La pandemia destruyó riqueza, actividad económica y empleos, paralizó todo en algún momento y en casi todas las latitudes del mundo, pero aún así las mayores tragedias tienen un final y la del Covid no va a ser la excepción.
Frente a la actual segunda ola de contagios en Europa, y con vuelta a confinamientos en distintos países, parece prematura la idea de un próximo año un tanto más próspero desde lo económico que el actual, sin embargo la ciencia entrega resultados alentadores por estas horas.
La vacuna es la clave, será la clave para revertir la peor caída en la actividad económica, la expectativa esta puesta en que en el transcurso del primer trimestre del 2021 una cantidad grande de países tendrían acceso al fármaco, de continuar confirmándose los resultados positivos conocidos alrededor del mundo.
En nuestro país hay grandes expectativas en cuanto al acceso temprano de una o las vacunas de distintos países proveedores y definitivamente será un determinante para consolidar la apertura de las actividades y evitar una potencial segunda ronda de contagios y cuarentena en 2021 como sucede en Europa.
Viento de cola para la balanza comercial argentina, el principal producto de exportación en nuestro país, el poroto de soja vuela en su cotización internacional, opera a U$S420 la tonelada en el mercado de Chicago de futuros, y vuelve a cotizar en valores récord en términos internacionales luego de cuatro años de amesetamiento. Esta situación permite a nuestro país una posición más sólida para financiar el elevado déficit fiscal y mayor holgura en materia de divisas en la balanza comercial y cuenta corriente.
En relación con los Estados Unidos, conviene detallar algunas de las consecuencias de la victoria del candidato demócrata Joe Biden en las elecciones presidenciales. Su agenda será de mayor apertura a la negociación con China, luego de una guerra comercial muy dura, mayor previsibilidad en las relaciones comerciales con el resto del mundo y la vuelta del país a los organismos internacionales como ámbitos apropiados de arbitraje en los diferendos comerciales. Esta situación mejora el clima económico a nivel internacional y alienta a una recuperación más rápida del PBI mundial, potenciando el aumento en la demanda para Argentina.
Con respecto al dólar se espera que a nivel internacional sufra una desvalorización como consecuencia del aumento en el gasto del gobierno federal en Estados Unidos para financiar la recuperación de su sector productivo. La mayor debilidad del dólar a nivel mundial, tiene como contrapartida el aumento en la cotización de commodities en las que Argentina tiene un rol protagónico a nivel mundial.
Por último la balanza de pagos, esta mostrará a partir del 2021 para Argentina una hoja de balance sin sobresaltos ni grandes compromisos financieros producto de la renegociación con acreedores privados que permite cuatro años de gracia en el pago de vencimientos y reestructuración del stand by con el FMI que se lleva adelante en este momento. Esta situación que dejamos para los últimos párrafos no debería soslayarse, puesto que Argentina tiene una larga historia de crisis económicas iniciadas por una mala gestión en el balance de pagos. Situación que se encuentra absolutamente despejada en la actualidad.
En definitiva, debe decirse que si bien las dificultades de corto plazo parecen extremas en la Argentina, existen elementos objetivos en el análisis macroeconómico que permiten construir expectativas sobre una recuperación económica moderada que comenzaría a evidenciarse en términos agregados a parir del segundo semestre del 2021 en nuestro país.