Desgranando el contenido de mi libro trataremos de inculcar un esencial ejercicio y desde ese precepto poner en práctica una nueva forma de ver el camino como una constante meta y detenidos un instante en ese sitio podemos hasta disfrutar de cada tropiezo, porque ahí es donde el cambio de paradigmas al que hacía mención en el artículo anterior nos permitirá ver el mismo como un avance (ver en www.elexitodelfracaso.com.ar).
Uno de los ejes para este nuevo pensamiento es tratar de que cada cosa que nos pase sirva para aprovechar y no constantemente caer en el común de las acciones de combatir lo que nos sucede; esto no es nuevo, el propio Heráclito de Éfeso (535 a 475 a.C.) ya definía que “no hay nada permanente, excepto el cambio” y aquí me detengo en decir que si solo aceptamos lo que nos sucede, estaremos en un conformismo que quizás nos permita hacer menos doloroso el traspié per, sin en vez de sólo aceptarlo buscamos la forma de cambiarlo, el resultado será seguir mucho más empoderado hacia lo que soñamos y nos permitirá volver a creer, sobre todo en nosotros mismos.
Ahora bien, desde mi experiencia puedo decir que para que ese nuevo criterio funcione hay que hacer una retrospección y lograr primero el auto perdón sabiendo que el haber fracasado no te convierte en una mala persona y eso también te ayudará a entender que si otro es quien te falló, tampoco la convierte en mala persona. Nadie es perfecto, empezando por vos.
Una vez asimilado lo anterior debemos generar una sincera auto aceptación, saber que siendo imperfectos nos merecemos el respeto y afecto tal cual somos, y este punto es crucial, porque solemos creer que aceptar algo es quitarle importancia y en realidad es lo contrario, es buscar la felicidad tal cual somos.
Para continuar en el proceso debemos mostrarnos siempre proactivos entendiendo esto como alguien que toma el control de los acontecimientos y no quedarnos como simple espectadores. A veces la dificultad nos inmoviliza pero haciendo el ejercicio de abstraerse y mirar desde distintas perspectivas siempre hay más de una forma de avanzar.
Por último y no menos importante es tener un auto cuidado porque la felicidad tiene que ver con el todo, con que nuestro interior y exterior se sienta bien y eso significa poner el cuerpo en condiciones y ahí podemos mencionas, entre otras acciones, una buena alimentación., actividad física, etc.
Cuando empiezas a creer en vos mismo cosas increíbles comienzan a pasar y te sentís grande, fuerte y capaz de superar hasta con gozo todos los obstáculos y así, como si fuera un rompecabezas, cada uno de esos fracasos se convierten en una pieza más en la construcción de tu éxito.
*Matías Sebely. Abogado, empresario, especialista en liderazgo y emprendedurismo.