Fake News, el arma más utilizada en la guerra entre Rusia y Ucrania – Negocios & Política
 

Presente & Futuro |Fake News, el arma más utilizada en la guerra entre Rusia y Ucrania

El conflicto puso en primer plano la importancia del manejo de la información: propaganda, censura, etiquetados, desinformación. Todos elementos igual de importantes que el aspecto bélico de la contienda. La proliferación de plataformas y señales informativas no aminoró la cantidad de noticias falsas que llegan a nuestros dispositivos.
Adrián Machado
Análisis
Adrián Machado
Análisis

La batalla por el control de la información tiene, por momentos, más importancia que el conflicto armado. Lo vemos nuevamente en el escenario ucraniano: el control de la narrativa es de máxima importancia. El acontecimiento militar posee fuertes componentes virtuales digitales que disputan con fiereza el sentido de las acciones en curso. 

AFP Factual y EFE Verifica han recopilado e indagado sobre algunas de las noticias falsas que más han circulado en estos días de guerra. Argentina ya tuvo su memorable participación, a cargo del inefable Eduardo Feinmann, quien presentó en su programa de TV un fragmento del videojuego “Arma 3” como si fuera una serie de maniobras de un piloto ucraniano llamado “el fantasma de Kiev”.

Pero el bueno de Eduardo no fue el único que cayó en la treta, el mito del fantasma ha sido propagado por diversos medios. “Un tuit de una cuenta oficial de Ucrania y una fotografía de 2019 publicada por el expresidente ucraniano Petró Poroshenko han contribuido estos días a propagar en redes sociales y medios de comunicación la leyenda del piloto ucraniano anónimo que derribó a más de seis aviones de combate rusos –la cifra más extendida habla de diez– desde su caza MiG-29 Fulcrum. Numerosos internautas especulan sobre la verdadera identidad de este héroe, si bien diversos medios y perfiles en redes sociales afirman que el ‘Fantasma’ tiene nombre y apellido, Vladimir Makarov, y se trataría de un piloto de combate ucraniano retirado que volvió a ponerse al mando de un caza para luchar contra Rusia”, señala EFE.

Y agrega: “en realidad, la foto publicada por Poroshenko fue tomada durante las pruebas de unos nuevos cascos de piloto en 2019 y el nombre de Vladímir Makarov está sacado de un personaje del videojuego Call of Duty. Además, diversos perfiles difundieron en redes fotos que supuestamente desvelaban el rostro del ‘Fantasma de Kiev’, pero correspondían a un abogado argentino, Pablo Abdón, dirigente del partido Unidos, que confirmó esa suplantación de identidad en su cuenta de Twitter”.

Otro ejemplo de desinformación bélica es el que sugirió la muerte de 13 ucranianos en la isla de las Serpientes, tras negarse a rendirse ante el ejército ruso en el inicio de las hostilidades entre ambos países. AFP consigna que “días después, tanto las autoridades ucranianas como el ejército ruso informaron de que los soldados estaban vivos. Algunos usuarios y medios, en cambio, no corrigieron sus informaciones previas. Este caso de ‘propaganda’ y ‘contrapropaganda’, compartido miles de veces en redes sociales, es un ejemplo de la desinformación en tiempos de guerra”.

Algunos de los hechos recabados y analizados por ambas agencias son: 

  • Fotografía de Kiev entre escombros retrata las protestas de 2014, no la invasión rusa de 2022
  • El video de una presentadora rusa es un montaje y no informa sobre una amenaza de Putin a México
  • Un vídeo no muestra tanques rusos atacados en Ucrania en 2022, es de las protestas en Kiev en 2014
  • Un video no es del conflicto en Ucrania, muestra a una niña palestina y a un soldado israelí en 2012
  • Foto de disparos a campo abierto no es de la crisis ruso-ucraniana en 2022, circula desde 2009
  • Foto muestra al embajador ucraniano en Japón con un atuendo samurai, no a su homólogo en Kiev
  • Secuencia de un videojuego circula como si fuera del conflicto ruso-ucraniano de 2022
  • Víctima de ataque ruso en 2022, no de una explosión de gas en 2018
  • El caza ruso no fue abatido por ucranianos, sino por un accidente en 1993
  • CNN no anunció la muerte del mismo periodista en Afganistán y en la guerra de Ucrania
  • El Parlamento europeo no ha aceptado la solicitud de Ucrania para entrar a la UE 
  • Time no ha publicado una portada que convierte a Putin en Hitler 
  • La niña ensangrentada no fue herida en Ucrania, sino en Siria hace 4 años 
  • El video del padre despidiéndose de su hija es anterior a la invasión rusa
  • El video de los soldados ucranianos caídos en combate no es actual ni es en Kiev

En síntesis, dos de varias herramientas necesarias para consultar en medio de esta guerra mediática: AFP Factual y EFE Verifica

Que sea fake es lo de menos

Como señala el investigador de la Universidad Nacional de Quilmes Martín Becerra: “No es raro que alguna gente comparta la tapa fake de Time y lo reivindique porque el fake coincide con su opinión, y la tapa real no. Lo raro es que esa gente, que elige difundir fake news que afirman su propio juicio, a contar una realidad que no lo hace, se perciba periodista”.

Es esclarecedor la experiencia relatada por el especialista acerca de entrevistas con editores de medios de comunicación nacionales: “en entrevistas de investigación que hice con editores de grandes medios comerciales argentinos surge que la preselección de qué contar y qué fuente elegir para un contenido, es determinada por el cálculo de si coincide con el propio interés o no. Que pueda ser fake importa menos”.

