¿Cuál es el impacto económico de la siniestralidad en el tránsito? – Negocios & Política
 

Día de la Seguridad Vial |¿Cuál es el impacto económico de la siniestralidad en el tránsito?

Especialistas indican que los costos por siniestros viales equivalen a 2% del PBI. Con ese dinero se podría construir 1.830 km de autopistas; alertan sobre el poco uso de dispositivos de seguridad en menores.
Ana Belén Ehuletche
Economía
Ana Belén Ehuletche
Economía

Aunque el Covid – 19 superó los datos de cualquier pandemia, la siniestralidad vial no deja de generar alarma por la cantidad de muertes y lesiones con secuelas graves que genera en la sociedad.  

Se estima que, es situaciones normales, en promedio, 5.500 personas fallecen por año en calles y rutas del país, en hechos asociados al tránsito. La problemática es grave y afecta de forma directa al sistema de salud pública tanto por la ocupación de camas de terapia intensiva como por la cantidad de servicios que demanda. 

Aunque hablar de “costos” resulta un tema tabú cuando se trata de víctima de siniestros viales, es importante mencionar los gastos que genera esta problemática para profundizar acciones en materia de prevención. 

En ese sentido, Arturo Schweiger, director de la Maestría de Economía y Gestión de Salud en la Universidad i- Salud de Argentina, explica que “hay que ir hacia una visión integral y poner el acento en prevenir el evento”. 

Los datos reflejan que evaluar costo/oportunidad es un paradigma a incorporar en el tema de movilidad segura. “Hay que pensar cuánto podemos ahorrar de un siniestro y en qué podemos invertirlo”, dijo y aseguró que “los costos por siniestros viales equivalen a 1,7 % del PBI. Con ese dinero se podría construir 1.830 km de autopistas”. 

Según datos de 2019, el costo total estimado asociado a siniestralidad vial en Argentina asciende a $175.654.522.481 (1,7% del PBI) mientras que el costo por víctima: $ 30.551.793 por fallecido; 284.111 por herido grave; y 3.375 por herido leve. 

La siniestralidad vial, que mayormente sucede por causas evitables, genera elevadas lesiones y discapacidad; representa gasto catastrófico familiar; genera impactos en la salud mental lo que devienen en problemas socioeconómicos del grupo familiar. 

“Debemos comenzar a pensar en cambiar la lógica para que el Estado invierta en prevención y comience, paulatinamente, a reducir el gasto en traslados en ambulancia, medicina, terapias de rehabilitación y pensiones de personas que deben interrumpir su vida económicamente activa por sufrir lesiones que las invalidan”, plantea Axel Dell’olio, presidente de la Asociación para la Disminución de Siniestralidad Vial (ADISIV) y refleja que cerca de la mitad de las indemnizaciones de las ART son por siniestros in itinere. 

Dell`olio explica que los jóvenes, varones, representan el 50 por ciento de las víctimas fatales en siniestros viales: un joven que se accidenta por andar en moto sin casco –por más que tenga cobertura social- será atendido primero en un hospital público, con “serios riesgos” de quedar con una discapacidad que le impida trabajar: “todos los contribuyentes, van a tener que absorber los gastos que implica desde asistencia médica hasta traslados. Y no se trata de un caso, sino de miles ¿por qué no invertimos más en prevenir?”. 

La infancia como motor de cambio 

ADISIV, trabaja desde hace más de 10 años con el foco en la prevención de lesiones infantiles. “De alguna manera entendemos que llegara a madres y padres con recomendaciones de seguridad es una forma de salvar la falta de información, de educación vial, y nos permitirá en el corto plazo generar hábitos saludables en toda la sociedad”, dice Dell`Olio. 

Este año, a través del programa Mamás y Niños Seguros (MyNS) de Adisiv lanzaron la campaña #aUPAno junto a Chicco Argentina para concientizar a cerca de la importancia de utilizar Sistemas de Retención Infantil (SRI) para prevenir lesiones. 

La campaña #aUPAno en redes sociales repasa frases comunes como “Pero son pocas cuadras…”, “Miralo qué chiquito es…”, “Todo el viaje ahí? Pobrecito…”, “Es que no para de llorar, quiere teta...”, “Antes viajábamos todos sueltos y no pasaba nada...”, “Pero acá no te piden la sillita...” o “Ni loca ando con todos esos bártulos...”, que se usan con frecuencia para justificar trasladar sobre la falda a bebés, niños y niñas. 

