No hubo ni uno solo que entendiera que la salida de un ministro alcanzaba, los diputados y senadores de Juntos por el Cambio querían escuchar la palabra perdón, menos no era suficiente.

Y llegó el momento. Apareció el presidente Alberto Fernández y comenzó con su discurso de una hora y media en donde dejaba inaugurado el 139 período de Sesiones Ordinarias del Congreso en un escenario atípico a causa de la pandemia de coronavirus, con un recinto semi vacío y pantallas led con las imágenes de los legisladores conectados vía zoom, donde las intervenciones del primer mandatario fueron interrumpidas unas 40 veces por los aplausos desde las bancadas oficialistas.

Pero la oposición volvió a jugar su juego y mientras los moderados miraban en silencio, el ala dura hacía gala de su dureza. El diputado Fernando Iglesias se la pasó buena parte del discurso gritando y contestando lo que formulaba el presidente. Y comenzó apuntando a la vicepresidenta que no tenía barbijo. 

Pero mientras gritaba, a pocos metros, estaba sentado su colega de bancada y otro de los duros, el diputado Waldo Wolff que casi no usó el barbijo en toda la sesión.

Así, entre gritos de Iglesias y Wolff, la mirada de algunos y los aplausos de los propios, Fernández habló por casi una hora y media. Un repaso de la gestión en pandemia, un grupo de leyes económicas para el 2021 y el plato fuerte: el anuncio de una denuncia penal para que se investigue a los funcionarios de la gestión Cambiemos que tomaron la deuda y un golpe por elevación a la Corte Suprema y el Poder Judicial.

El anuncio de la denuncia fue el que levantó la mayor cantidad gritos de apoyo y aplausos del sector que acompañaba a Fernández. 

La segunda parte fue cuando aseguró que el Judicial es el "único poder que parece vivir en los márgenes de la democracia" y está "en crisis", a la vez que anunció que propondrá a los gobernadores de las provincias la creación de un Tribunal Federal de Garantías que aborde "exclusivamente cuestiones de arbitrariedad" para evitar manejos discrecionales por parte de la Corte Suprema.

Los miembros del supremo tribunal siguieron a la distancia la apertura de sesiones por lo que no se pudo observar si hubo gestos de desaprobación pero nadie duda que es un nuevo capítulo en la guerra entre la Casa Rosada y el Máximo Tribunal.

Luego de anunciar el envío de varias leyes, el discurso fue llegando a su final bajo la atenta mirada de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner que siguió atentamente los detalles del discurso presidencial en la apertura del período de sesiones ordinarias del Congreso e intervino con acotaciones de humor y gestos hacia el presidente Alberto Fernández ante interrupciones de la oposición durante las dos horas en que se extendió la Asamblea Legislativa.

Para el final, en medio de los aplausos, se escuchó una potente voz que gritaba "Alberto Presidente", no era otro que el ministro Gabriel Katopodis.|