Desde la declaración de la pandemia mundial, a principios de 2020, de forma acelerada el teletrabajo se presentó como la alternativa para no detener la productividad y a su vez cuidar la salud de los trabajadores. Aunque en un primer momento la adaptación fue dura para empleados, empleadores y sus respectivas familias, en una encuesta de Adecco, a más de un año, el 51% de los consultados indicó haberse acostumbrado al cambio y haber podido balancear el tiempo destinado al trabajo y a la vida personal.
Si bien el 42% indicó que en los primeros meses resultó “muy difícil” cortar con la rutina laboral y que el trabajo remoto requería mayor esfuerzo que el presencial, el 50% de los participantes indicaron que prefieren retornar al ámbito laboral pre-pandemia, aunque sea de manera híbrida. Además, un 26% quiere mantener la modalidad vigente y un 15% prefiere retornar a una presencialidad full time.
Dentro de los cambios iniciales a los que se debió adecuar el ecosistema laboral, sobre todo quienes no tenían un programa de trabajo remoto, fue organizar un esquema de trabajo, asegurarse que todos los empleados tengan la conectividad necesaria como así también los materiales y herramientas para poder cumplir con su labor de manera confiable y segura.
Como muchos tecnólogos y protagonistas del salto digital, Andrea Ávila, CEO de Randstad, empresa de selección de personal, explica que la actualización y transformación digital lograda en la mayoría de las empresas en el 2020 equivalen “a cerca de 3 o 4 años en condiciones normales”, con un ritmo de cambios sumamente vertiginoso y nunca visto.
Carla Mucharraz, directora de Talento Humano en la agencia independiente regional de comunicación, agrega que “otro cambio que han tenido que enfrentar los trabajadores, ha sido tener que lidiar con sus emociones y las relaciones interpersonales, ya que de un día para otro se despidieron de sus colegas sin saber hasta cuándo, dado que la situación la define un factor ajeno e incontrolable para todos”.
“Si bien esto al principio requirió de esfuerzos adicionales y acostumbrarse a la nueva modalidad de manera forzada, hoy en día el trabajar 100% desde casa o de manera híbrida, combinando presencialidad con home office, ya quedó instalado”, dice Mucharraz y cuenta que en el espacio que dirige lograron una rápida adaptación con acompañamiento hacia los equipos “para poder ajustar lo necesario y que puedan trabajar con las mismas herramientas que lo hacíamos desde la oficina”.
Ya todos sabemos que, tras un año y medio de pandemia, las costumbres, hábitos y rutinas han cambiado y con el avance de la vacunación y el regreso a las aulas luego de las vacaciones de invierno el gran desafío se presenta al volver a engranar el trabajo con la vida familiar.
Una encuesta regional realizada por another en febrero de 2021, mostró que, al momento de consultar sobre las tareas del hogar, el 42% confirmó que las dividen entre la pareja; lo mismo pasa con la crianza de los hijos: el 58% las comparte, mientras que el 30% aún considera ambas responsabilidades un tema femenino.
“Además del trabajo, las tareas del hogar y la crianza de los hijos, son necesarios los momentos de ocio, para desconectar y dedicarse a lo que cada uno disfruta hacer”, dice Mucharraz y explica que “los datos muestran que el 60% de los hombres gozan de tiempo libre, mientras que el 48% de las mujeres dispone de él. A esto se suma que, en promedio, las mujeres tienden a tener horarios laborales más extensos en comparación con los hombres”.
¿Cómo pueden ayudar las empresas?
Luego de analizar los datos de la encuesta y detectar que aún existe un importante grado de desigualdad respecto a las responsabilidades que asumen mujeres y varones, Mucharraz cuenta que la agencia se concentró en cuidar la salud de sus 270 colaboradores con un plan de bienestar. “Desde el inicio de la pandemia todas las oficinas se encuentran trabajando de manera remota, y esto ha incrementado tanto la productividad como los resultados de negocio”, describe.
La agencia ofreció espacios de recreación y desarrollo, realizó webinars sobre la salud emocional con sesiones con especialistas. Adicionalmente another organizó actividades de integración con la familia como un show virtual de magia, encuentros de lectura y de videojuegos, incorporó los “viernes flex” y otros en que se invita a los integrantes de todas las oficinas a tomarse el día y desconectar de las tareas laborales.
