Juan Luis Manzur podría presentar su renuncia como jefe de Gabinete nacional en las próximas semanas y volvería a Tucumán para retomar sus funciones como gobernador, ya que hasta el momento estaba de licencia. La primicia fue anunciada este domingo por el diario Perfil, remarcando que la salida de Manzur se dará "antes de que termine el verano". Sin embargo, fuentes gubernamentales negaron esta noticia.
A su vez, algunos contactos cercanos al gobernador tucumano en uso de licencia, admitieron en reserva que su salida del cargo es inexorable. En este caso, el presidente Alberto Fernández no evitaría la renuncia de Manzur, ya que tanto él como sus allegados consideran que Manzur "intentó copar la parada de la gestión gubernamental'' tras la derrota electoral en las elecciones primarias.
Los motivos de la discordia
La llegada del tucumano tenía como objetivo mostrar hiperactividad en la toma de decisiones, en especial de él mismo, con el fin de hacer ver que el Gobierno reaccionaba porque había escuchado el mensaje de las urnas. De esa manera, el flamante jefe de Gabinete empezó a convocar a reuniones entre las 7:00 u 8:00 de la mañana, un horario con el que no estaba de acuerdo el albertismo.
Además, la jornada laboral era intensa, con reuniones, actos, viajes, audiencias, y una esmerada difusión. Con una agenda muy activa y sobrecargada, Manzur se subió "de prepo", vía avión no comercial, a una visita que el ministro de Economía, Martín Guzmán, realizaba a Nueva York y Washington a mediados de octubre, en el marco de las negociaciones con el FMI por la deuda.
Tanto al Presidente como a su círculo íntimo no les gustó ese estilo acelerado y abarcador, aunque el Jefe de Gabinete contaba con buenos contactos en los segmentos de poder de Nueva York. Pero lo que menos gustó, en especial a Fernández fue que informalmente el jefe de Gabinete dejara trascender sus expectativas de correr la carrera de una candidatura presidencial.
¿Fin de la relación con la presidencia?
Manzur sufrió una especie de boicot, ya que el mandatario nacional empezó a evitarlo, se terminaron las reuniones de gabinete y sus apariciones públicas se ralearon. Alberto se sintió empoderado pese a la derrota electoral en las generales y eso lo llevó a tratar de correr de escena a quien debía ser su funcionario más cercano y fue creciendo el ninguneo de los funcionarios hacia él .
En ese sentido, algunos detalles que reforzaron esa teoría fueron cuando no lo subieron al viaje presidencial a Roma y Glasgow -por ahora tampoco está previsto que vaya al de Moscú y Beijing-, o como cuando acompañó al mandatario nacional y Guzmán en las casi tres horas de reunión con gobernadores provinciales para compartir en qué situación estaba el diálogo con el FMI y fue el único de los tres funcionarios del estado que tuvo imagen pero no sonido.
De hecho, trascendió que integrantes del elenco gubernamental concurrían y concurren asiduamente al despacho del canciller y antecesor, Santiago Cafiero, convertido en una virtual Jefatura de Gabinete paralela.
Frente a estas situaciones, Manzur se sintió incómodo y se lo habría hecho saber a Fernández, quien negó cualquier antipatía hacia él. Sin embargo, el último detalle que habría acelerado la decisión de alejarse del cargo en las próximas semanas se produjo el martes 18 de enero en San Juan, cuando el jefe de Estado lanzó un cluster público-privado de energías renovables junto al anfitrión, Sergio Uñac, y quienes gobiernan otras cinco provincias involucradas: Río Negro, Neuquén, Mendoza, Catamarca y La Rioja.
Con Fernández viajaron los ministros Guzmán; el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; el ministro del Interior, Eduardo "Wado" De Pedro; y el secretario de Energía, Darío Martínez. En tanto Manzur, que iba a ser el puente central con las gobernaciones, no fue invitado.
Por eso es que tiene decidido el regreso a Tucumán, en una salida sin premura acordada con el Presidente, prevista para febrero o marzo, según los tiempos que marque la negociación con el FMI.
Su renuncia llegaría antes de que culmine el verano, mientras le da al jefe de Estado el tiempo necesario para que prepare su reemplazo en el cargo. El punto en contra: volver a Tucumán podría generar conflictos, ya que está enfrentado a su vicegobernador, Osvaldo Jaldo.|