Camus Hacker, el “terror de las famosas”, recibió 10 años de prisión por pornografía infantil – Negocios & Política
 

Tras el juicio |Camus Hacker, el “terror de las famosas”, recibió 10 años de prisión por pornografía infantil

El responsable de hackear y publicar contenido triple XXX de varias famosas años atrás, finalmente fue sentenciado a prisión por extorsionar a jóvenes vulnerables, sacarles fotos de contenido sexual con falsas promesas y luego venderlas en redes sociales y sitios de internet.
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Hallado culpable junto al fotógrafo Gastón Rubén Favale, quien recibió una pena de 15 años porque además abusó de una joven, Emmanuel Ioselli, conocido como Camus Hacker, fue condenado a 10 años de prisión por el Tribunal Oral Federal 6. Ambos quedaron condenados por "trata de personas con fines de explotación y comercialización de pornografía infantil, mediante engaños y aprovechamiento de la vulnerabilidad" de las víctimas menores de edad.

Pero ¿quién era Camus? Corría el año 2015 y la farándula local, estaba aterrorizada por las imágenes íntimas que comenzaban a divulgarse. Así fueron apareciendo videos sexuales de Florencia Peña, Andrea Rincón, Marina Calabró, Maravilla Martínez, Diego Korol y muchos más, que en instantes se viralizaron y aún hoy permanecen en diferentes sitios de contenido XXX.

Aparecía en escena el nuevo famoso, "Camus Hacker", quien hackeaba computadoras y celulares de famosos y en una de sus tantas maniobras logró obtener imágenes sexuales de Lucía Celasco, la nieta de Susana Giménez. El hacker, aprovechó este material para extorsionar a la diva con un pago de 8.000 dólares, para no divulgar los videos íntimos de su nieta. Casi como una celebrity hasta se presentó en programas televisivos y se sacó fotos con famosos.

En una de sus maniobras, también extorsionó al manager de medios Jorge Zonzini diciéndole que tenía material de sus representadas, y éste lo querelló por el delito de extorsión y amenazas coactivas, con una condena de 3 años de prisión en suspenso.

Zonzini, su primer querellante, manifestó en esa oportunidad que "a los medios les pareció un personaje divertido que sólo molestaba a los famosos pero que a medida que investigaron más a este sujeto, se fueron encontrando con un peligroso personaje, artífice de un negocio de pedofilia, extorsión y facilitación prostibularia". Una de las afectadas por los delitos de Hacker, Florencia Peña, manifestó: "El video me denigró como mujer y me devastó como persona".

Además de los delitos por los que se lo acusó en aquella instancia también se le sumaron los de pornografía infantil y por haber armado una estructura dedicada a reclutar a menores de edad con cuatro víctimas que declararon en la causa. En 2015 fue sentenciado y la Justicia también lo obligó a terminar el secundario.

Por su parte, el Tribunal ordenó el decomiso de todos los dispositivos electrónicos secuestrados a los dos acusados para proceder luego a su venta, previa destrucción del contenido de índole privado referido a la actividad criminal. Por otro lado se dispuso una restitución económica a favor de las seis víctimas.

Ioselli y Favale, ambos presos, fueron encontrados culpables de captar "al menos seis adolescentes en situación de vulnerabilidad para someterlas a la producción de materiales de representación sexual para su posterior distribución, comercialización y publicación, entre abril de 2016 y el 8 de junio de 2018".

El veredicto fue emitido por los jueces Sabrina Namer, Néstor Costabel y Rodrigo Giménez Uriburu, integrantes del Tribunal con sede en Comodoro Py 2002, en la zona porteña de Retiro. El debate oral comenzó en junio de 2021 y se realizó en gran parte de manera reservada por ser las seis víctimas menores de edad al momento de los hechos.

Según la investigación que impulsó la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex) ante la denuncia de una de las víctimas, los dos procesados captaban a las adolescentes a través de redes sociales, se aprovechaban de su situación de vulnerabilidad y ofrecían "sesiones de modelaje" a cambio de una paga.

Cuando las adolescentes aceptaban, pactaban encuentros para "pruebas fotográficas" en un hotel alojamiento del barrio porteño de Villa del Parque. Según los testimonios y pruebas en la causa, luego de las sesiones de fotos, las víctimas eran amenazadas con la publicación de sus imágenes en Internet o el envío a sus familiares. Las imágenes, según la acusación, eran vendidas en sitios web y ofrecidas por redes sociales y las utilizaban para captar a otras niñas.|

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