El surgimiento de una interna en el Frente de Todos como resultado de la derrota electoral tuvo una pequeña tregua en los últimos días, pero al parecer, no todo está funcionando como la expresidenta desea porque la “desalbertización” del Gobierno no está completa.
Todo parece indicar que apenas se abran las urnas el próximo 14 de noviembre, Cristina Kirchner volverá a presionar para que se vayan más ministros. También quiere fuera a algún secretario de Estado y cargará contra el empresario más cercano a Alberto Fernández.
En la mira
El primer objetivo quedó a la vista de todos. Es el ministro de Economía, Martín Guzmán, a quien pretende cargarle una buena parte de la responsabilidad por la derrota electoral en las PASO. “Hubo un ajuste fiscal equivocado”, puntualizó Cristina en su carta que forzó el quiebre del gabinete. Luego, Guzmán contraatacó: “En la Argentina no hubo ajuste fiscal; ha habido una política fiscal expansiva”, dijo en declaraciones radiales.
Por su parte, la expresidenta cree que el ministro la enfrenta porque necesita recuperar capital político para volver a los claustros universitarios cuando abandone el Gobierno. Sin embargo, decidió concederle un llamado para decirle que no era ella la que estaba proponiendo su reemplazo. Lo cierto, es que necesitan a alguien que pague el costo en caso de que se repita la derrota en las elecciones generales.
Actualmente, el campo de batalla entre Guzmán y el kirchnerismo es el Presupuesto 2022, que el ministro envió al Congreso y que Máximo Kirchner corrige personalmente.
Cristina también tiene en la mira a otros funcionarios albertistas. Desde el comienzo mismo de la pandemia viene despotricando contra el ministro de Producción, Matías Kulfas, quien se salvó de la guadaña de milagro en este primer recambio. Ahora, está convencida de que hubo un grupo de dirigentes que intentaron convencer a Alberto para que aceptara las renuncias de los ministros K y marcara diferencias reales con el kirchnerismo.
Por otra parte, entre los funcionarios, le apunta al secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, con quien tiene una relación complicada desde que Néstor Kirchner le pidió la renuncia como ministro de Justicia en 2004 privilegiando su vínculo de entonces con el espía Jaime Stiuso. Y también acusa al Jefe de Asesores, Juan Manuel Olmos, el albertista que mejor relación tiene con el universo judicial que tanto desvela a la vicepresidenta. A los dos los incluye en esa presunta célula que habría intentado llevar al presidente a romper vínculo con ella en el momento más álgido de la crisis post PASO.|