Mediante un posteo en sus redes sociales, el expresidente Mauricio Macri, hizo público el incumplimiento de su promesa. En febrero, cuando negó haberse vacunado, sostuvo: "No lo voy a hacer hasta que el último de los argentinos de riesgo y de los trabajadores esenciales la haya recibido", finalmente se vacunó con una monodosis de Johnson en una farmacia de Miami- Estados Unidos, país que visitó para disertar en el foro del Instituto Interamericano para la Democracia.
En cuestión de horas, el senador nacional Julio Cobos (UCR-Mendoza), disparó: "Cuando uno está en política y dice una cosa, hay que sostenerla", y reprochó: "Él había dicho que se iba a vacunar acá cuando le corresponda".
Por su parte, el ministro de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, Fernán Quirós, dijo que “toda persona que se vacune sin tomar las que tenemos" disponibles en el país implica "una vacuna que nosotros no tenemos que aplicar”, al referirse a la vacunación de argentinos contra el coronavirus en el exterior.
Durante la conferencia de prensa diaria que brinda para informar acerca de la situación epidemiológica en la Ciudad, Quirós evitó referirse específicamente a la vacuna que se aplicó en Miami el expresidente, aunque afirmó que “las personas que se vacunaron en el extranjero no están en los grupos de riesgo que estamos vacunando”.
“El número de vacunados en el exterior, al lado de las 900.000 vacunas que hemos aplicado, es pequeño, no es significativo a los fines de la campaña de vacunación porteña”, indicó.
Medidas contra el coronavirus
Respecto al proyecto de ley enviado por el Poder Ejecutivo nacional al Parlamento para que establezca los parámetros que cada jurisdicción debe seguir para imponer restricciones ante la pandemia, Quirós reiteró que el criterio de toma de decisiones de la Ciudad se basa en “estudiar los modelos que generan los contactos, y por eso es importante que las medidas apunten a los mecanismos de contagios que están ocurriendo”.
En este sentido, recordó: “acompañamos al Presidente, Alberto Fernández, cuando propuso cerrar la nocturnidad y restringir los encuentros sociales y los casos están bajando de manera apropiada” en la Ciudad.
Pero volvió a defender la decisión porteña de sostener el dictado de clases en aula pese a la decreto que fijó como política sanitaria la presencialidad en las escuelas al afirmar que “la presencialidad en la escuela no lo identificamos como un mecanismo principal de contagio”. Y agregó: “adaptamos la escolaridad del secundario (permitiendo una modalidad remota de dictado de clases) acompañando la propuesta del Ministerio de Salud, al ser el grupo de alumnos que más utiliza el transporte público”.|