José Ignacio, una extensión chic, agreste y relajada de Punta del Este es el lugar más elegido por los ricos y famosos del cono sur, al punto que 1890 dólares por cabeza se ha convertido en un precio irrisorio para este sector. El 2 de enero, arrancó esta novedad en medio del bosque con un menú selecto y espectáculo al aire libre, ideal para el turista esteño o el trend hunter.

La novedad radica en “cenar con desconocidos” en una sola mesa en un bosque, una experiencia distinta, muy bien recibida por argentinos, uruguayos, brasileños y europeos. Este concepto viene directo de un chef argentino que lo trae de Londres.

Martín Milesi es santafesino y vive en la capital británica desde 2012. Allí creó Una, su restaurante pop up de una sola mesa que funciona en la histórica torre del edificio St. Pancras. Esta vez, Milesi trajo la experiencia de Una a Uruguay y la adaptó al entorno de José Ignacio a partir de un proyecto conjunto con la posada Luz, ubicada a 10 minutos del pueblo y rodeada de montes de pinos.

"Quisimos respetar la filosofía de Una One Table donde se convoca un público variado, rico en historias que se congrega en la mesa, pero adaptado a otro entorno y clima. La gente que viene a José Ignacio está en plan de descanso y de conocer gente y nos pareció que había potencial para que vivieran la experiencia", cuenta.

El contexto natural del bosque les permitió duplicar la cantidad de comensales:  "Es una mesa con más gente porque está en un espacio abierto, pero sigue sin ser multitudinaria, queríamos mantener la esencia que es la intimidad del grupo particular que viene cada noche"..

El menú encierra productos locales como pejerrey y cangrejo y también incluye clásicos como paella y el plato insignia de Una, el vitello tonnato o vitel toné, que, aquí se sirve en una versión muy especial. La experiencia uruguaya también suma momentos artísticos intercalados con los culinarios, con música y teatro en distintas instancias de la velada. 

El público más receptivo fueron parejas y grupos de amigos mayores de 30 años. Sus dueños apelan a que muy pronto la experiencia podrá ser llevada a Buenos Aires, donde Una cautivará a todos los públicos.|