Por primera vez, previo a las elecciones del 22 de octubre, los candidatos Myriam Bregman del Frente de Izquierda Unidad, Patricia Bullrich de Juntos por el Cambio, Javier Milei de La Libertad Avanza, Sergio Massa de Unión por la Patria y Juan Schiaretti de Hacemos por Nuestro País, estuvieron cara a cara en el primer debate presidencial en Santiago del Estero.
Si bien no hubo ganadores ni perdedores, más allá de la encuesta generada por el sitio web de TN, en la que Milei se llevó los laureles con el 47% de los votos, seguido por Bullrich (21%), Massa (16%), Schiaretti (14%) y Bregman (2%), los analistas políticos coincidieron en que haber superado los 42 puntos de rating muestra la contracara del clima de apatía y “desafección” que atraviesa el país, sumado a la incertidumbre y la posible indecisión electoral entre quienes votaron en blanco o directamente se ausentaron durante las elecciones primarias.
Las distintas miradas
El consultor político Carlos Fara dialogó con CNN y fue concreto “no hubo ganadores”. Respecto a la performance de Milei, observó: “era el que menos tenía que arriesgar y conservó su lugar”. En relación a Bullrich, fue tajante “le faltó creatividad” y en cuanto a Massa “se defendió como pudo”. Para él, tanto la referente de Juntos por el Cambio como el de Unión por la Patria fueron los que “debían arriesgar más”. Finalmente, acerca de Bregman y Schiaretti, sostuvo que “les sirvió para ganar visibilidad, pero no torcieron el esquema del debate”.
Según el director de la consultora ARESCO, Federico Aurelio, “no hubo un desarrollo de alguno de los candidatos o ninguno fue lo suficientemente golpeado para creer que pueda ganar o perder votos”. En consecuencia, entendió que “Massa salió airoso porque se suponía que iba a ser muy golpeado y sin embargo no fue así”. Con una lógica similar, indicó que Milei salió beneficiado porque “superó el riesgo de perder los estribos”, dada su aparente tranquilidad.
Tanto Faro como Aurelio la observaron “floja” a Bullrich al defender su postura económica, por una “carencia de argumentos” y la demostración de “atributos más aplicables para una ministra de Seguridad que para una candidata a presidente”. En relación a Bregman, destacó su oratoria pero, al igual que Schiaretti, “no conformaron el mayor foco de interés”.
Por su parte, la doctora en ciencias políticas, María Esperanza Casullo, consideró que “en los debates son menos los que ganan que los que pierden votos”. Al referirse a Milei afirmó que lo notó “más moderado en su estilo”, respecto a su tono de voz, aunque “no ocurrió lo mismo con sus posturas”. En cuanto a Massa opinó que “siguió su libreto” y Bullrich “fue la más floja”.
El analista político Carlos Germano fue quien se diferenció de los anteriores al resaltar la performance de Schiaretti. “Aprovechó muy bien y se diferenció de los otros al hablar de la política del interior del país” y destacó a Bullrich sobre quien valoró el hecho de salir “airosa en los temas que más dudas provocó desde las elecciones primarias hasta hoy que es el económico”.
Respecto a Massa, indicó que “le costó mucho explicar por qué a futuro va a bajar la inflación siendo desde hace un año ministro de Economía con pobreza e inflación muy fuertes” y sobre Bregman dijo que “pudo haber sido la protagonista de la frase más viralizable” al etiquetar a Milei de “gatito mimoso” y no como un “león”, tal como se lo adjudican los libertarios.
Por su parte, Facundo Nejamkis analizó la posibilidad de que los equipos de campaña hayan preparado los debates en dos tiempos y que la “batalla final” sea el próximo domingo 8 de octubre, cuando se realizará el segundo encuentro y último debate obligatorio en la Facultad de Derecho de la UBA.