Claro está, y Becerra lo afirma, que los periodistas tienen, al igual que todos, sesgos de confirmación y avaricia cognitiva. El problema aparece cuando deberían poder mantener sus prejuicios a raya en pos de la descripción general de los acontecimientos, a diferencia de otros oficios y profesiones.

La Guerra aún no ha sucedido

Han pasado más de tres décadas desde la publicación de La guerra del golfo no ha tenido lugar, una serie de artículos en donde Jean Baudrillard analizaba lo (no) ocurrido durante el conflicto bélico que involucró a una coalición de 34 países liderada por los Estados Unidos y a la República de Irak. La disputa se extendió por más de seis meses (desde agosto de 1990 hasta febrero de 1991), con el resultado lógico del doblegamiento de las fuerzas conducidas por Saddam Hussein

Este conflicto fue el debut de las coberturas periodísticas en directo desde el frente de batalla, de allí (más que del desmembramiento del bloque del socialismo real) provienen las mayores reflexiones del teórico francés. En el apartado tecnológico pareciera que han pasado más de 30 años desde aquella situación, no obstante, algunas aseveraciones todavía conservan cierta actualidad, fundamentalmente en un contexto en el que proliferan ad infinitum la propaganda, censura, montajes, fake news y desinformación. Existen más herramientas para transmitir la guerra 24/7, pero buena parte de lo que circula del conflicto entre Rusia y Ucrania es falso, u ocurrió años antes, en otra locación, era parte de un film, o de un videojuego, como hemos reseñado.

Repasemos algunos conceptos esgrimidos por Baudrillard:

Sobre lo virtual y lo real: “Nuestro virtual supera definitivamente lo actual, y tendremos que contentarnos con esta virtualidad extrema que, a diferencia de lo que sucede con Aristóteles, disuade de pasar a la acción. Ya no estamos en una lógica de pasar de lo virtual a lo actual, sino en una lógica hiperrealista de disuasión de lo real mediante lo virtual”.

Guerra, medios y publicidad: “Los medios de comunicación promocionan la guerra, la guerra promociona los medios de comunicación, y la publicidad rivaliza con la guerra. La publicidad es, de toda nuestra cultura, la especie parasitaria más resistente”.

Acerca de la simulación: “Dos imágenes cargadas de intensidad, dos escenas, tres tal vez, que competen todas a formas desfiguradas. Un atavío que corresponde a la engañifa de esta guerra: los periodistas de la CNN con sus máscaras de gas en los estudios de Jerusalén; los prisioneros apaleados, drogados, arrepentidos en la pantalla de la televisión iraquí; y tal vez aquel pájaro marino enviscado de petróleo, alzando su mirada ciega hacia el cielo del Golfo. Engañifa de la información, con su chantaje de incitación al pánico; rostros ajados, entregados a la prostitución de la imagen; imagen de un desamparo ininteligible. Ninguna imagen del campo de batalla, pero imágenes de máscaras, de rostros deshechos o cegados; imágenes de alteración. No es la guerra lo que está teniendo lugar allá, sino la desfiguración del mundo”.

El archivo y el tiempo real: “El archivo también forma parte del tiempo virtual, constituye el complemento del acontecimiento ‘en tiempo real’, de esta instantaneidad del acontecimiento y de su difusión. Además, más que de una ‘revolución’ del tiempo real, de la que habla Virilio, habría que hablar de una involución en tiempo real, de una involución del acontecimiento en la instantaneidad de todas las cosas a la vez, y de disolución en la propia información. Si tenemos en cuenta la velocidad de la luz y el cortocircuito temporal de la guerra pura (el nanosegundo), ésta nos precipita precisamente en la virtualidad de la guerra y no en su realidad, nos precipita en el vacío de la guerra”.

La dependencia de la información: “Los desempleados constituían antaño el ejército de reserva del Capital, nosotros constituimos en la actualidad, con nuestra dependencia de la información, el ejército de reserva de todas las mistificaciones planetarias”.

El goce de la falsificación y la violencia: “El drama real, la guerra real, ni nos apetecen ya, ni falta que nos hacen. Lo que necesitamos es el sabor afrodisíaco de la multiplicación de las falsificaciones, de la alucinación de la violencia, es obtener de todas las cosas el goce alucinógeno, que es también el goce, como en el caso de la droga, de nuestra indiferencia y de nuestra irresponsabilidad, por lo tanto de nuestra auténtica libertad”.Este breve recorrido exhibe muchas de las aristas que aun continúan en cuanto a la recepción y tratamiento de la guerra, en este caso la invasión rusa a Ucrania.

De los actores involucrados es esperable y hasta lógico el ejercicio de la propaganda, pero ahora, además de los protagonistas directos, se aprecia el crecimiento exponencial de todo tipo de información aderezada con fake news o desinformación por parte de periodistas de distinta índole, y usuarios en diversas plataformas. 

El de las plataformas es un terreno en disputa, tienen dueños con intereses particulares, no velan por la libertad de expresión, democracia o algún otro artificio biempensante. La censura a los medios rusos en el espectro occidental, el etiquetado advirtiendo que la opinión de un individuo es la del Estado ruso, son ejemplos del accionar de las empresas dentro de la red. Un antecedente es la censura a Donald Trump ejercida por Twitter. Esta batalla virtual continuará intensificándose. |

*Adrián MachadoLicenciado en Comunicación Social y especialista en nuevas tecnologías.

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