"Este viernes dimos un paso fundamental para la concreción de la fusión de Aerolíneas Argentinas y Austral. Alcanzamos un acuerdo entre los pilotos de ambas empresas que pone fin a una historia de desencuentros al interior de nuestra línea aérea", expresó Pablo Ceriani, presidente de la compañía aérea de bandera a través de un comunicado.
Los pilotos de Austral se negaban a volar en aviones de AA y viceversa, pero partir de este acuerdo, "el trabajo se desarrollará bajo las mismas reglas y criterios, se integrarán sus escalafones. Esto mejorará la productividad de la flota", agregó el comunicado. En tanto, el gremio de los Aeronavegantes mantiene abiertas las conversaciones con la empresa a pesar de haber conseguido un "avancce preliminar". Las negociaciones continuarán durante la semana.
El 5 de mayo, el Gobierno anunció la decisión de fusionar las compañías, algo que ya había querido hacer Carlos Menem a mediados de los 90', con el objetivo de generar un ahorro en un contexto de fuerte crisis para el sector. "La duplicación de estructuras en este contexto no tienen razón de ser", explicó Ceriani en ese momento, y estimó un ahorro cercano a los US$ 100 anuales, un 10% a lo que requiere en subsidios.
El ahorro no es menor en una compañía que tiene actualmente 11.900 empleados con un costo en salario de alrededor de US$ 50 millones. Junto a la fusión, la compañía se encuentra desarrollando una nueva unidad de negocios para brindar mantenimiento de aeronaves a otras empresas y actores de la industria con una lógica independiente, además del desarrollo de una unidad específica para el transporte de mercadería.