veta positiva: "El haber llegado a esos porcentajes permite deducir que es viable que el corazón del astro del fútbol pueda recuperarse".
El especialista habló con los periodistas pasado el mediodía en la planta baja del instituto cardiológico situado en Paraguay 3128. Entre tanto, dos pisos más arriba, Maradona descansaba de "la paliza", como su cardiólogo personal denominó a la serie de análisis que se le practicaron. Hubo también biopsias que se analizarán aquí y en el extranjero.
Y se regresa entonces al punto de partida de toda esta historia: depende de Maradona. De que deje las drogas y que haga una vida más ordenada. "Hay un aspecto neuropsiquiátrico y otro cardiológico. Si no se cura el primero, yo no puedo hacer nada", dijo el director del Sacre Coeur.
De ese primer aspecto, el neuropsiquiátrico, está encargado el doctor Alfredo Cahe.
El médico personal de Maradona expresó su deseo de trasladarlo a una clínica de rehabilitación de Canadá. Pero con los resultados cardiológicos en mano, Cahe, que conoce a Diego desde los 16 años, pareció cambiar de opinión:"El centro al que se lo envíe debe tener un equipo cardiológico de alta complejidad", apuntó.
"A partir de ahora, lo que se haga va a ser acordado no sólo entre los colegas sino también con la familia y, en lo posible, con el propio Diego."
Hasta allí, la añeja crónica de La Nación.
Luego, lo mandaron para Cuba, en donde estuvo cuatro años y tuvo al menos tres hijos extramatrimoniales.
Pasaron los años y el 25 de noviembre, Maradona murió de lo mismo que le habían diagnosticado hace más de 20 años.
Oficial: Así murió Maradona
Pero hay más, mucho más en esta saga de despropósito y abandono.
Días antes de su muerte, a Maradona se le realizó un Eco Doppler, que es una variedad de la ecografía tradicional, basada por tanto en el empleo del ultrasonido, en la que aprovechando el efecto Doppler, es posible visualizar las fotos el flujo que atraviesa ciertas estructuras del cuerpo, por lo general vasos sanguíneos, y que son inaccesibles a la visión directa: "La fracción de eyección del ventrículo izquierdo se estima en 60%" o que el "índice de masa del ventrículo izquierdo es de 104 gramos por metro cuadrado", algo que normalmente es de 60. Estos datos sumados a otros, son sorprendentes para algunos cardiólogos.
Jorge Franchella, médico cardiólogo afirmó: "Yo diría que lo que podemos decir del informe, no es lo que estamos acostumbrados a ver los cardiólogos. Es una pena que el Eco no tenga características normales que estamos viendo en el informe. Yo no me apoyaría en este informe para estar más pendientes, sí que si una persona tiene una situación cardiológica previa como la de Maradona, seguramente requeriría cuidados que son los suficientes como para estar alerta. En la anterior operación de rodilla hubo asistencia paralela por si pasaba algo. Yo puedo explicar lo que pienso como médico, lo que no puedo estar es convencido de cómo fue el tema. Alguien que pasa de una internación a una externación sin alta médica, requiere de cuidados psiquiátricos y cardiológicos".
“Ese corazón parecía una pelota de fútbol”. El médico cardiólogo Jorge Tartaglione (M.N. 67502) era médico residente en el año 2000 cuando le tocó estar cerca del cuerpo médico que lo trató en Punta del Este. “Registramos que tenía una cardiomiopatía dilatada, es decir, con el corazón agrandado, donde el corazón tiene una menor disminución de la capacidad de bombeo”,
“Uno de los principales problemas que tenía Maradona es que tenía lo que se llama una miocardiopatía tóxica, una afectación del músculo cardíaco que en su momento había motivado la internación en la Suizo después de esa transgresión con la droga en Uruguay”, explicó a Infobae el doctor Nicolás Lalor, jefe de cardiología del Sanatorio Anchorena Recoleta.
“Eso había dejado su corazón bastante dañado. Estos corazones no quedan funcionando con normalidad, sino con un deterioro de la función ventricular. Eso hace que, en una zona de riesgo, aumente la tasa de arritmias graves que conducen a la muerte súbita que lleva al paro cardiorrespiratorio”, remarcó Lalor.
Maradona pasó sus últimos días en una casa de Tigre, donde se había instalado el 11 de noviembre para el posoperatorio y supuestamente, seguir tratándose por su adicción al alcohol. La recuperación en este tipo de operaciones para el alta correspondiente suele ser de 7 días, aunque para un deportista de alto nivel se indica un mes de reposo para cualquier tipo de actividad física. El drenaje craneal para que no se vuelva a ocasionar la lesión es primordial, aseveró el médico neurocirujano Cristian Fuster.
En verdad, Maradona murió en una casa que era un caos: Para los fiscales, la casa de Maradona "era un descontrol total y absoluto".
Y con su médico tratando de despegar luego del desenlace, su responsabilidad,
Y supuestamente, estaban todos: los amigos, la familia, los médicos, los políticos y la hinchada.
Pero la muerte de Maradona había empezado veinte años antes. Y a nadie pareció importarle.