Aunque el Gobierno en reiteradas oportunidades apuntó a la "multicausalidad" para explicar lo complejo que resulta resolver los altos índices de inflación, esta vez, el presidente Alberto Fernández, culpó a la guerra, por el alza del precio de los commodities.
Sin embargo, los últimos datos que informó el INDEC corresponden a los incrementos de febrero, lo que significa que la mayoría de las variaciones fueron ajenas a la demanda internacional, en términos generales. Además, también se debe destacar que los efectos de la guerra a la que hizo mención Fernández, se sentirán con más fuerza en la inflación de marzo, por el alza en las cotizaciones de trigo y maíz, que impulsaron los precios de planificados, harina, fideos y aceite, entre otros, en cuanto comenzó marzo.
Aunque parte del arco opositor se despache contra la inflación en redes sociales, incluso con chicanas, la situación es realmente grave por la tendencia global hacia mayor evolución de precios, lo que complica aún más el escenario local. Al mismo tiempo, la problemática no ha logrado ser encausada tampoco por la gestión anterior que entregó el gobierno con casi 54 puntos.
Claudio Caprarulo, director Ejecutivo de la consultora Analytica, opinó que "el Gobierno claramente va a tener que cambiar la estrategia, está obligado a hacerlo". Resulta que el dato de febrero colmo incluso las expectativas de los analistas más pesimistas: "todos esperábamos un dato alto de inflación en el mes de febrero, sin embargo, cuando uno analiza la dinámica es muy preocupante porque la inflación núcleo, la que no está relacionada, por ejemplo, con el fuerte aumento que tuvieron frutas y verduras o con los aumentos de los servicios y los bienes cuyas tarifas regula el gobierno, fue de 4,5 por ciento".
"Eso nos habla de una inflación anualizada de casi 70 por ciento, entonces, claramente se va a tener que cambiar la estrategia", agregó.
Respecto a las posibles estrategias que encare el Gobierno, Caprarulo indicó que al margen de algunos problemas de especulación "se cae de maduro que la inflación es un problema macroeconómico y no afecta sólo a un sector, sino que está relacionado con todos los sectores de la economía".
En ese sentido y en la víspera al anuncio del paquete de medidas "antiinflacionario" el economista dijo que espera que se presente un “plan integral” y que “haya medidas porque el mundo tampoco nos está ayudando: EEUU tiene la inflación más alta en 40 años y, desde que existe la Unión Europea, estos son los datos más altos desde su constitución”.
Sobre la incidencia del precio de los commodities el economista resumió que “es uno de los grandes dilemas que tiene la economía argentina desde siempre y sobre todo ahora por el marco del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional”. Aunque destacó que es complejo “desacoplar” los precios locales de los internacionales resaltó la capacidad exportadora del país, y asumió que “tenemos que venderle más al mundo para tener dólares, tanto para importar para nuestro consumo interno como también ahora para enfrentar los pagos de deuda”.
“El desacople es muy complejo”, asumió y confirmó que la alta inflación perdurará en los próximos meses: “es casi imposible que se cumpla la meta del gobierno de 48% de este año·, dijo y agregó que desde Analytica ya proyectan un 55 por ciento anual, salvo que “haya acuerdos que permitan que toda la población pueda acceder a la canasta básica alimentaria para que esta oportunidad que tenemos de poder venderle más al mundo, con un mejor precio, no tenga como estado negativo un aumento en la pobreza”.
Por último, Caprarulo destacó que en términos de intercambio enero alcanzó los resultados más altos desde 2004, lo que representa “una oportunidad”; el desafío, con estos resultados comerciales, debería verse reflejado “en mayor bienestar para todos y no sólo para un sector de la población”, concluyó.|
