Sustancias letales y un mentor alemán detrás del laboratorio clandestino que funcionaba en CABA – Negocios & Política
 

Resabios de la pandemia |Sustancias letales y un mentor alemán detrás del laboratorio clandestino que funcionaba en CABA

Un seguidor de Andreas Kalcker montó su propia droguería en el barrio porteño de Núñez donde elaboraba y distribuía dióxido de cloro y otros componentes nocivos bajo el rótulo de “soluciones milagrosas” para “curar enfermedades”. Una afición que terminó con la muerte de un menor y varias causas en manos de la Justicia.
Valeria Druckmann
Justicia
Valeria Druckmann
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Todo comenzó con una de las prácticas más peligrosas que se intensificó con la pandemia del coronavirus: la desinformación. Detrás de las noticias falsas y las mareas antivacunas en contra de la ciencia, se hicieron visibles los promotores del dióxido de cloro. Andreas Kalcker es un presunto médico alemán denunciado por promocionar el uso terapéutico del clorito de sodio junto a otras cuatro personas que comercializaban la sustancia en Argentina como “suplemento mineral milagroso” contra el Covid-19 y otras enfermedades, pero que inmediatamente fue prohibida por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT).

La denuncia fue efectuada en enero de este año y también alcanzó a otras cuatro personas de nacionalidad argentina encargadas de comercializarla en el país.

En pleno barrio porteño

Casi un año después de la denuncia, el responsable del laboratorio que funcionaba en el barrio porteño de Núñez fue detenido este lunes tras un operativo realizado por la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, en el que secuestraron más mil frascos de la "Solución Milagrosa". El detenido, que fue imputado en el lugar, es un “ingeniero electromecánico que resultó ser admirador y seguidor” de Andreas Kalcker, creador de la "Solución Milagrosa" quien “habría realizado conferencias en nuestro país difundiendo el consumo de estas sustancias, las que se encuentran prohibidas por la Anmat debido a su peligrosidad para la salud”, según detalló el informe policial.

Esta sustancia conocida como MMS -suplemento mineral milagroso- habría provocado varias muertes, entre ellas la de un niño en la provincia de Neuquén, hecho tras el cual a principios de marzo pasado el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal 4, a cargo de Ariel Lijo, ordenó comenzar una investigación para desbaratar la organización dedicada a comercializar la falsa medicina promovida para “curar distintas patologías”.

Efectivos de la División Delitos Contra la Salud de la Policía de la Ciudad iniciaron las acciones de investigación que “comprendieron seguimientos, informes y análisis de datos informáticos que permitieron establecer el lugar donde se elaboraba el producto, una casa ubicada en el barrio porteño de Núñez”.

Con el resultado de estas tareas, el juzgado libró la correspondiente orden de allanamiento que fue llevado a cabo con la participación de la Anmat, dejando como saldo el secuestro de más de mil frascos de plata coloidal, dióxido de cloro (MMS), CDS, dimetilsulfóxido (DMSO) y vitamina C, además de:

  • Equipos de filtrado de líquidos
  • Destiladoras
  • Máquinas etiquetadoras
  • Tachos
  • Un millar de etiquetas de estos productos
  • Documentación
  • Folletería
  • Teléfonos celulares y computadoras.

“Los elementos secuestrados poseían indicaciones que prometían la cura de distintos tipos de enfermedades y afecciones tales como cáncer, asma, hepatitis, HIV, lupus, diabetes, esclerosis y Covid-19”, apuntó el informe policial.

Asimismo, el documento detalló que todo era confeccionado en un “laboratorio clandestino instalado en el garaje de la propiedad, sin ningún tipo de control sanitario ni supervisión de un profesional, para luego ser promocionado a través de distintas redes sociales y plataformas web y distribuido por todo el país”.

Un mentor internacional

Kalcker tiene nacionalidad alemana y residencia aparente en Suiza. Durante varios meses se dio a conocer como médico e investigador en biofísica –terapias alternativas- promoviendo el dióxido de cloro. Además, se lo reconoce como el “descubridor” del “MMS”, siglas que en inglés significan “Miracle Mineral Solution” (solución mineral milagrosa), comercializada por distintas redes sociales y por internet en el país.

