Bulgheroni avanza fuerte en el mundo del vino. Además de controlar bodegas en los Estados Unidos, Francia, Italia, Australia y Uruguay, creó en la Argentina el Grupo Avinea, dueña de bodegas en Mendoza y en la Patagonia. Bajo el nombre Family Vineyards, el empresario -presidente de Pan American Energy (PAEG)- controla las marcas Argento, Cruz de Piedra, Pacheco Pereda y Cuesta del Madero en Mendoza, y la más reciente Otronia, en una zona hasta ahora poco explorada para la producción vitivinícola de Chubut, cerca del límite con Santa Cruz.
Además, tiene desde 2009 el 50% de Bodega Vistalba, mientras que el 50% restante pertenece a su creador, Carlos Pulenta. Para crear el Grupo Avinea, Bulgheroni lleva invertidos u$s 76,8 millones en el negocio del vino en la Argentina, destinados a la compra de viñedos, fincas, plantar vides, la construcción de bodegas, tecnología, en investigación y desarrollo, la ampliación de redes de comercialización y la apertura de nuevos mercados en el mundo. Hoy, sus vinos llegan a 50 países.
En la Argentina, el grupo vende 9,54 millones de litros de vino al año, el 30% al mercado interno y el 70% al externo, con etiquetas que van desde los $ 200 a los $ 6500 al público. Cuenta con potencial para crecer, porque posee una capacidad productiva de 32 millones de litros al año y 1189 hectáreas de fincas, parte con viñedos, otras en proceso de plantar y el resto vírgenes, en zonas como Altamira (Valle de Uco), Alto Agrelo (Luján de Cuyo) y Maipú, en Mendoza, y en Chubut. Del total de viñedos en producción, 355 hectáreas ya están certificadas como orgánicas, la mayoría en la provincia cuyana.
"Alejandro es una persona muy visionaria. Sabe que en el mundo del vino los proyectos son a largo plazo. No es un hobby: su visión sobre la industria fue lo que lo llevó a invertir en vino", explicó Santiago Ribisich, director general de Grupo Avinea.
"Sintió interés en este negocio y, más allá de las bodegas de Mendoza, inició un proyecto desde cero en Chubut con Otronia. Primero, comenzó con cerezas y luego plantó viñas en forma experimental, en una zona cerca de Sarmiento, para ver cómo se adaptaban. Cuando vió que los resultados eran muy buenos, invirtió en una finca de 51 hectáreas e instaló una bodega", precisó Ribisich.
El grupo hoy está en plena etapa de crecimiento con todas sus marcas. Argento, adquirida en 2012 por Bulgheroni y que estaba centrada en exportación, se lanza ahora de lleno al mercado interno, con una cartera 100% orgánica. Las tradicionales Cuesta del Madero y Pacheco Pereda se relanzan con nueva imagen y comienzan a exportarse a América latina, mientras que Otronia, enfocada en alta gama, presenta su segunda cosecha.
"El grupo exporta el 70% de los vinos, sólo el 30% se destina al mercado interno. A nivel industria, las exportaciones crecen bien en vinos fraccionados, mientras que el mercado local está cayendo frente a 2020. Pero nosotros venimos bien en ambos mercados y con buenas expectativas. En el primer semestre, crecimos un 15% en la Argentina y un 10% en el exterior y vemos que esa tendencia continúa. Tenemos muchos proyectos en curso", adelantó Ribisich.
De hecho, prevé seguir creciendo a dos dígitos. "En el ejercicio que empezamos en julio, tenemos presupuestado crecer más en el mercado externo que en el interno. Ya tenemos ventas que nos aseguran un incremento de 15% en el exterior. En la Argentina, estimamos crecer cerca de un 10%", proyectó. "Si bien el consumo está cayendo, tenemos un portafolio renovado y una gran apuesta", agregó.
Otronia, al sur de Chubut, a apenas 50 kilómetros de la frontera con Santa Cruz y 150 de Comodoro Rivadavia, es la más nueva de las bodegas, centrada en alta gama. "Para Otronia, este es el segundo año en ventas y ya está en 11 países. Es una producción aún pequeña de vinos de alta gama, con mucho potencial para crecer", comentó Ribisich. La bodega tiene dos líneas, 45 Rugientes y Otronia Bloque, con precios de $ 2400 a $ 6500 en el mercado interno. Argento, en tanto, fue comprada en 2012 por Bulgheroni. La bodega había sido creada por Nicolás Catena en 1999, centrada en la exportación, especialmente, al Reino Unido.
"Hoy, el 100% de los vinos de Argento son orgánicos. Tenemos cinco viñedos certificados en Mendoza y uno en Otronia. En las próximas semanas, estamos lanzando un nuevo portfolio al mercado interno, con vinos de Alto Agrelo y Altamira. Se incorporan nuevas líneas y tenemos muy buenas expectativas, con precios competitivos para que el consumidor argentino pueda probar los vinos orgánicos", explicó. Los valores oscilan de los $ 500 (Argento Estate Bottled) a los $ 2000 (Single Block).
Además, buscan potenciar las tradicionales Cuesta del Madero y Pacheco Pereda. "Son dos marcas con mucha historia en la Argentina y de gran volumen. Comenzamos ya a exportarlas a América latina. Por ahora, sólo el 20% del volumen se vende afuera. Pero creemos que en poco tiempo pueden llegar a aportar el 50% del total, porque tienen una interesante propuesta de valor, a un precio correcto", explicó.
"El año pasado, invertimos en la marca Cuesta del Madero, con nuevas etiquetas y mayor comunicación y publicidad. Como resultado, la línea Roble creció 90% en volumen en supermercados. Ahora, estamos por lanzar el nuevo portfolio de Pacheco Pereda, para impulsarla como a Cuesta del Madero", adelantó. En tanto, los vinos de Cruz de Piedra, también centrada en mercado interno, comenzaron a exportarse a América latina, Asia y África, con marcas renovadas.
Al ser consultado sobre si el grupo buscará producir vinos en alguna otra zona de la Argentina, Ribisich aclaró que hoy están centrados en impulsar todas estas marcas en el mercado interno, potenciarlas en el externo y comunicarlas. "Pero vamos a lanzar un nuevo producto de otra zona de Mendoza", adelantó.
Además de controlar el Grupo Avinea y el 50% de Bodega Vistalba en la Argentina, Bulgheroni tiene bodegas en Napa Valley (Estados Unidos), Burdeaux (Francia), Toscana (Italia), en Australia y la reconocida Garzón en el Uruguay.|