Dirigente del peronismo y de la CTA, Edgardo Depetri ocupa un alto cargo en el gobierno de Alberto Fernández, como subsecretario de Ejecución de Obra Pública. El domingo estuvo presente en Recoleta, dando su apoyo a la vicepresidenta, y se expresó enfáticamente en sus redes. También se hizo tiempo para atender el llamado de N&P, para dejar definiciones claras sobre el presente y sobre el futuro de la Argentina.

—La semana anterior, a partir lo que sucedió judicialmente con Cristina Fernández de Kirchner, la CTA se declaró en alerta y movilización y definió un plan de lucha. ¿Cuáles son las motivaciones de esa respuesta de esa central sindical?

—Nosotros decimos que el poder económico mafioso de la Argentina, junto a parte del Poder Judicial, se quieren volver a adueñar del país. Y en ese grupo se integran sectores empresariales que orbitan o que construyen alrededor del macrismo. Sectores de la Mesa de Enlace, de la patria contratista, de los medios concentrados, de los evasores de impuestos. Son sectores que fueron gobierno durante cuatro años y destruyeron la Argentina. Y que hoy, ante la posibilidad de una nueva disputa electoral, aprovechando la crisis económica, la pandemia, el condicionante de la deuda, creen que pueden volver, y por eso aceleran la crisis e insisten con jaquear al gobierno, y si pudieran les gustaría voltearlo.

—Muchos analistas coinciden que se abre un nuevo escenario, a partir de las manifestaciones en defensa de la vicepresidenta. ¿Coincide con ese análisis, o entiende que es algo más de la coyuntura?

—Yo creo que sí, que se inicia una nueva etapa política, retomando lo que fue la derrota del macrismo. Estamos consolidando y defendiendo a una líder que fue artífice fundamental del triunfo del Frente de Todos y que construyó las condiciones para que el peronismo volviera a gobernar, gracias a un esquema de unidad en la diversidad. La respuesta de esta semana fue contundente. Participaron todas las vertientes sindicales, los movimientos sociales, los gobernadores, los intendentes. Es tan amplia la representación popular que salió a expresarse, que hasta la Izquierda lo hizo. Y esto es así porque es muy burdo lo que están haciendo.

—Hace dos semanas, usted se expresó denunciando las dos caras del lawfare, en términos similares de lo que expresó después la vicepresidenta. ¿Cree que la discusión trasciende lo meramente judicial y se traslada al escenario de lo económico y lo político?

—No tengo dudas. Cristina responde bien, concretamente. El gobierno también lo hace, el movimiento popular se suma. Porque está muy en claro que estamos en medio de una puja que no está resuelta todavía y que va a seguir en discusión. Claramente, ellos creen que pueden proscribir a Cristina o encarcelarla. Buscan forzar una crisis institucional y hacer que este gobierno no pueda terminar su mandato. Y para eso utilizan dos herramientas que vienen levantando como banderas del poder: devaluación e hiperinflación. Contra eso, el Frente de Todos intenta otro camino. Estamos en pleno desarrollo de una puja, y estoy convencido de que vamos a ganar esa pulseada.

—Va a ser difícil mientras el poder adquisitivo del salario siga cayendo, porque recuperarlo fue una de las promesas con las que llegó el Frente de Todos al poder. ¿Cómo lo evalúa?

—Obviamente el gobierno tiene una gran tarea por delante con el tema de los salarios de los trabajadores. Estamos 16 puntos debajo de lo que había dejado el peronismo en 2015. Pero hay datos concretos que marcan que los salarios que están bajo convenio, en el primer año de gobierno, terminaron empatados con la inflación. En el 2021, en plena pandemia, la caída fue de 10 puntos, y en este año, creo que vamos terminar recuperando un poco, al menos 4 o 5 puntos. Si lo comparamos con la pérdida generada durante el macrismo, la diferencia es enorme.

—No está bueno compararse con el infierno, al menos en materia de caída salarial.

—No, es cierto. Pero tampoco está bueno decir que estamos peor que con Macri. Ni siquiera igual, aún con esta crisis mundial.

—Hay una contradicción, porque la mayoría de los indicadores de la macroeconomía dan cifras muy positivas. Es decir, crecimiento, pero que no llega a la gente. ¿Qué hay que hacer?

—Eso es correcto. Hay un fenómeno que se está dando, que es que todos los sectores económicos de la macro están volando. Generando mucha riqueza.

—Sin dudas, pero con mucha concentración…

—¡Exacto! Esa riqueza, en vez de distribuirse, se pone en la timba financiera, y eso es algo que no hemos podido desarmar. Logramos que se genere riqueza, pero ese dinero va a los sectores más altos de la sociedad, que la vuelcan a la timba y eso termina generando inflación y pobreza en los trabajadores. Y hace que la brecha sea cada vez más grande. Por eso hay que avanzar para que se logre poner parte de esa riqueza en los salarios, para de ese modo mejorar la vida de los argentinos y que reactive las economías, sobre todos las regionales. Creemos que el debate por el salario es hoy la discusión central, y por eso estuvieron bien todas las marchas de las centrales sindicales que inundaron el país con paro y movilización. El gobierno es el que lo tiene que resolver. Está claro que hay que sentarse con todos los sectores y tratar de mejorar la rentabilidad de todos, pero en el primer lugar tiene que estar mejorar los salarios e ingresos, sobre todo de los sectores más vulnerables.

—Volvemos al inicio de la charla. Usted asintió cuando le consultamos si creía que se abría un nuevo escenario a partir de lo sucedido la semana anterior. ¿Cree que ese escenario desemboca necesariamente en una candidatura presidencial de Cristina?

—Primero que nada, eso sería una definición de la propia vicepresidenta. Pero igual, nosotros vamos a trabajar de ahora en adelante para que Cristina y el peronismo tengamos un acto de un millón de personas en algún lugar de esta ciudad (CABA). Yo no hablo de candidaturas. Lo que sí digo es que no hay ninguna viabilidad para el sistema político de Argentina con la proscripción de Cristina. Ya tenemos la experiencia de Brasil con Lula, de Bolivia con Evo, de Ecuador con Correa. Nosotros antes que nada queremos defender la democracia, el debate de ideas, la participación. Y es por eso mismo que no queremos que por una voracidad de poder nos arrebaten esa posibilidad. No consideramos que una crisis de representación se pueda resolver por la vía de un golpe mediático/judicial, sino por nada menos que la capacidad de juntar votos, una capacidad en la que ellos también han demostrado tener un caudal muy grande. Nosotros no hacemos lo que hacen ellos: el odio, el aniquilamiento, la estigmatización de una figura y de un sector político. Lo que no nos bancamos es la proscripción.

—Después de esta semana, el ánimo parece ser otro entre los peronistas…

—Sin dudas. Porque esto que le están haciendo a Cristina lo va a mejorar al gobierno. Lo que está haciendo Sergio Massa también lo mejora al gobierno. Tenemos la expectativa de que se puedan ir conciliando las demandas de los grupos más poderosos y concentrados con las de los humildes y los trabajadores. Queremos que les vaya bien a todos, por el bien de la democracia. Y de última, si la puja sigue, porque va a seguir, vayamos al cuarto oscuro, sin proscripciones y dejemos que sea el pueblo el que elija.