Ineficacia, agotamiento mental, incapacidad de concretar las tareas o de hacerlas adecuadamente, parecen sentimientos que forman parte de la rutina de cualquier trabajador que cumple jornadas de ocho o más horas diarias. Tanto en los trabajos de oficina como en aquellos que implican el uso del cuerpo y la fuerza física, es frecuente que aparezca, diagnosticado o no, el estrés laboral crónico.
Según un relevamiento del sitio laboral Bumeran, casi el 88% de los argentinos asegura haber sufrido alguno de estos síntomas a causa del teletrabajo en cuarentena. Además, entre ellos, casi el 70% dijo trabajar más horas desde que realiza home office y cerca del 45% manifestó no poder separar la vida laboral de la vida personal. De todas formas, el estrés laboral es una problemática histórica.
Por su falta de control y de prevención, el estrés laboral -más conocido como “burnout” o simplemente “estar quemado”- es la puerta de entrada de otras patologías psíquicas. En base a la gran cantidad de diagnósticos de este estado de salud mental, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la reconoció como enfermedad en 2019. Aunque el término fue utilizado por primera vez ya en 1974, el año pasado fue la primera vez que el desgaste profesional entró en clasificación como patología.
“Desde las empresas se puede brindar información e incentivar buenas prácticas para evitar que los empleados lleguen a ese extremo en su salud mental”, señala Lucas Mailland, especialista en recursos humanos y fundador de Fichap, una start-up de gestión de equipos de trabajo. Además, hay ciertas iniciativas, por parte de los propios trabajadores, que también pueden ayudar a evitar el desgaste y prevenir el estrés:
Crear rutinas de trabajo
“Para los trabajadores que realizan actividades desde sus hogares es muy importante planificar la jornada y organizar sus horarios de la misma manera que lo harían en un espacio físico compartido”, aclara Mailland. Establecer horas de inicio y finalización, horarios de almuerzo y respetar el descanso, son los pilares básicos para mantener el orden mental.
En este sentido, Fichap registra y gestiona las actividad de los integrantes del equipo. También brinda a los administradores herramientas para generar reportes que den cuenta de los avances y niveles de productividad”, explica Mailland.
Trabajar en equipo
Todos sabemos que la motivación es contagiosa: mantener reuniones virtuales, utilizar plataformas de trabajo colaborativo y herramientas para estar interconectados, ayuda a combatir el peor enemigo del trabajo -y que fue muy frecuente durante la cuarentena- que es el desinterés.
Espacios de trabajo adecuados
Si bien no todo el mundo puede acceder a un espacio cómodo, aireado y luminoso, es importante acondicionar un lugar donde puedan evitarse ruidos molestos, el paso constante de otras personas, y donde se pueda cuidar el cuerpo y la postura.
El estrés también es un asunto extra laboral
“Ya sea de forma individual o familiar, hacer ejercicio, leer un libro, cocinar o realizar algún tipo de hobby nos desconecta y nos permite estar mejor”, señala Mailland.
El estrés laboral crónico puede tener muchos nombres y manifestarse de diversas maneras pero, si hay algo que no cambia, es la posibilidad de prevenirlo. Al igual que otras patologías o malestares, cuanto menos avanzadas se encuentren, más fácil será reconocer y sanar el daño.