Para el sábado 18 de septiembre estaba prevista la designación de Alberto Fernández como presidente pro témpore de la Comunidad de los Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Pero la crisis interna que se generó en el Frente de Todos, impulsada por el ala dura del kirchnerismo y la decisión de desplazar a Felipe Solá cuando ya estaba en México, dejó a la Argentina sin la representación necesaria como para que Fernández asuma la titularidad de la CELAC.
La Comunidad está integrada por 32 países y el nuestro había alcanzado el apoyo de una mayoría casi absoluta con la sola excepción de Nicaragua. A último momento, se logró que el régimen de Daniel Ortega enviara una mínima representación a la cumbre de México para facilitar la elección de Alberto, que iba a viajar a México para asumir el cargo.
Ante la crisis argentina y la ausencia de su mandatario, Ortega avisó a su canciller que en su intervención tuvo duras expresiones contra este país. “Argentina se convirtió en instrumento del imperialismo norteamericano subordinándose a sus intereses hegemónicos diseñando una estrategia para vulnerar y negar la soberanía de Nicaragua”, lanzó durante su intervención, Denis Moncada, canciller del régimen de Daniel Ortega.
“Nuestra posición clara y firme es de no voto, de no respaldo a Argentina para la presidencia pro tempore de la CELAC porque se ha atrevido a interferir en nuestros asuntos haciendo política propia, interviniendo vulgar y ofensivamente en clara e insultante sintonía con los yankis en temas internos de nuestra patria”, puntualizó.
En ese momento, el canciller mexicano Marcelo Ebrard, anunció que no estaba en el orden del día “el consenso” para elegir al próximo presidente pro témpore de la CELAC y agregó que la decisión se tomará dentro de “varios meses”, siendo el 31 de diciembre la fecha de culminación del mandato actual.
La Argentina estuvo representada por Juan Carlos Valle Raleigh, subsecretario para América Latina.
El momento más incómodo
Felipe Solá viajó rumbo a México el jueves por la noche con una mínima comitiva para participar de la Cumbre de la CELAC, convencido de que seguiría al frente de la cartera de Relaciones Exteriores, pese a sus diferencias con Alberto.
Cuando el avión sobrevolaba El Salvador, recibió una llamada de Santiago Cafiero quien le comunicó que se iba a anunciar su salida del cargo y que él mismo sería su reemplazante.
Por ese motivo, arribó a la Ciudad de México como canciller saliente, donde lo esperó Eduardo Ebrard para recibirlo con los honores correspondientes al ministro de Exteriores de Argentina, que además viajaba en representación del presidente Alberto Fernández. Un escándalo internacional.|