El despliegue que habrá hoy sobre la pista del aeropuerto de Internacional Ezeiza a la espera del vuelo de Aerolíneas Argentinas que trae la segunda dosis de la vacuna Sputnik V, será tan cinematográfico como el anterior. La saga de la guerra contra el Covid-19 no da pausa y mantiene al mundo entero a la expectativa.
Dos carros de bomberos estarán sobre la pista custodiada por los hombres de negro de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, fuera del aeropuerto habrá otro anillo con los verdes gendarmes. También participarán del operativo un pelotón de funcionarios del ministerio de Salud, de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), y hasta de la mismísima presidencia de la Nación. Todos estarán atentos al aterrizaje.
Un equipo de la Administración Nacional de Aduanas también hará lo suyo. Su misión será controlar que lo que se encuentre dentro de las cajas del vuelo proveniente de Moscú sean las esperadas vacunas y no vodka o un embarque de la nueva versión de la clásica Kalashnikov.
“El trabajo coordinado permite agilizar la importación de las 300 mil dosis de vacunas Sputnik V”, dijo ayer Silvia Brunilda Traverso, titular de la Dirección General de Aduna en declaraciones a la agencia estatal Télam.
También contó, en declaraciones exclusivas, que "cuando aterrice el vuelo de Aerolíneas Argentinas, los agentes aduaneros harán el control en pista para imprimirle la mayor celeridad posible al ingreso".
Para dar más detalles del complejo asunto, Traverso precisó que las distintas áreas de la dirección a su cargo llevarán adelante “en tiempo real” las tareas de control de la documentación respaldatoria, así como de las autorizaciones y los permisos de las autoridades sanitarias nacionales competentes en la materia.
Y para finalizar con esta cuestión, garantizó que la Aduana va "a participar de todos los operativos de ingreso de las distintas vacunas que lleguen al país para desarrollar la campaña de vacunación más grande de la historia Argentina".
En resumidas cuentas, no hay nada más que el trabajo habitual que debería hacer cualquier aduanero en cada paso fronterizo del país. Pero las declaraciones a la agencia de noticias del Estado tienen lógica, no se esperan todos los días vacunas rusas para andar salvando vidas en medio de una pandemia.
Lo que Silvia Brunilda tenía ganas de decir
Después de esta larga introducción sobre el insoslayable rol de la Aduana en la guerra contra el Covid-19, vamos a la cuestión política. Que es en realidad lo que la funcionaria quería que Télam transmita.
Seguramente con muy buen tino, la agencia estatal de noticias no pudo evitar consultar sobre las presuntas incompatibilidades en el nombramiento de empleados en la Aduana. A lo que Traverso afirmó ?seguramente convencida y con ímpetu? que "las personas designadas superan con creces todos los requisitos de idoneidad para desempeñarse en la AFIP".
Ahora pongamos las cosas en contexto. Según una investigación periodística de un medio digital llamado El Disenso, Traverso habría contratado a “familiares” suyos con sueldos que van entre los 300.000 y los 400.000 pesos y monedas, luego los habría pasado a planta permanente.
Los “familiares”, según la publicación, son su yerno Hernán Demartini y el hermano de este, Diego Demartini.
Traverso le dijo a Télam que sus "colaboradores son profesionales capacitados e idóneos que se desempeñan hace muchos años en el sector público" y no olvidó manifestar su preocupación por "los compañeros y compañeras que se hacen eco de pseudo notas periodísticas en las que se miente".
Hasta lo que se sabe, la jefa de la Aduana tiene una impecable trayectoria. Trabajó junto con la titular de la AFIP, Mercedes Marcó del Pont, en el Banco Central y el Banco Nación.
Cuando Marcó del Pont armó su equipo de trabajo, nombró a Traverso en la Aduana, a Carlos Castagneto en la Dirección General de Recursos de la Seguridad Social, y a Virginia García en la Dirección General Impositiva, una excelente profesional y ex cuñada de Máximo Kirchner.
¡Ay, Carmela!
Una de las “compañeras” que se hizo eco de la publicación periodística fue Carmela Moreau, quien escribió en su cuenta de twitter que “sería bueno que el presidente @alferdez (Alberto Fernández) le pida explicaciones a Marcó del Pont y que juntos tomen la decisión de pedirle la renuncia”.
En otro de sus tuits, Carmela escribió: “El yerno de la directora de la Aduana, Silvia Traverso, que percibe 400 mil pesos por mes y obtuvo la planta, fue encargado del Bloque Pro de Santa fe”.
Para que todo no se agote en las redes sociales, Carmela dijo en declaraciones a AM 990 que “los sueldos que Traverso le dio a sus familiares en la Aduana son obscenos”.
Carmela, además de buena militante y compañera, es asesora de la jefatura de Gabinete, hija del diputado Leopoldo Moreau y de la exlegisladora María del Carmen Banzas, y hermana de la diputada Cecilia Moreau. Sin dudas una conocedora de la dinámica de las familias y amistades en la administración del Estado.
Silvia Brunilda y Carmela, deberían sentarse a compartir un té.