Fueron sólo dos golpes. El primero llegó por la izquierda, de sorpresa, a la altura de la mandíbula de Pablo Serdán, jefe de una unidad de Investigación Criminal del Ministerio de Seguridad de la Nación. Fue un croché de distracción, diríamos en términos pugilísticos.
El segundo fue un Jab frontal, con la derecha y directo a la nariz. El funcionario nacional y sindicalista del gremio de los empleados del siempre pulcro Poder Judicial, fue puesto en nocaut en tiempo record.
El vencedor fue Juan Cruz Álvarez, secretario de Cultura y Capacitación del sindicato de los judiciales. El hecho sucedió el pasado miércoles 15 en el Teatro Cervantes, cuando comenzaba el acto del Consejo Económico y Social que tenía al presidente Alberto Fernández como principal orador.
Algunos testigos contaron que la pelea se inició cuando Álvarez, hombre culto y avezado boxeador, se topó con Serdán y le pidió que se fuera del lugar. Pero el fondo de la cuestión estaría vinculado a una feroz interna por la conducción del influyente sindicato.
Buenos muchachos
Serdán, que terminó con el tabique nasal roto y el frente de la camisa con manchas de sangre, busca arrebatarle la conducción del gremio a Julio Piumato, un legendario líder sindical que desde hace más de 30 años dirige la Unión de Empleado de la Justicia de la Nación (UEJN). Las elecciones para el recambio de autoridades recién se realizarán en abril de 2022.
Álvarez, el de los dos golpes rectos, práctica boxeo en el Club Defensores de Belgrano y forma parte de la Lista Marrón, que es con la que Piumato pretende ser nuevamente reelecto como secretario General del gremio de los empleados judiciales.
Desafío Judicial, el nombre de la lista opositora que lidera Serdán, estaría ganando espacio en diferentes provincias y contaría con el patrocinio del ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández. Las disputas entre el funcionario del Gobierno y el veterano cacique sindical es de larga data y de público conocimiento.
En diciembre de 2011, Fernández criticó un paro judicial por no tener “asidero” y Piumato le contestó y lo tildó de “mentiroso” y “gorila”. Un año después, en declaraciones radiales, el sindicalista volvió con los tapones de punta: “Me consta que Aníbal Fernández estuvo prófugo de la justicia escondido en un baúl”.
Piumato conoce de situaciones hostiles. Durante la dictadura estuvo seis años preso por reclamar la incorporación de los empleados judiciales cesanteados y en el gobierno de Fernando De La Rúa recibió una herida de bala, durante una represión policial, en medio de una manifestación contra la Ley de Reforma Laboral. Fernández tiene una larga trayectoria en el peronismo y es uno de los políticos que más conoce cómo funciona el mecanismo del poder del Estado.
“Es la primera vez que le hacen temblar el piso a Piumato y Aníbal está poniendo todas las fichas”, dijo a Negocios & Política una fuente del Poder Judicial que conoce la disputa por el control del sindicato de los empleados judiciales. “Esto se define en abril, es decir que esto recién comienza”, advirtió. |
