El ex senador, Carlos Menem hasta su muerte, presentó su declaración jurada ante la Oficina Anticorrupción (OA) fechando su patrimonio en solamente 7,5 millones de pesos. Con esta cifra, se consideraba el menos acaudalado de los ex presidentes.
Toda la increíble saga de casamientos, hijos reconocidos y no reconocidos, registra una frase memorable acuñada por Zulema Yoma en un escrito presentado a la Justicia: “No olvide, su señoría, que hasta hace poco (los árabes) éramos un pueblo de beduinos”: Pero la historia de la disputa familiar viene más o menos así según un diario del 2001: “Cecilia Bolocco se casó con Carlos Menem en La Rioja. En ese momento estaba casada en Chile con el productor norteamericano Michael Young, lo que podría constituir el delito de bigamia. La denuncia podría hacerla –en Chile– Zulemita, ya que resultaría perjudicada si Menem se muere y hay que dividir la herencia.
Pero también podría actuar Carlos Nair Meza, el hijo extramatrimonial de Carlos Menem con la ex legisladora Martha Meza. No sólo eso, igualmente está en derecho de actuar Amalia Pinetta, que tuvo una hija, Antonella, con Carlitos Menem Junior. Todo esto viene acompañado, además, por una increíble sucesión de pedidos de análisis de ADN e incluso de exhumaciones de cadáveres. No obstante, a Cecilia la salvaría el divorcio de Young que obtuvo en 1996 en Miami”. A este ensamble, se le uniría Máximo, el hijo menor de Carlos con la ex Miss Universo, que en los últimos días cumplió 18 años y reclamó parte de la herencia de su padre.
Menem mantenía una buena relación con sus hijos Carlitos Nair y Zulemita. Esta última, además, estuvo con el senador riojano hasta el último minuto, con total fidelidad. Distinto es el caso de Antonella Menem, la hija de Carlos Menem Jr., cuyo último contacto con el abuelo fue hace 11 años en La Rioja, en un golf.
Debido a la tensa relación entre Bolocco y Carlos, recién en diciembre de 2020, cuando el ex presidente estaba internado en grave estado, Máximo Menem pudo reencontrarse con su padre en el sanatorio Los Arcos. “Máximo le pudo hablar. Carlos esaba inconsciente, pero para él fue liberador y un momento muy especial, ya que finalmente pudo tener un espacio a solas con él”, contó Bolocco meses atrás. De esta forma, papá e hijo limaron asperezas de antaño.
Según se informó, la modelo y conductora chilena que estuvo casa con Carlos Menem durante 10 años estaría en medio de reuniones con abogados para pensar estrategias relativas a la herencia que su hijo debe recibir tras cumplir su mayoría de edad.
La disputa de los mayores:
"Estuvimos cuidándolo, cumpliendo como hijos. Sinceramente, mi hermana y yo le dijimos todo a su tiempo. Lo pensé eso pero la verdad que no me quedó ninguna cuenta pendiente. Si uno hace un balance, es bueno. Le dije que lo amaba en la última charla y que era un gran padre. Él me contesto, estaba consciente obviamente. Le decía yo que estábamos los hijos cuidándolo y me decía que sí. Se fue feliz", dijo Carlos Nair, sobre la muerte de su padre de una neumonía bilateral.
Pero un nuevo conflicto se generó tras la decisión de Carlos Nair de designar a Alejandro Cipolla como su representante legal. Este cambio, que implicó no compartir el mismo abogado que Zulemita (algo que en principio estaba acordado), llevó al enfrentamiento entre los herederos.
La disputa se da en el marco de una presunta deuda que Nair tendría con Zulemita: "Yo trabajé y tuve el sueldo que me corresponde. Me cansé de ser usado para las cámaras y todo tiene un límite. Cámaras y fotos, solamente para eso", manifestó. "A mí me hicieron una cama. Me cansé de perdonar, tengo miles de errores pero jamás cagué a mi hermana. Todo lo contrario, siempre la cuidé y conmigo solo estuvieron para la televisión y las fotos", añadió. Ahora la disputa seguirá en el terreno legal, y la buena relación entre Zulemita y Carlos Nair dejó de ser tal.
Zulemita, siempre fue la heredera que más intentó allanar el camino a la herencia. El mismo hijo de la Bolocco, publicó una dura carta contra su hermanastra cuando era más pequeño, señalándola como la responsable de su casi nula comunicación con su padre. "Cuando subí la carta era porque Zulemita me había bloqueado. A mi mamá no la dejan entrar a la casa de mi papá, y a él no lo dejan salir. Yo ni siquiera puedo hablar con él por teléfono. Tengo miedo de ir a la casa de mi padre, no sé qué me puede hacer Zulemita. Me da miedo que me grite, pasarlo mal. En toda mi vida, a mi papá lo vi seis o siete veces", contó.
Ella fue también quien le puso trabas a Antonella, la nieta de Carlos Menem, primero para conocer su identidad, y luego para adquirir los bienes que le corresponden por ser heredera. "Los tiempos de Dios son increíbles. Tiempo al tiempo ya va a mejorar la vida de cada una de las personas a las que le arruinaste la vida incluyéndome a mí. Ojalá Dios te bendiga. El mal no se le desea a nadie por más que se lo merezca...", disparó la joven en Twitter.
La joven sabe que tienen un enemigo en común: Zulemita y confesó que irá hasta las últimas consecuencias para pelear por lo que es suyo: "Zulemita se quedó con casi todos los bienes de mi papá y a mí me hizo absolutamente lo mismo. Escondieron todo lo que era de mi papá y hasta el día de hoy sigo buscando lo que es mío".
Los bienes en disputa
En la última rendición de cuentas realizada ante la OA, correspondiente al ejercicio 2019, los contadores de Menem declararon 26 lotes en Chilecito (La Rioja), de solo un metro cuadrado cada uno, que ingresaron a su patrimonio en abril de 1978 y que fueron valuados entre $700 y poco más de $347 mil, según el valor fiscal de cada uno, que el ex presidente se declaraba propietario del 50%. La otra mitad es del ex intendente de la Ciudad de Córdoba, Germán Kammerath Gordillo.
Según publicó La Nación en 2017, se trata de terrenos sobre los que Menem nunca hizo uso y que fueron ocupados en el momento en que estuvo preso, durante la dictadura cívico-militar. En la última declaración jurada de carácter público no están declaradas ni la casona La Rosadita -su hija Zulemita sería la propietaria-, de Anillaco, su pueblo natal, ni la casa del barrio porteño de Belgrano, sobre la calle Echeverría, donde pasó los últimos momentos de vida.
De acuerdo al documento oficial, el ex presidente era, además, propietario de dos autos -un Peugeot 405 del 1992 y un Toyota Corolla del 2007-, una moto 110 cc valuada en solo $7.300, obras de arte y colección que ingresaron al patrimonio en 1999 -antes de dejar la Presidencia- por $1 millón y dinero en efectivo por poco más de $3 millones (no atesoraba dólares). También tenía acciones de empresas telefónicas que fueron “donadas por la empresa telefónica” en 1991, después de las privatizaciones, valuadas en poco menos de $200.000.
Vale recordar que en 2013, por uno de los tantos procesos que tuvo que enfrentar por su gestión al frente de la Presidencia durante la década del 90, el Tribunal Oral Federal 4 de la ciudad de Buenos Aires absolvió al ex mandatario en el juicio por el que fue investigado por haber omitido declarar cuentas bancarias en Suiza y otros bienes.|