El mercado de cambios (MULC) volvió a estremecerse tras varios meses ininterrumpidos de una demanda creciente de personas que acudían al mercado oficial para la compra del cupo de los 200 USD. En un escenario en el cual la única fuente de divisas son las del comercio exterior, esto era imposible de sostener mucho tiempo más aún con la ventaja de no tener una fuerte demanda de dólares para turismo producto de la pandemia. Con el estímulo de la brecha cambiaria en su nivel más alto, la compra dólares oficiales para su reventa en el mercado paralelo tenía un rendimiento asegurado.
Frente a esa problemática, se adoptaron tres tipos de medidas con el fin de evitar una devaluación del tipo de cambio oficial y sus ya conocidas consecuencias en los precios de la canasta básica y la previsibilidad macroeconómica. Por un lado, apuntaron a incrementar las condiciones para el acceso al MULC de las empresas y personas con el fin de reducir quiénes están en condiciones de comprar dólares. En segunda instancia, se encareció el precio del dólar para atesoramiento al llevarlo a $130. Esta medida es la que más interrogantes deja por dos motivos. Primero: ¿cuánto durará una brecha “cercana” entorno al 5/10%? Segundo: ¿es una normativa adecuada? El concepto del impuesto como “adelanto de ganancias” ya ha generado fuertes distorsiones en el período 2011-2015 haciendo que el segmento más acomodado termine accediendo a un tipo de cambio más barato que el resto de los trabajadores que no pagan ganancias. Si el objetivo fuese simplemente devolver el impuesto, está claro que no se adoptaría una medida de este estilo. Lo ideal hubiese sido el incremento del impuesto país pero tenía dos riesgos. Requería una sanción del Congreso, un tiempo que el Ejecutivo no se podía permitir, y llevarlo a niveles muy elevados corría riesgo de judicialización por “confiscatorio”. El tercer y último tipo de medida consistió en buscar administrar la brecha facilitando la venta de dólares MEP a través de títulos en la bolsa al eliminar el parking de 5 días, algo que instauró esta misma gestión y en el informe anterior señalamos la conveniencia de corregir.
La pregunta sobre el futuro de la brecha es fundamental porque en la medida que siga existiendo y que, a pesar del precio, millones de personas tengan la posibilidad de acceder al MULC entendemos que el mecanismo de goteo va a persistir. Dado que se restringe todavía más la oferta en el mercado blue, es lógico que su precio aumente debido a que la demanda va a seguir existiendo y probablemente siga creciendo. A pesar de encarecer el dólar “solidario” la brecha continuará y, con ella, la pérdida de reservas.
La respuesta a este escenario tiene que venir por construir un mercado de referencia en el dólar MEP a través de los títulos en el mercado de valores, eliminando el parking para darle volumen e intervenir sobre la brecha a través de las operaciones del Banco Central y organismos públicos. En paralelo, la política de tasas también debe ser revisada de manera tal que el financiamiento a las empresas no se encuentre por debajo de la tasa de devaluación oficial, ya que sino se generan incentivos financieros para el stockeo de granos y el pago anticipado de importaciones.