La tranquila frialdad con la que Martín Soria atendió a los periodistas que aquel mediodía de enero de 2012, podría compararse a la de un cirujano operando en una tienda de campaña asediada por el fuego de la artillería enemiga. Tenía 36 años, estaba apurado porque su hermana María Emilia se había descompensado, y recién salía de prestar declaración testimonial porque unos pocos días antes su madre había asesinado de un tiro a su padre durante la madrugada de año nuevo.
Traer al cuento los motivos por los que Susana Freydoz apretó el gatillo no vienen al caso, pero sí recordar que aquella noche de fin de año “El Gringo” Carlos Soria estaba de muy buen humor y tenía motivos de sobra. Después de ocho años entregó la intendencia de General Roca a su hijo Martín —quien había arrasado en las elecciones— y llevaba tres semanas como gobernador de Río Negro. Era la primera vez desde el regreso de la democracia que la provincia quedaba en manos del peronismo.
Ahora Martín tiene 45 años y ayer el presidente Alberto Fernández le ofreció hacerse cargo del Ministerio de Justicia de la Nación. Soria aceptó y renunciará a su banca de diputado nacional para ocupar el cargo que deja Marcela Losardo, quien se irá como embajadora ante la Unesco.
Reservado y con buenos contactos
Quien conoce a Martín sabe que no es un kirchnerista de paladar negro, pero también sabe que jamás fue de sacar los pies del plato más allá de lo que permite el verticalismo peronista. Es tan atropellador como su hermana María Emilia, todos vimos a la hija del Gringo en la Cámara baja enfrentar como leona al gobierno de Mauricio Macri y también discutir con los de La Cámpora de igual a igual. Lo único que Martín no heredó de su padre fue lo calentón. El viejo Soria, hombre de palabra y modales de campechano, tenía la mecha corta.
Martín asumió como diputado nacional el 10 de diciembre de 2019 y a todos les llamó la atención su rol en la Cámara baja como esgrimista en cuestiones judiciales. Sin ir más lejos, el mes pasado denunció ante el Consejo de la Magistratura al presidente de la Cámara Federal de Casación Penal, Gustavo Hornos, por haber mantenido seis encuentros secretos con el entonces presidente Macri entre 2015 y 2018. Martín suele estar siempre bien informado.
Sucede que Martín conoce el paño de Comodoro Py. Antes de ser diputado en su provincia y ocho años intendente de General Roca, trabajó en el juzgado Federal que estaba a cargo de Juan José Galeano y después se fue a parar a la Cámara Federal de Roca. Egresó como abogado en la UBA, pero en sus años de estudiante se la pasó más tiempo en reuniones políticas que buceando entre libros de derecho.
En algunos círculos dicen que el mayor de los cuatro hermanos Soria, es tan reservado como lo fue su padre cuando fue jefe de la SIDE (hoy Agencia Federal de Inteligencia) durante parte de la presidencia interina de Eduardo Duhalde. Uno de los hermanos de Martín trabaja actualmente en la AFI, en un cargo no menor de una embajada estratégica.
Que Martín sea abogado, vicepresidente de la comisión de Legislación Penal, integrante de las comisiones de Asuntos Constitucionales, Justicia, Juicio Político y de la Bicameral de Monitoreo e Implementación del Código Procesal Penal Federal, entre otras, son verdades de Perogrullo para la ocasión.
Martín mamó política desde la cuna, conoce los recovecos de Comodoro Py, tiene fluidos contactos con el mundo del espionaje, y esa frialdad de cirujano en campo de combate que lo caracteriza. Punto. En definitiva, digamos que es el hombre que cuenta con el expertise necesario que necesita hoy el Gobierno para avanzar en su cruzada contra un sector del Poder Judicial que decidió jugar en las arenas de la política partidaria desde la comodidad de sus despachos en los tribunales.
Fernández fue claro cuando anunció frente a las cámaras de C5N que Losardo estaba de salida: “Marcela me venía planteando su idea de dejar el Ministerio porque ella cree que el tiempo que viene necesita otra actitud. Marcela no viene de la política y está agobiada”. Minutos después de aquella entrevista el rostro de Martín Soria se encontraba en el primer puesto del podio de los posibles candidatos para ocupar la problemática cartera de Justicia y Derechos Humanos.
El presidente no mintió cuando retrucó a quienes acusaban a Martín de ser un soldado de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. “La discusión fue que se va Marcela y entra un kirchnerista como Soria, pero hasta lo que yo recuerdo Soria siempre estuvo enfrentado a los Kirchner, hasta la última elección fue contra (el senador Martín) Doñate. No entiendo cómo funciona esto”, argumentó.
“Quien dice que Martín es kirchnerista se equivoca. Los que conocemos cómo se desarrolló la política en Río Negro desde el 2003 a la fecha, sabemos que la relación entre los Soria y el kirchnerismo estuvo llena de cortocircuitos. Los Kirchner siempre apoyaron a (Miguel Ángel) Pichetto, hasta que después lo descartaron”, explicó a Negocios & Política un allegado a la familia Soria.
En 2020, durante un congreso del peronismo, Martín solicitó la expulsión de Pichetto del partido por haber integrado fórmula con Macri en las elecciones presidenciales del año anterior. Martín siempre tuvo en la mira al histórico contrincante de su padre en el peronismo de Río Negro.
Con el mandato de revisar
Durante las últimas dos semanas hubo especulaciones de todo tipo. Algunos medios organizaban desfiles de nombres para ocupar el cargo que dejaba la "agobiada" Losardo.
"Hoy almorcé con Martín Soria, le hablé sobre cuáles son mis expectativas y él aceptó hacerse cargo", dijo ayer Fernández durante una entrevista con Canal 9. Explicó que le pidió que en su gestión garantice que "el Estado de derecho funcione como debe funcionar".
“Hace varios meses que vengo siguiendo lo que está haciendo. Él trabajo en Tribunales y entiende bien lo que está pasando, tiene una mirada absolutamente semejante a la mía”, comentó el mandatario.
En la misma entrevista, Fernández sostuvo que en la gestión de Losardo se buscó que el Poder Judicial "se revisara a sí mismo y empezara a dar vueltas las cosas que habían hecho mal". Y agregó: "esperé que la Justicia hiciera, y la Justicia no hizo". Ahora será Martín Soria el encargado de revisar al díscolo Poder Judicial. |