Qué país fluctuante. Todo vuelve, se recicla. Vivimos de recordar con nostalgia a los que nos gobernaron y murieron en el intento y, sin embargo, nos olvidamos de los que pasaron por el sillón de Rivadavia y nos dejaron "culo pal norte". La semana arrancó picante, con el homenaje a don Néstor, el patriarca de los Kirchner que se nos fue hace diez años y nos legó a su consorte.
Hay que decirlo con todas las letras: a algunos no les gustará Cristina, pero la verdad es que fue peor cuando se murió el Viejo y nos dejó a su viuda, que no entendía nada de nada y nos condujo junto al Brujo, como chancho para el matadero a los brazos de los milicos más duros de la región.
El matrimonio salido de la pingüinera siempre tuvo en claro que la construcción de poder real solo es posible si se logra acumular recursos económicos suficientes para no depender de nadie que imponga sus intereses. Entonces amasaron una pequeña fortuna que utilizaron para ascender desde la austral Río Gallegos hasta la presidencia de la Nación.
Claro que tamaña carrera ascendente (política y económicamente hablando) generó mucho recelo entre sus adversarios, que tempranamente comenzaron a denunciarlos por enriquecimiento ilícito y todas esas cosas de las que casi siempre le sospechamos a quienes nos gobiernan.
Tanto va el cántaro a la fuente que, finalmente, una de esas denuncias se transformó en causa y comenzó a tramitar en la justicia federal con la velocidad que habitualmente transitan los procesos contra los gobernantes de turno. A punto tal que en 2009, uno de los magistrados de conductas sociales extravagantes y "moral distraída" (siempre quise usar esta metáfora de mi amigo Luis Landriscina) decidió sobreseer a la dama y dar por concluido el asunto.
Pero como la vida es una tómbola y después de ganar por el 54% la elección de 2011, Cristina fue derrotada en 2015 por Mauricio Macri, la tortilla se dio vuelta. Esta vez, con el juez ya retirado y gozando de sus placeres mundanos con total libertad, otra Señora de ojos vendados recibió el pedido de un funcionario macrista que pasó de enseñarle a los bancos cómo lavar dinero a controlar el lavado desde la Unidad de Información Financiera (UIF) para reabrir la causa a principios de 2019, en base al testimonio del ex contador de los K Víctor Manzanares, que se arrepintió de todos sus pecados y decidió mandar al frente a sus ex patrones.
Todo parecía encaminado a generar un nuevo dolor de cabeza para el estudio de Beraldi y asociados, hasta que el Hada Cristina sacó su varita y logró transformarse nuevamente en cabeza del Poder Ejecutivo, esta vez como vice de un presidente que ella mismo designó. Tremenda maniobra que sirvió, entre otras cosas, para que los inquilinos permanentes de Comodoro Py nuevamente cambien el chip y comiencen a mirar a la Dama como una persona tan honorable como poderosa.
Este viernes la jueza María Eugenia Capuchetti decidió no reabrir la causa por enriquecimiento ilícito contra la vicepresidenta tomando las recomendaciones postuladas por las nuevas autoridades de la UIF y por el Ministerio Público Fiscal. “Como se advierte de la reseña realizada, tanto de las recientes manifestaciones efectuadas por la UIF en las que desiste del remedio solicitado como así también de la opinión fundada del MPF de rechazar la pretensión original, me hacen concluir la necesidad de dar por concluido este incidente”, dice el fallo de Capuchetti, respecto a un pedido realizado por Mariano Federici.
Si los jueces federales no fueran tan permeables a las presiones de los gobernantes y los tiempos políticos no influyeran en las decisiones de la Justicia, tal vez otra sería la historia. Eso es la independencia de poderes, algo que en Argentina, claramente no existe.
Carrió ahora se abrazó a Larreta y a Vidal
El último miércoles Elisa Carrió dijo en televisión que Mauricio Macri “ya fue”. También dijo que hoy el principal candidato presidencial de Juntos por el Cambio es Horacio Rodríguez Larreta. Este viernes Carrió recibió a Larreta en su chacra de Exaltación de la Cruz, hasta donde también llegaron la ex gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal y los dirigentes de la Coalición Cívica Maximiliano Ferraro y Maricel Etchecoin.
La "línea blanca" de Juntos por el Cambio se reunió tras la catarata tuitera con la que Macri analizó la carta publicada el lunes por Cristina en la que invitaba a la unidad nacional y al diálogo constructivo. Con el tacto político de un mamut anestesiado, el ex presidente cruzó a la actual vice negando cualquier tipo de acercamiento con ese sector, resaltando que “cuesta entender las motivaciones de la carta de la vicepresidenta”, e imponiendo condiciones para el diálogo.
Los integrantes del quinteto de la paz opositora charlaron un buen rato a la sombra del quincho de Lilita. “Nos encontramos para reafirmar una relación política que se consolidó en estos años en la provincia y la ciudad” y para “construir dentro de juntos por el cambio”, chusmeó en off uno de los de la foto.
“No se habló de candidaturas”, porque hoy "nos preocupa el país y el respeto por la institucionalidad”. dijeron sotto voce. En las redes sociales, insistieron en que el cónclave fue para “seguir trabajando juntos” y “fortalecer Juntos por el Cambio”. Lindas palabras, propias de dirigentes con alto sentido de la diplomacia interna.
Sin embargo, en el mitín no hubo ningún representante del macrismo duro y se pareció bastante al lanzamiento de una línea interna que apuesta sus fichas a los representantes del ala dialoguista. La versatilidad de Carrió no deja de sorprender a propios y ajenos. Su olfato esta vez le dice que el cansado y desorientado Mauricio, es un tungo roncador incapaz de ganar un "Carlos Pellegrini". Y que el caballo con posibilidades de llevarse el premio mayor tiene poco pelo y aguarda brioso en su stud de la calle Uspallata la oportunidad de salir a la pista.