Porque la elección de nuestra Provincia de Buenos Aires, es una elección nacional.
Las legislativas son el gran referéndum y plebiscito a mitad de mandato; hasta que no logremos cambiar temas fundamentales como: los porcentajes de coparticipación de nuestra Provincia; el sistema electoral de la lista sábana horizontal bonaerense; y se logre -entre otros puntos- la definitiva autonomía de nuestros municipios.

Zulemita es una figura nacional: por su pasado, y obviamente ligazón, y amor a su padre, pero también por su presente de compromiso, y por el futuro que imaginamos.

La última vez que fue reconocida en términos económicos nuestra Provincia fue gracias a Carlos Menem y Eduardo Duhalde por el otorgamiento del Fondo de Reparación del Conurbano; y queremos volver a pelear los recursos que merecen nuestros vecinos bonaerenses.

Además el Peronismo, que representaron y sentimos con Zulemita, es el que convoca también desde la Libertad, como uno de sus valores más acendrados. Hay muchos jóvenes para sumar al Peronismo y al Federalismo desde esa visión.

No es verdad que el Peronismo sea solamente el Estado.

Para nosotros el Estado es la clave para equilibrar las diferencias sociales, para resguardar y proteger al que menos tiene; para lograr igualdad con salud  y educación pública; pero la riqueza y la producción la incrementa, básicamente, el sector privado. Algunos pretenden desconocer, y hasta muchas veces atacar a empresarios, pymes, productores, comerciantes, y todos aquellos que crean trabajo y bienestar.

Zulemita, en lugar de quedarse en una cómoda posición, indiferente a la realidad, ocupándose de su empresa privada, decide involucrarse justamente por ser este un momento crucial de nuestra Patria. Y a la vez, terminal.

Cuando decimos terminal también es por el dolor de la Pobreza.

Lo hablamos, lo estudiamos, y queremos solucionar y cambiar esta realidad, de un 60 % de nuestros menores de edad que  padecen pobreza estructural.

Somos el único país del Hemisferio occidental en el que la pobreza de los menores es mucho mayor que la de los adultos. En todos los países del mundo hasta Haití por ejemplo, los adultos se sacrifican por los menores.

Para terminar con esto debemos apostar a aumentar la economía de la innovación y del conocimiento y a promover la inversión con un fuerte sector privado que aumente la riqueza y el valor.

Quizás otros lo dicen, pero en nuestra construcción con Zulemita, la eficiencia, la libertad, y un capitalismo moderno, no lo alejamos de lo popular y lo social.