Ahora, una vez que las vidas retomen una nueva normalidad, se presentaran nuevos desafíos según las distintas modalidades de trabajo que se plantean que dependerán, en gran medida, de la naturaleza de las funciones y determinadas evaluaciones como los costos de las empresas teniendo en cuenta la modernización tecnológica, los gastos que se le deben cubrir a los empleados y los costos de mantener los espacios de las oficinas y sus modificaciones para cumplir con todos los protocolos.
Las oficinas post pandemia deberán adaptarse a los requisitos de salubridad y cuidado, pero también tendrán que posicionarse como parte de una oferta laboral atractiva, y colaborar para incentivar el factor de pertenencia de las personas a la organización, a una misión en común. Además, requerirán de una mejor tecnología y amenities para responder a las nuevas demandas impuestas por la pandemia.
“Los colaboradores satisfechos con su lugar de trabajo esperan que sus empleadores construyan lugares de trabajo auténticos, inclusivos, verdes y habilitados para la tecnología. También desean interacciones humanas reales en la oficina”, indica Mariana Stange, directora de Mariana Stange Real Estate y agrega que “el trabajo híbrido sigue siendo muy importante para ellos con una gran parte optando por esta modalidad con una frecuencia de 3 días en la oficina y 2 de forma remota”.
Para poder ajustarse a estos requerimientos y para que el funcionamiento de este nuevo paradigma de oficina no sea “torpe”, Santiago Peña Fiorda, Business Development Manager de NÓMADA Workspaces, explica que serán necesarios algunos cambios y destaca cuatro puntos como primordiales para el nuevo paradigma:
1) Integrar las diferentes modalidades de trabajo: para que las personas que están trabajando de forma remota se amalgamen a la dinámica laboral presencial.
2) Espacios para compartir en contexto COVID-19 y a futuro: para lograr un ambiente inclusivo donde los diferentes perfiles de personas se sientan cómodos.
3) Bienestar “Aldea”: programa de experiencias enfocado en el bienestar en el trabajo para los habitantes de la oficina.
4) Oficina flexible: soluciones que permiten que la oficina se adapte a las necesidades del usuario y no al revés, permitiendo múltiples formas de trabajo, situaciones de confort y propuesta de hábitat.
Y, entre las soluciones prácticas que pueden ayudar a sortear los desafíos del nuevo contexto el especialista apunta a:
1) Reconversión de la clásica tipología de sala de reuniones rectangular con una pantalla contra una pared por una propuesta más integradora, con salas de reunión circulares, con cámaras en el centro donde todas las personas, incluso las remotas, puedan mirar a todos los invitados.
2) Semáforo de tags que establecen el nivel de comodidad de las personas en el espacio de trabajo, tanto en el contexto de pandemia como a futuro. Los diferentes colores expresan sus preferencias de espacio (Verde para los que están cómodos con el contacto físico y abiertos a la colaboración, amarillo para los que prefieren una cierta distancia social y buscan un mix entre las dos puntas y rojo los que prefieren no tener ningún contacto y prefieren la autonomía y concentración), así como también para los que necesitan concentración, sin interrupciones, los que quieren interacciones, etc.
3) El bienestar como diferencial: un espacio de trabajo “humanizado” que cuide el bienestar y la salud mental de las personas. Por ejemplo: olores, música, programas de actividades (clases de yoga, mindfulness, meditación, entre otras).
4) Utilización de tabiques que permiten adaptarse a las necesidades más diversas y modificar las particiones del espacio de acuerdo a la necesidad del equipo presente. Permite que el espacio pueda amoldarse a programas de hospitalidad, colaboración, innovación, bienestar, foco, encuentro, diversión, aprendizaje y comunidad.
Una de las compañías que por su origen tecnológico contó con ventaja y supo aprovecharla durante la pandemia fue Google que adaptó el lugar de trabajo para la modalidad híbrida y los nuevos desafíos.
La compañía global, cuenta con nuevas oficinas multipropósito, donde el mobiliario se ajusta a las necesidades del momento y, por ejemplo, de la mano de tecnología de video, permite integrar a los trabajadores que están de forma remota, con pantallas que están al mismo nivel de las personas presentes en la oficina, como si estuvieran ocupando el espacio de forma real.
La propuesta aporta mayor equidad entre los trabajadores y flexibilidad, ambos aspectos que parecen estar marcado el rumbo para el trabajo de las próximas generaciones. Como describe Sundar Pichai, CEO de Google y Alphabet, en una carta a sus empleados, “estos cambios son un punto de partida para ayudarnos a hacer mejor nuestro trabajo y divertirnos haciéndolo”. |