La partida de Diego Armando Maradona se condice con el cuarto aniversario de la muerte de Fidel Castro, el líder político al que más admiró.

“Fue como mi segundo padre. Viví cuatro años en Cuba y Fidel me llamaba a las dos de la mañana para hablar de política o de deportes”, había manifestado Maradona cuando se conoció otro fallecimiento que conmocionó al mundo, como el caso de Castro.

La relación de ambos trascendió al “respeto diplomático” y siempre hubo una energía particular que se fundían en abrazos o en fotos míticas, como cuando Diego le enseñaba una pelota o Fidel le ponía su gorro de la revolución cubana.

Hoy ya son cuatro años de la muerte de Fidel Castro, y el hecho ocurrió en 2016 cuando se estaba definiendo el primer título oficial de Copa Davis para la Selección Argentina, en Croacia y contra Croacia. Como no podía ser de otra forma, y siempre seguidor de todos los deportes, Diego asistió a todas las instancias y vivió la primera conquista histórica de la raqueta argenta.

Sin embargo, al poco tiempo ocurrió lo de Fidel. “Después de la Davis me voy para la Habana. Quiero estar con Raúl (Castro), con los hijos y con el pueblo cubano que me dio tanto. Quiero despedir a mi amigo al lado, y poder darle toda la gratitud que le tengo de toda mi vida. Él me habló muchísimo de la droga y de la recuperación, siempre me dijo que se podía”, había declarado.

Siempre tenían una oportunidad para hablar del Che Guevara y las costumbres argentinas como "la carne asada" y el "mate". De hecho el Diez le regaló varias ofrendas con ese mismo sello que usaba so compañero revolucionario. Tras esto, la cronología coincidió en que ambos partan de este mundo un 25 de noviembre. A veces hay cosas más fuertes que las simples coincidencias.