El mapa de calor que utilizan las autoridades de la cadena de alimentos naturales y orgánicos para vigilar la posible formación de sindicatos dentro de sus instalaciones consta de más de dos docenas de métricas diferentes. Esta herramienta de rastreo está dividida en tres grandes áreas: riesgos externos, riesgos de la tienda y el estado de ánimo de los trabajadores.
El medio especializado Business Insider reportó algunos ejemplos de estos tres indicadores, dentro de lo que se denominan “riesgos externos” se encuentran: la cantidad de afiliados con que cuenta el sindicato local -del distrito en el que está ubicado el supermercado-; la distancia física entre el establecimiento comercial y las oficinas sindicales; el número de denuncias sobre violaciones de la legislación laboral vigente y un “rastreador de incidentes laborales”, que registra las disputas ocurridas entre la patronal y la actividad sindical. Además, dentro de los riesgos externos se incluye el porcentaje de familias por debajo de la línea de pobreza dentro del área donde opera la empresa, así como la tasa de desempleo local.
En cuanto a las métricas de “riesgo de la tienda”, se contabilizan: el promedio de los salarios de cada sucursal, las ventas totales de cada supermercado, un “índice de diversidad” que abarca la diversidad racial y étnica de cada comercio. Se considera a las tiendas con mayor “riesgo de sindicalización” a las que tienen menor diversidad y salarios más bajos, así como mayores ventas totales y más reclamos por aumentos salariales.
Finalmente, el tercer gran indicador que reveló Business Insider se relaciona con los sentimientos de los empleados. Los mismos se rastrean mediante encuestas internas a los operarios, en las que se evalúa su opinión sobre la calidad y seguridad del ámbito laboral, al igual que si se sienten respetados y apoyados dentro de su entorno de trabajo.
El mapa de calor utilizado por Amazon no es más que una nueva herramienta para la consecución de un viejo fin: evitar la agrupación gremial. Hace dos años la compañía envió a los gerentes de Whole Foods un video de capacitación antisindical en el que se hacía hincapié en la preferencia por una estructura de “gestión directa”, en la que los empleados puedan presentar sus reclamos a sus jefes de manera individual, en lugar de tener un representante sindical.
El caso de Chris Smalls es ejemplar: en marzo de este año fue despedido por Amazon luego de organizar una huelga en la ciudad de Nueva York que tuvo como reclamo mayores medidas de seguridad en los almacenes de la firma, ya que denunció haber tenido contacto estrecho con un compañero de trabajo que había dado positivo de coronavirus. Cuando el caso se tornó viral, e incluso llegó a sectores políticos, la empresa se dedicó a difamar y desacreditar públicamente a Smalls, con el objetivo mayor de desprestigiar cualquier movimiento por derechos laborales dentro del gigante tecnológico.
La historia se cierra, por el momento, con el dato que, gracias a las medidas de confinamiento, este fue uno de los mejores años de Amazon y, por supuesto, de Bezos.
Adrián Machado. Licenciado en Comunicación Social y especialista en nuevas tecnologías.