De acuerdo a la investigación, el presunto médico habría anunciado los supuestos beneficios de la ingesta de la sustancia por distintos medios publicados en el exterior y difundidos en el país, junto con exposiciones realizadas en la Capital Federal en diciembre de 2019 y la distribución de su libro titulado "Salud prohibida".

Las otras cuatro personas de nacionalidad argentina, fueron las encargadas de comercializar la sustancia a través de una web privada y también por Facebook, en particular desde el apartado Marketplace, destinada a la compraventa de objetos; a nombre de Kalcker.

A partir de una denuncia contra uno de los vendedores, y tras consultar a la ANMAT sobre la peligrosidad del consumo de la sustancia, la Unidad Fiscal dio intervención al Departamento de Delitos Ambientales de la Policía Federal Argentina a fin de que realice tareas de investigación, lo cual permitió individualizar a las personas encargadas de comercializar la sustancia en redes sociales, negocio que se vio favorecido una vez declarada la pandemia de coronavirus,  ya que tanto Kalcker como el resto de las personas denunciadas comenzaron a difundir que el dióxido de cloro lograba curar la enfermedad.

El consumo de dióxido de cloro

El “clorito de sodio” (NaCIO2) es una sal, que al ser combinada con una sustancia ácida en medio acuoso libera el gas dióxido de cloro (CIO2) y forma la sal cloruro de sodio (CINa). El cloruro de sodio se comercializa como alimento y es la sal de cocina. Se trata de un gas que se utiliza comúnmente como blanqueador en el proceso de fabricación del papel en plantas públicas de tratamiento de agua y en el proceso de descontaminación de construcciones.

Sobre esto, la ANMAT refirió que se habían detectado ofertas de Dióxido de Cloro en las que se atribuyen a la sustancia propiedades antimicrobianas, antivirales y un inminente fortalecimiento del sistema inmunológico, prometiendo curar todo tipo de enfermedades, síndromes, trastornos neurológicos e, incluso, se ha ofrecido para la prevención y tratamiento del coronavirus.

Al respecto, el organismo sanitario destacó que no existen medicamentos registrados en la República Argentina que contengan los principios activos “clorito de sodio” o “dióxido de cloro”, por lo que no se encuentran autorizaciones para la fabricación ni el consumo humano como medicamento, ni se encuentra incluido en el Código Alimentario Argentino, por lo que tampoco podría incluirse en productos para suplementar la dieta.

Con relación a su toxicidad, la ANMAT informó que ambas sustancias –clorito de sodio y dióxido de cloro- reaccionan con los tejidos humanos produciendo irritación severa en la boca, el esófago y el estómago. Indicó que puede producir náuseas, vómitos y diarreas, y hasta trastornos hematológicos, cardiovasculares y renales.

Además, puede dar lugar a complicaciones respiratorias; y la inhalación a través de nebulizaciones puede generar edema pulmonar, broncoespasmos, neumonitis química, edema de glotis e incluso producir la muerte.

La calificación legal

De acuerdo al fiscal, los hechos investigados encuadran en los preceptos de los artículos 200 y 201 del Código Penal:

  • Reprime con penas de tres a diez años de prisión a quienes adulteren “sustancias alimenticias o medicinales, destinadas al uso público o al consumo de una colectividad de personas”.
  • Si el hecho fuere seguido de la muerte de alguna persona, la prisión puede ser fijada entre diez y veinticinco años.
  • Por su parte, el artículo 201 dispone que estas reglas también serán aplicadas a quien “vendiere, pusiere en venta, entregare o distribuyere medicamentos o mercaderías peligrosas para la salud, disimulando su carácter nocivo”.

En relación a Kalcker, la denuncia también concurre materialmente con el artículo artículo 208, inciso 1° del Código Penal, que establece que penas de entre quince días de prisión hasta un año a quien “sin título ni autorización para el ejercicio de un arte de curar o excediendo los límites de su autorización, anunciare, prescribiere, administrare o aplicare habitualmente medicamentos, aguas, electricidad, hipnotismo o cualquier medio destinado al tratamiento de las enfermedades de las personas, aún a título gratuito”.|

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    Ant Sig