“Seguramente, alguna vez dijiste o escuchaste alguna de estas frases, nosotros también”, señalan los organizadores de “A UPA No" y luego explican que los adultos deben ser responsables a la hora de trasladar menores porque “no existe forma de que un bebé, niña o niño viaje seguro en un vehículo si no es en un Sistema de Retención Infantil acorde a su altura, peso y edad”. 

Los especialistas indican que los siniestros de tránsito son una de las principales causas de muerte en menores de hasta 14 años, que, junto con los peatones, ancianos y motociclistas, son considerados agentes vulnerables en el tránsito. Del total de víctimas anuales --5.500 según ANSV- el 5,6%, son menores de 0 a 14 años. 

De los datos oficiales se desprende que 320 chicos, en promedio, pierden la vida por año por causas evitables asociadas al tránsito. Aunque esta situación cambió durante la pandemia porque estamos más quietos, la siniestralidad vial no deja de ser un problema grave que afecta la salud y la calidad de vida. 

La física explica que en un choque a 60 km/h, un cuerpo multiplica su peso 17 veces; así un bebé de 9 kilos de un momento a otro pasará a pesar más de 150kg, una masa imposible de sostener para un adulto que, en relación al impacto, equivale a caer desde un segundo piso. Por eso,  y Chicco Argentina coincidieron en alertar que los bebés y niños pequeños no deben viajar a upa en un vehículo. 

Desde 2018 el cambio normativo que hubo en Argentina dispone que todo menor de 10 años debe ir en el asiento trasero con el SRI homologado de acuerdo a su peso y altura. Actualmente sólo el 26,4% de los menores de 10 años circula en la posición trasera y protegidos por el elemento de acuerdo a lo que indica el nuevo decreto reglamentario vigente. 

“La falta de información sobre uso de SRI en todo el país es preocupante. Es importante aumentar la cantidad de usuarios y que los padres y madres incorporen el uso de SRI como una práctica habitual para todo tipo de distancias ya que la mayor cantidad de siniestros se producen en la zona confort próxima a sus domicilios”, comentó Axel Dell `olio Presidente de ADISIV y Director de MyNS.  

 “Es tan importante utilizar un SRI, homologado y que se adapte a la contextura física de cada niño, como su correcta instalación para que el sistema actúe como lo esperamos en caso de un siniestro”, mencionó Dell` olio.  

Si bien reducen un 70% las muertes de lactantes y entre un 54% y un 80% las de niños pequeños, resulta fundamental que los SRI se usen e instalen de forma correcta siempre siguiendo las recomendaciones del fabricante y de acuerdo a la altura, peso y edad del menor a trasladar. 

Acciones concretas 

En lo que va del año, y gracias al acompañamiento de marcas como Chicco Argentina, MyNS realizó 435 chequeos on line donde entre las 435 butacas revisadas, cerca del 85%, 373 butacas, se encontraron “errores graves” que contradicen la recomendación de instalación del fabricante mientras que, en 62, había “detalles menores”, pero estaban bien instaladas en líneas generales (14.25%). 

Los errores más comunes: Sillas flojas por falta de clip de bloqueo del cinturón de seguridad o afirmadas contra los asientos delanteros; arneses sueltos o enroscados; bebés de menos de un año a favor de la marcha; y utilización de más de un sistema de anclaje a la vez. 

Lucas Navarro, pediatra y asesor de MyNS, afirma que “viajar a contramarcha es 5 veces más seguro por eso, además de utilizar siempre la sillita es importante no anticipar el paso de un sistema a otro y prolongar el mayor tiempo posible el uso de booster con respaldo para los niños más grandes”. 

“Las familias nunca deben llevar a sus hijos en brazos, aun en los trayectos más cortos porque un bebé recién nacido que pesa entre 3 y 4 kilos, ante un impacto en la ciudad, a baja velocidad, en una frenada o volantazo, el peso del niño se multiplica exponencialmente, lo que hace imposible sujetarlo, y las posibilidades de sobrevivir en esta situación son muy bajas”, agregó Navarro, Secretario del Comité de Prevención de Lesiones de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP). 

Por su parte, Justina Marra de Chicco Argentina agregó que “acompañamos las acciones que realizan MyNS porque entendemos las complejidades que se presentan a la hora de seleccionar un huevito, butaca o booster y queremos que cada día más bebés y niños viajen seguros en nuestro país”.|

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