"La derecha quiere quitarle derechos a los que trabajan, a los jubilados, quieren volver a pensar la Argentina en el sentido de un país privatizado y no con un estado presente, Hay que advertir sobre el riesgo que estamos corriendo. Los que quieren volver son los que nos dejaron 150.000 millones de dólares de deuda. A la gente hay que recordarle eso. Son los mismos que vuelven, los que dicen que el flagelo son los sindicatos", sostuvo el mandatario en una entrevista que brindó esta mañana a Radio 10.
En ese marco, afirmó que "lo mejor" que puede hacer durante la campaña electoral de cara a las PASO del 13 de agosto próximo es concentrarse "en la gestión de Gobierno".
"Trato de concentrarme en el Gobierno, que es lo mejor que puedo hacer en la campaña en un contexto muy difícil. Estoy trabajando mucho con Sergio (Massa) y Agustín (Rossi) pero dedicado a gobernar. Sigo lo que pasa en la campaña porque los dos candidatos son ministros míos, pero estoy más dedicado al tema de terminar la gestión, con muchos temas por delante", dijo.
En una extensa entrevista, el Presidente se refirió a la convivencia política dentro de lo que fue el Frente de Todos, reivindicó su tarea para mantener la unidad del espacio que ahora se llama Unión por la Patria y destacó la "lealtad" de Sergio Massa y el carácter de figura política "insoslayable" que condensa Cristina Fernández de Kirchner.
En la nota, el jefe de Estado defendió su gestión al frente del Poder Ejecutivo y sostuvo que declinó la posibilidad de competir por la reelección porque prefirió, por sobre todas las cosas, la "unidad" del espacio oficialista.
Consultado por el proceso que decantó en la presentación del actual ministro de Economía, Sergio Massa, como postulante presidencial, dijo que siempre consideró que lo correcto era que las candidaturas las "resuelva la gente en una PASO", pero que muchos "compañeros" pensaban que era "incompatible" competir contra un presidente en ejercicio.
"En conclusión, a mí me parecía que lo importante no era que Alberto fuera reelecto sino que un proceso político que había demandado muchos años de desencuentro hasta encontrar la unidad, que había sufrido momentos tan traumáticos como el atentado a Cristina, que tuvo muchos puntos de diferencias que existieron, que esa unidad se preserve, yo solo soy prenda de unidad. Ya vivimos lo que nos pasa cuando nos dividimos. Y no quiero que eso pase", advirtió.
En ese sentido, y respecto de las críticas que recibió desde distintos sectores de la coalición durante sus años de Gobierno, afirmó que "aguantaría más" con sólo asegurar la unidad del espacio, reivindicó no haberse esforzado por construir el "albertismo" que algunos actores quisieron impulsar ya que él no cree en los "personalismos".
"Yo no quiero ser un obstáculo", dijo Fernández y recordó que los candidatos de "la derecha" no son "gente que piensa distinto en términos políticos", sino que son quienes quieren "quitarles derechos a los que estudian, a los que trabajan, a los jubilados, que quieren poner a Argentina en una parcela al servicio de una potencia y perder autonomía".
Respecto de la Vicepresidenta, Fernández dijo que es "un dirigente muy importante, con la que uno puede tener diferencias pero no puede soslayar su existencia. Dice cosas con las que a veces uno está de acuerdo y otras no" y aclaró que no sintió que su mandato se haya desarrollado "bajo la sombra" de quien fuera dos veces presidenta de la Nación.
Además, tuvo expresiones de elogio para con Massa: "En esos momentos de tensión que vivimos dentro del Frente, él siempre estuvo a mi lado, tratando de moderar para que la espuma baje; sería un ingrato si dijera que no fue leal conmigo".
Sobre sus cuatro años de gestión, reseñó: "Yo llegué y me tuve que hacer cargo de una deuda impagable, tuvimos que enfrentar una pandemia, no es algo que sucede todos los días. Se desata una guerra que rompe la economía mundial, que acelera los precios mundiales, cuando la estamos superando, viene una sequía la peor desde 1929. En el medio pasaron cosas complejas, como el intento de asesinato de Cristina, que fue muy conmocionante".
Recordó que, en ese contexto, con el PBI cayendo un 9% producto de la pandemia, "los que hoy quieren volver" le decían que "no pare la economía".
"Nosotros tuvimos todas las precauciones. En 2021 crecimos el 11%, y en 22 el 5: crecimos el 16% en 2 años. Cuando uno mira la pandemia, son 130 mil personas fallecidas y nos duele a todos nosotros. La pandemia, acá fue bastante bien controlada", agregó.
Siguiendo en su repaso por la gestión, subrayó que "no hay una intendencia en Argentina que no haya recibido una obra pública nacional, que tal como prometió "los jubilados dejaron de pagar los medicamentos", que se construyeron "120 mil viviendas" y que se hizo "la mayor obra pública de la historia de la democracia", alusión al gasoducto Néstor Kirchner.
Con respecto a su futuro y a cómo se imagina después del 10 de diciembre, Alberto Fernández afirmó que se encontrará "trabajando" y concluyó: "Dejamos a la Argentina más encaminada para ser un gran país".
En materia de relaciones internacionales, el Presidente destacó la presencia argentina en foros como el G7 y el triunfo diplomático que supone el reconocimiento de la Unión Europea a la controversia por la soberanía de las Islas Malvinas.
"Logramos que, por primera vez, Europa atienda el reclamo argentino sobre la soberanía de Malvinas. Que tome nota de que ahí hay un reclamo, que diga que ese reclamo debe ser atendido siguiendo las vías diplomáticas que es lo que Naciones Unidas ha dicho. Hemos logrado que, por primera vez llamen a las Malvinas, Malvinas y no 'Falklands' (como las denomina el Reino Unido). Macri hizo el pacto (Carlos) Foradori-(Alan) Duncan, vergonzoso. Los argentinos tienen que entender que no todo es lo mismo en política", argumentó.
De esta forma, hizo referencia a un acuerdo sellado en 2016, durante la gestión macrista, -luego anulado por el actual Gobierno de Alberto Fernández- entre el entonces vicecanciller argentino, Carlos Foradori, y el entonces ministro de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Alan Duncan, en el que se incluía el compromiso argentino para "remover todos los obstáculos que limitan el crecimiento económico y el desarrollo sustentable de las Islas Malvinas", incluidos "comercio, pesca, navegación e hidrocarburos".
El año pasado, al publicar un libro con sus memorias, Duncan reveló que, el día que firmaron ese acuerdo, el vicecanciller argentino de la gestión macrista estaba "totalmente borracho", al punto tal que al día siguiente “no podía recordar los detalles” del documento suscripto.